El imperio contraataca

El venezolano que creció educado en la convicción de que la independencia
liderada por Simón Bolívar de 1812 a 1830 nos dio definitivamente la
soberanía frente a potencias extranjeras, se pregunta ¿Por qué la
insistencia de Estados Unidos en interferir en nuestros asuntos?

A cada instante, sus funcionarios o su embajador opinan negativamente sobre
Venezuela en abierta sintonía con el sector “oposicionista”

Pareciera que Estados Unidos busca aplicar en este país el modelo
intervencionista que empleó en Nicaragua en los años 80 para derrocar a la
Revolución Sandinista que había acabado con 6 décadas de dictadura somocista
Aquí, la Revolución Bolivariana terminó con 40 años de dictadura
democrática empresarial, lo cual incomoda a la gran potencia. Ya intentaron
derrocar al gobierno venezolano de la manera como lo hicieron con Salvador
Allende. Como no lo lograron, la estrategia viene ahora bajo el ropaje
electoral. Se trataría de ganar a como de lugar, o desconocer cualquier
victoria acusando al gobierno de fraude.

Estados Unidos respaldo públicamente a la contra nicaragüense. Creó grupos
paramilitares con la ex guardias somocistas y los bautizó, irónicamente,
como “Combatientes por la Libertad” (a su imagen y semejanza). Otorgó
millones de dólares (aprobados por el congreso y provenientes de la venta
de armas ilegales de la CIA a Irán) para mantener la guerra fratricida
contra el gobierno sandinista y bloqueo la asistencia económica
internacional, sin importar el hambre de campesinos, estudiantes, obreros,
niños y mujeres.

En 1984, el gobierno sandinista, buscando una salida pacifica, democrática
y constitucional, llamó a elecciones y las ganó de manera transparente con
el 66 % del electorado como lo certificaron los observadores internacionales
Pero la gran potencia desconoció los resultados, acrecentó el apoyo a la
contra y profundizó el bloqueo comercial a la desangrada nación.

Esta cruel estrategia de violencia y miseria, unida a una campaña mediática
nacional e internacional se sostuvo por 10 años hasta crear en los
nicaragüenses la sensación de que la revolución podría ser buena, pero es
mejor salir de ella para poder recibir el apoyo económico y lograr la paz
política.

En 1990, no obstante que las encuestas favorecían a los sandinistas, estos
perdieron extrañamente las elecciones. Esta vez, Estados Unidos aceptó
gustoso. Habían abortado, con un montaje electoral, las ilusiones de un
pueblo. Hoy, 13 años después, Nicaragua se encuentra en peores condiciones
de pobreza y desigualdad que antes de 1980.

Aquí, hace unos días, todos estaban contentos, incluyendo a los
“oposicionistas” y el interesado Departamento de Estado, aplaudían la
decisión del TSJ de designar al CNE. Hoy se ensañan nuevamente contra las
instituciones venezolanas preparando oscuros caminos hacia la toma del poder


Al observar, en el caso venezolano, la jauría de los medios de comunicación,
los saboteos empresariales y las impertinencias de Estados Unidos alertamos
sobre el intento de aplicar la fórmula nicaragüense en nuestra patria.

El gobierno yanqui y los apatridas que viven en Venezuela, tienen que
aceptar, de una vez por todas, que los venezolanos tenemos la madurez
suficiente y capacidad de resolver autónomamente nuestros problemas.
Incluyendo los electorales.


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Reinaldo Bolívar

Investigador, fundador del Centro de Saberes Africanos, vicecanciller para África

 reibol@gmail.com      @BolivarReinaldo

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