¿Sabe usted quién fue la negra Matea?: Por supuesto. El aya del Libertador…
Pues eso es más falso que las pretensiones de Colombia sobre nuestro territorio. La verdadera aya del Libertador era la negra Hipólita. Su madre negra, como él tantas veces lo dijo; la esclava que hizo de padre y madre, del doblemente huérfano, niño Simón. Lo de la negra Matea es una falacia de Guzmán Blanco, como está ampliamente probado. Para echárselas de, taquititaqui, cuando el centenario del nacimiento del Padre de la Patria en 1883, agarró a una pobre vieja y sin más ni más le dijo:
Ya sabe matea, de ahora en adelante usted será la cargadora del Libertador.
Matea le dice: ¡ Ay, General!; pero si yo era una carricita de diez años, cuando entró el Libertador en Caracas en 1813. Que en la Plaza Mayor me agarró y me lanzó al aire ¿Cómo puedo ser su aya?
Guzmán le dice: ¡No importa! ¿ Quién se va acordar de si es verdad o mentira? Ya han pasado cien años.
Matea: (Respondona) ¡ Por eso mesmo, General!; para haber cargado al Libertador como usted quiere, tendría que tener por lo menos ciento quince años, cuando apenas tengo setenta y cinco que aquí entre nos no los represento…
Guzmán: (Impositivo) ¡Tú te callas la jeta y haz lo que te digo! El Dr. Pulido tiene órdenes de encerrarse contigo por un mes, para que te aprendas los más mínimos detalles de cómo era el Libertador, no vaya a ser cosa que algún historiador o periodista, de los tantos que vienen, comience a preguntarte cosas y descubra el embuste.
Guzmán, rodeado de los enviados plenipotenciarios del mundo entero, entre ellos el hijo del Rey de Prusia, departe grandilocuente en la casa de gobierno. Excelentísimos señores… Os deparo una sorpresa para este gran día en que celebramos el onomástico del Padre de la Patria… ¡Que venga la negra Matea! Señores, tengo el alto honor de presentarles a la Negra Matea, el aya del Libertador.
(Expresiones de asombro entre los presentes)
Pero no se ve tan vieja como para haber cargado al Libertador, dice el Condestable de Borbón, primo del Rey de España. Para mí que el Libertador la cargó a ella.
No se equivoca amigo. Todo esto no es más que frasquiterías del farsante de Guzmán. Frasquitería y todo, el caso fue que la negra Matea, por disposición del autócrata y ladrón, ya casi le ha robado a la noble Hipólita, a quien tanto amó el Libertador, la gloria de haber sido más que haya. ¿No creen ustedes que debemos reparar lo más pronto posible tamaña injusticia?. De omisiones y tergiversaciones como ésta rebosa nuestra historia.
manueltaibo@cantv.net