Exigencias de los obispos de la Iglesia Católica

Los Obispos quieren:

Los Obispos quieren e insisten con la tentativa de inyectar religión donde la Constitución lo prohíbe expresamente, dicen que no están limitados a los Obispos de la Iglesia Católica. La Dirección del Consejo de Educación Católica preparó una “Guía para Inspectores y Maestros”. Todo debe proclamar la transformación radical, las recomendaciones a seguir declaran redondamente, la religión debe hallarse en todo presente, en las escuelas se tiene que exigir el respeto de las reglas de devoción a la Virgen María; que “las escuelas públicas deben de fomentar la creencia en Dios, reconociendo el simple hecho de que nosotros somos una nación religiosa” y además que las escuelas públicas tienen que “identificar a Dios como la fuente última de la ley natural y moral”.

Reposto:

La Iglesia Católica nos dice que la mujer salió de un pedazo de la costilla del hombre y pregona el sentimiento de que el sexo es malo, pero ese pregón lo que hace imposible es el amor feliz, hace que los hombres desprecien a las mujeres con quienes tienen relaciones y con frecuencia sientan impulsos de crueldad hacia ellas. Además, la desviación que se impone al impulso sexual inhibido, obligándole a tomar la forma de una amistad sentimental, o de un fervor religioso, produce una falta de sinceridad intelectual mala para la inteligencia y para el sentido de la realidad. La peor actitud de la religión católica, es la que tiene con respecto al sexo; (dicen que sólo sirve para reproducirnos) a veces oímos hablar de que la religión ha mejorado la condición de las mujeres. Esta es una de las peores perversiones que es posible realizar. Las mujeres no pueden disponer de una posición tolerable en la sociedad donde se considera de la mayor importancia que no infrinjan un código moral muy rígido. Los monjes han mirado siempre a la mujer como la tentadora; la han considerado como la inspiradora de deseos impuros.

Los Obispos golpistas:

La influencia de los Obispos aliados con la oligarquía, en todo caso, no cesan de incitar a los grupos de la derecha recalcitrante y a los oficiales de nuestra FAN a la desobediencia contra el Presidente Chávez, apoyados por el Nuncio Vaticano y el Imperialismo. Los Jerarcas de la Conferencia Episcopal quieren encontrarse por doquier presentes en el Estado, aspiran a manipular la FAN, aspiran a la organización de la asistencia espiritual católica en las unidades de guerra bajo la dirección del cardenal Urosa y el Nuncio Vaticano.

Opino:

Ha habido una falta de oposición asombrosa a las intromisiones de los intereses eclesiásticos. Una razón de ello es la extendida creencia de que la religión es hoy suave y tolerante y que las persecuciones son una cosa del pasado. Esta es una peligrosa ilusión, muchos perseguirían si pudiesen, y que persiguen cuando pueden.

Los Obispos y la enseñanza:

Pero es en el dominio de la enseñanza donde la acción de la Iglesia “los Jerarcas” debemos tener más poder. El personal de la enseñanza lo debemos imponer nosotros e implementar unas “comisiones de depuración” para controlar los profesores que serán considerados, no obstante, porque tienen necesidad de una dirección y de una formación religiosa nueva, para que entren a la enseñanza tanto pública como privada. Los Obispos debemos dar conferencias sobre la religión, la patria, el maestro, los temas a tratar se clasificaran entre los títulos de: Pedagogía de la religión, Historia de la Patria, El niño, La escuela. Los conferenciantes encargados de los cursos serán designados por la Conferencia Episcopal. Los títulos de las lecciones serán significativos: la primera se consagrará a demostrar “la superioridad de la religión católica sobre las otras religiones. Otra lección versará sobre la “concepción católica del maestro, según la encíclica de Pío XI. Las concesiones al modernismo que permiten hablar de psicología, y de psicopatología, que no deben hacernos olvidar la intervención constante y esencial de la Iglesia en la formación escolar”.

Opino enseñanza:

La reforma de la educación en una dirección está unida a las reformas en otras direcciones, y no hay cuestión aislada que pueda ser tratada adecuadamente. Pero nuestro Gobierno Revolucionario está mejor dispuesto hacia los niños que todos los gobiernos anteriores y si se llega a entender que la enseñanza es una causa de una mal formación para los muchachos, podemos esperar que se reemplace por algo mejor y más científico. El sentimiento del pecado que domina a muchos niños y adolescentes, y que con frecuencia se mantiene toda la vida, es una miseria y una fuente de deformación que no tienen utilidad alguna. Lo único que es indudable en el estado actual de cosas, es que, bajo el presente Gobierno los Obispos venezolanos ha perdido credibilidad. De todos modos, hay que señalar que algunos sacerdotes tuvieron y tienen el valor de protestar contra las maniobras de sus superiores corriendo el riesgo de ser suspendidos de sus funciones.

Los Obispos comentan:

Hoy día estamos sufriendo una desviación, ya que nunca son perfectas las obras de los hombres, porque el exceso del mal llevara a tolerancias indebidas, porque un equivocado concepto político del Gobierno cohíbe o tuerce la vida colectiva o amenace deformar nuestra fisonomía histórica, siempre quedará a la Iglesia, que no deberá ceder a nadie en las avanzadas del patriotismo, el derecho de la defensa de los que derivan de nuestra religión y hacerlos presentes a la autoridad de la Iglesia. Las fiestas, para muchos cristianos, ya no son cristianas. Viajes, deportes, espectáculos, se llevan la mejor parte. Una misa, más espectacular que devota, es a veces el único acto religioso de grandes concentraciones en que, por desgracia, no puede complacerse el Señor, que quiso para sí, “su día”, no para fines totalmente ajenos a su gloria y al honor del nombre cristiano. Les hablamos de los deberes de religión, de justicia social y de caridad. Precisamente en ellos se funda el derecho y el deber, que quisiéramos inculcaros a todos, de intervenir en cuanto se refiere al bien común o a la cosa pública.

Pienso yo:

El daño que hacen las religiones es de dos clases, una dependiente de la clase de creencias que se considera que se le debe dar, y otra dependiente de los dogmas particulares en que se cree. La consecuencia es que las mentes de los jóvenes no se desarrollan y se llenan de hostilidad fanática hacia los que tienen otros fanatismos y, aun más virulentamente, hacia los contrarios a todos los fanatismos. Pero también hay, en la mayoría de las religiones, dogmas específicos que causan daño definido. La condenación católica del control de la natalidad, si prevalece, hará imposible la mitigación de la pobreza y la abolición de la guerra. El mundo que queremos ver sería un mundo libre de la virulencia de las hostilidades de grupo y capaz de realizar la felicidad para todos mediante la cooperación, en lugar de mediante la guerra. La religión debe de dejar de ser esencial. Mediante una decisión política, la religión debería establecerse por ley de los legisladores.

Los Obispos exigen:

La instrucción religiosa, queremos que sea obligatoria, así como en la enseñanza maternal, así como en la primaria, como en la secundaria, la instrucción religiosa se debe extender desde simples nociones de catecismo y de historia sagrada en los primeros años a lecciones más complicadas de explicación “amplia” del dogma católico. Que en el quinto año de estudios secundarios la instrucción debe terminar con “nociones de apologética”. Aparte de estas lecciones, además, la religión debe hallarse en todo presente, para retornar a las tradiciones de “espíritu popular”, como una orientación bien definida de la enseñanza destinada a formar a un ciudadano que sea, al mismo tiempo, un católico practicante. Los Obispos queremos que, desde la escuela primaria, “todo el ambiente escolar esté bajo la influencia de la doctrina católica”. Las manifestaciones puramente religiosas deben multiplicarse. De igual manera, se debe imponer la obligación de colocar el “santo crucifico” en los institutos de enseñanza maternal, primaria, secundaria, técnica y en las universidades. Todo debe proclamar la transformación radical: la escuela laica es la de un “régimen comunista”, la enseñanza debe ser cristiana y es la enseñanza de la “fraternidad social”, tal como lo proclama la Santa Madre Iglesia Católica, la que debe hacer desaparecer “al odioso materialismo”. Se trata de una educación en profundidad, que no se detenga en las puertas de la escuela. No basta con que los niños asistan en grupo a misa, bajo la dirección de sus maestros. Las recomendaciones de la enseñanza primaria recuerdan que la Escuela es una institución que permite “exaltar el espíritu religioso” y que es “educadora y formadora de buenos patriotas”, que la muchacha debe aprender “su elevada función en la familia y en el hogar”. La meta de todo esto es dar la idea de que la vida es “combate, sacrificio, disciplina, lucha y austeridad”.

Informo:

El papa Gregorio el Grande escribió a un cierto obispo una carta que comenzó: “Nos ha llegado el informe, que no podemos mencionar sin rubor, de que enseñáis la gramática a ciertos amigos.” El obispo fue obligado por la autoridad pontificial a desistir de su maligna labor, y la latinidad no se recuperó hasta el Renacimiento. La religión es perniciosa no sólo intelectual, sino también moralmente. Quiero decir con esto que enseña códigos morales no conducentes a la dicha humana.

Y siguen los Obispos:

Pero la disciplina prometida a todos debe imponerse a todos. La sociedad es cristiana y está jerarquizada. El juramento de fidelidad, a prestar según formulas diversas, es el testimonio de esto. La fórmula de los juramentos académicos debe ser más original y más simbólica todavía. Ante una mesa en la que se colocará “un ejemplar de los evangelios según el texto de la Vulgata” (cubierta ornada con un signo de la cruz), el maestro, el profesor y el académico deben jurar “ante Dios y su Ángel de la guarda” que “servirá siempre lealmente a la Iglesia, bajo la autoridad y la regla de su viviente tradición, de su catolicidad que encarna el Pontífice romano, de su continuidad representada por el Cardenal Urosa”. La Iglesia, las Familias tradicionales, las Fuerzas Armadas: estas deben ser las tres fuerzas de la Venezuela nueva, los pilares del Estado. Un Estado, que tiene que destruir las oposiciones, que tiene que disponer de un notable aparato policiaco e imponer la obediencia a la Iglesia y al Estado. Debe eliminarse la ley de tierras por ser “anti-cristiana” y parar la repartición de fundos, no podemos permitir ninguna reforma agraria que no esté bajo nuestras condiciones y linimentos. Porque, en realidad, detrás de nosotros los Obispos y de las Fan, está una casta, a la que debemos sumisión y acatamiento. La de los grandes Propietarios, de la antigua Aristocracia, la de los Oligarcas. Las Fan deben ser instrumentos de nuestra autoridad y ejercer el poder con tanto o mayor rigor en defensa de nuestros intereses: las necesidades del pueblo deben solucionarse por medio de la caridad en los ricos a través de los pastores de la Iglesia. Tiene el pueblo que ceder ante “el servicio del poder de la Iglesia Católica, de la Oligarquía, de la Justicia y de la libertad cristiana, ya que nosotros somos solamente una libertad moral”.

Yo pienso:

La cuestión de la verdad de una religión es una cosa, pero la cuestión de su utilidad es otra. Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que no son reales. El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas, ya sean viejos o nuevos. Queremos ver un mundo en el cual la educación tienda a la libertad mental en lugar de a encerrar la mente de la juventud en la rígida armadura del dogma, calculado para protegerla durante toda su vida contra los dardos de la prueba imparcial. “Dios está en el cielo; en la tierra todo sigue igual”.

Otro asunto:

En nuestro país los políticos de los partidos oposicionistas, muchos de los cuales no eran famosos por su piedad (muchos decían que eran agnósticos) antes de que comenzase la diatriba entre el Gobierno y los Obispos, se convirtieron a ultranza en defensores de la Conferencia Episcopal, y antes de que comiencen a competir para los cargos públicos, se aseguran de que se les conozca como frecuentadores de la Iglesia, y nunca dejan de citar a Dios en sus eruditos discursos.

Mi opinión:

Pero podría suponerse que, como Dios está en el cielo, y siempre ha estado allí, podemos esperar que algún día baje a la tierra, ya que no para juzgar a los vivos y a los muertos, al menos para recompensar la fe de los creyentes. Sin embargo, su larga resignación a una existencia puramente celestial parecería sugerir, con respecto a los asuntos de la tierra, un estoicismo en el cual sería temerario fundar nuestras esperanzas.

Máxima del Libertador: “La soberanía no viene del “cielo” ni el Papa es la máxima expresión de poder. El Rey y la monarquía no son el motor de la historia. Todos ellos usurpan el poder soberano del pueblo. La soberanía reside en el pueblo y sólo el pueblo es soberano, la justicia es su base y su término es la utilidad perfecta y, es usurpación quien pretenda gobernar sin consulta popular”.

Salud Camaradas.

Con Chávez todo, sin Chávez nada.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria. Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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