¡Cuidado, Presidente, Chávez, sepa perder y ajuste el rumbo!

Usted lo sabe Presidente, la derecha no come cuentos. Usted lo sabe, se siente crecida, desafiante, muy desatada. Usted, lo sabe, que en un ápice ella ha disminuido su vieja locura, y que cada vez estará exigiéndole más para tratar de colocarlo al borde del precipicio. Usted lo sabe, no rectifica. Usted, lo sabe, no escarmienta. Usted lo sabe, no descansa. Usted lo sabe, tiene mucho dinero, muchos medios, y su poderoso centro de control de cerebros lacayos está en Washington.

Eso que usted le pide a la oposición y también a sus seguidores, aplíqueselo también a usted mismo: serenidad, mucho juicio, y que no se deje llevar de la pasión: NERVIOS DE ACERO. Nunca olvide que usted es el guía.

Todo eso, Presidente, por el lado de la derecha.

Por nuestro lado, señor Presidente, no confunda; no nos mande extraños signos repentinos que puedan desmoralizar a los que más se joden o se queman el pecho. A quienes realmente están sosteniendo con las uñas este proceso. A los terriblemente amenazados de muerte y perseguidos. ¿No ha pensado usted que esa derecha también debería decretarnos una amnistía? Yo, y otros millones estamos presos de sus locuras. Su intolerancia, su odio, su desmemoria merecen un parao ¿y a quién de ellos se lo podemos exigir, tan locos de bolas como se encuentran?

Ojalá que usted esté barajando una salida genial, aguda, y que a la vez no deje de ser contundente.

Porque mucho cuidado con ese inmenso movimiento popular, que por sobre todas las cosas del mundo le ama con devoción sincera y que no tiene otro destino que seguirle sus pasos, y está hoy decididamente a morir por el proyecto bolivariano. Usted siempre nos explica todo lo que hace, ¿y por qué lo ha hecho en esta ocasión?, señor Presidente. Esto es muy importante, y como es natural nos preocupamos. A los que este huracán nos ha colocado en puesto de lucha necesitamos claridad en estos gestos, en estos súbitos cambios de estrategia. Nosotros nos somos burócratas, señor Presidente. Andamos con usted noche y día, en los tormentosos movimientos de esta batalla sin descanso, leyendo, investigando, revisando material, concibiendo nuevas estrategas de lucha.

Yo trato de explicarme su decisión, pero no sé si lo que analice se ajuste a sus pensamientos. A mí lo que me importa es que el pueblo no vaya repentinamente a quedar sin claridad ni aliento en sus objetivos.

Me preocupa, cuál será nuestro papel frente a esos medios que no cesarán de acosarnos, de chapotear en el barro, agitando la cloaca de los más inmundos temores.

Qué vamos a hacer todavía sin medios valerosos de nuestra parte.

Con el horror del despelote en PDVSA, en las Misiones, con desabastecimiento, con la especulación, con infiltrados hasta más allá de los calcañales en todos los entes públicos.

Con un PSUV que fue desfigurado desde un principio por los mismos jeques que en 1998 impuso en el MVR Luis Miquilena.

Muchos cuidado, señor Presidente, que cualquier movimiento no muy bien pensado nos puede colocar al borde del abismo, del palacio de Satanás del pasado. Confiamos en su fino olfato, por si acaso.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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