Hoy, José Ovidio Rodríguez Cuesta, alias “Napoleón Bravo”, se armó de todo el arsenal vomitivo que le proporcionó el Capo Gustavo Cisneros, para descalificar el documental “La Revolución no será Transmitida”.

Cisneros no escatimó gastos, personal, investigación que le favoreciera y personajes a quienes comprar que estuvieran ligados a la BBC de Londres, para que estuvieran cuatro meses analizando con lupa el documental histórico de los cineastas Kim Bartley y Donnacha O’Briain, a fin de detectar cualquier fallo que minimice el colosal fraude que significaron las tomas manipuladas de “Los pistoleros de Llaguno” y que tienen en tres y dos a los que le otorgaron el “Premio Príncipe de Asturias”.

En la mañana de hoy presentaron al cineasta Thaelman Urguelles y a un “técnico” que, por el acento, es a todas luces un cubano gusano del paraíso de los golpistas. La idea era quebrar el video casero que fue tomado desde un apartamento que daba a la Avda. Baralt y comparar la “sombra” del edificio derecho (para quienes han visto este video) con la sombra del video fraudulento premiado por la corona española. Aparentemente, la toma que presentan estaba hecha dos horas antes, según los cálculos del experto gusano. Pero, la mentira nuevamente tiene patas cortas, por que el video que fue presentado en el tribunal que absolvió a los “pistoleros” como prueba fehaciente del asesinato que cometió la Policía Metropolitana bajo las órdenes de los conspiradores, muestra a los que se encontraban en Puente Llaguno abriéndose en abanico, buscando refugio en ambos edificios y, al final de esa cuadra de la Avenida Baralt, estaba la ballena con los efectivos de la PM disparando a mansalva contra el pueblo reunido en el puente.

Por otro lado, aluden a la declaración de un “ex trabajador” de la BBC; un tal Wolfang Shalk, quien asegura que en ese documental tiene imágenes montadas que no se corresponden con lo que sucedió en realidad. No es la primera vez que la organización Cisneros y su bunker golpista, acude a declaraciones de ex funcionarios, sobre todo ex miembros reaccionarios de la Casa Blanca, para descalificar al presidente Hugo Chávez y a todo aquel que esté en contra de los intereses de la oligarquía venezolana.

Podría hacer un paquete muy jugoso de la basura informativa que pretende descalificar un documental que, repito, ha sido histórico y reveló la conspiración en todas sus facetas. Gustavo Cisneros es la punta del iceberg de un plan internacional para acabar con las aspiraciones del pueblo venezolano y, más allá, la justa rebelión de los excluidos en América Latina. Si hacemos frías especulaciones y echamos a un lado las cifras de unos muertos que fueron puestos en la mesa para justificar un golpe de estado, encontraríamos al final de esta madeja a un títere de las transnacionales que fue colocado en Washington para privatizar a nuestra América, tomar nuestros recursos energéticos, nuestros recursos naturales en la Amazonia e imponer el ALCA que nos hundiría en la pobreza extrema. Pero, este es un tema aparte y quería dedicar este artículo a la basura que le pusieron por nombre Napoleón Bravo y, definitivamente, el problema comunicacional que no acabamos de arreglar.

Este animal bípedo de la comunicación, repitió incesantemente la participación de Jessie Chacón en los asesinatos que se cometieron en Venezolana de Televisión cuando se llevó a cabo la rebelión del 27-N. Este vagabundo no dice que esos asesinatos se cometieron para involucrar a los alzados y que fueron responsabilidad del gobierno de Carlos Andrés Pérez. La misma Angela Zago, su esposa, estuvo involucrada de alguna manera en los alzamientos del 4-F y del 27-N y sabe que la policía política fue la que masacró a las personas que se encontraban en el canal del estado. Sin embargo, esta especie de excremento televisivo, cree que somos pendejos, que nos chupamos el dedo ó que tenemos problemas con una vaina llamada memoria. Este señor apareció el día 12 de Abril, con una sonrisa de oreja a oreja, admitiendo su participación en el golpe de estado que se cometió el día anterior. En su cagalitroso programa 24 Horas invitó a una pléyade de fascistas que lo involucran en haber prestado su casa para efectuar el video del tristemente célebre pronunciamiento del General González González. Sin embargo, no hubo un puto fiscal que lo llevara a un tribunal para ser juzgado por traidor a la patria, conspirador y golpista confeso. Este fue su momento estelar, su viaje psicodélico a la estrellas, su celebración vulgar ante el país con aquella famosa frase: ”Buenos Días, Venezuela… Tenemos nuevo presidente”

Ahora ¿Qué busca realmente Napoleón? Esta cosa que solo puede irse por una poceta, busca notoriedad. Esa insistente acusación a Jesse Chacón de ser el “asesino” de las víctimas que fueron acribilladas por la policía política de Carlos Andrés Pérez, es una provocación para que lo metan preso y gritar desde una celda con Direct TV incluída, que es un mártir del régimen de Hugo Chávez Frías. Es casi seguro y podría poner mis manos en la candela al afirmarlo, que este ridículo transmisor de mentiras ya tuvo una reunión con su ícono sexual, Gustavito Cisneros, quien ya le ofreció un hermoso paquete salarial que incluye protección legal, publicidad desmedida y apoyo del mismísimo Bush Padre.

¿Quieren que les diga una vaina? Al cuerpo hay que darle lo que pide. Jesse Chacón tiene en las manos la oportunidad única de enseñarle al país que no puede seguir cabalgando la impunidad. El Ministerio de Comunicaciones tiene ahora mismo dos papas calientes en la mano y tiene el apoyo popular si reacciona como la mayoría está esperando que lo haga. Una papa caliente es cerrar el programa 24 Horas e introducir una demanda penal en contra de esta porquería que está jugando al insulto gratuito. Otra papa caliente es acometer inmediatamente los cambios que necesita Venezolana de Televisión, para combatir la mentira grosera de cuatro medios de comunicación que están siendo financiados por las transnacionales. Dejar pasar esta oportunidad para poner preso a un sátrapa que ha estado violando todas las normas éticas del periodismo, amén de la sucia campaña conspiradora en la que estuvo y está envuelto, es seguir dejando que impere la impunidad.

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