Érase una vez, hace más de quinientos años, dos civilizaciones se miraron cara a cara. Entre aquellas gentes había mucha diferencia en el como contemplar el mundo, la América aborigen, ingenua, con infinitas riquezas y sin culpas, fue encontrada por la Europa que estaba renaciendo de siglos de estancamiento causado por la mentalidad dogmática de la Edad Media, el renacimiento planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, estos intereses a su vez fueron el combustible de la ambición de gente acostumbrada a sanguinarias guerras. Esto quizás tenga que ver en gran medida, con la relativa facilidad con que sucumbieron las civilizaciones nativas ante los invasores. A partir de entonces los latinoamericanos pasamos a estar albergados en nuestra propia casa, porque a la conquista continuó la era de la colonia, donde se establecieron distintos estilos de usurpación en nuestros países, que hoy aunque parezca increíble nos siguen restando autonomía y riquezas. El espíritu mercantilista que impulso la conquista y la colonización de nuestros territorios se fundaba en la razón de la depredación y el despojo por la fuerza de nuestras abundantes riquezas naturales, han pasado los años y desde aquellos días, es una realidad que hemos sido usados para responder a la demanda mundial de diversas materias primas tanto orgánicas como inorgánicas. La forma fué y ha sido, la creación de estructuras monoproductivas, que hoy son causantes de la parálisis interna en nuestros campos latinoamericanos y en la agroindustria, hechos que en el caso venezolano conllevan a un abastecimiento alimentario con dependencia del exterior para cubrir la demanda nacional. Los países latinoamericanos somos parte del engranaje del capitalismo internacional, y dentro de cada país, el poder político ha respondido a estos intereses, la prueba es que hemos tenido gobiernos que han cumplido sus mandatos sin llevar a cabo acciones para impulsar la soberanía alimentaria de la nación, este tipo de soberanía es la mas importante porque sirve de base a todas las actividades del país. Con el gobierno actual se impulsa la consolidación de un modelo donde la justicia social resalta como carta fuerte, las acciones tienen definido el objetivo de alcanzar en algunos años la soberanía alimentaria del país, un derecho nuestro que no se nos ha permitido obtener, casi seguramente a causa de los intereses que tienen las redes de poder constituidas hace siglos, redes transnacionales que facilitan el saqueo de riquezas naturales pues se han construido mercados cautivos que garantizan el acceso a materia prima abundante, mano de obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados, que no permiten el desarrollo local, para garantizar por medio del libre comercio la venta de los excedentes que se producen masivamente y con subsidios en los países del llamado primer mundo. En definitiva, como síntesis del drama de toda América Latina, hemos padecido la maldición de nuestra propia riqueza, porque en un principio la fiebre del oro fue la causa del mayor de los genocidios conocido en la historia del mundo, a eso le continuó la explotación agrícola en donde se cometieron mas violaciones a los derechos humanos por rubros como la caña de azúcar, monocultivo culpable del terrible destino de los negros arrebatados a las aldeas africanas para realizar esclavizantes trabajos inhumanos, y en el presente por las fuentes subterráneas de hidrocarburos, que nos sirven para seguir siendo blanco de ataques similares a aquellos iniciados 500 años atrás, no por hombres a caballo y con armas secretas, esta vez por compañías trasnacionales con trampas y armas jurídicas como las que usa la EXXON MOBIL contra el patrimonio de la empresa mas importante de nuestro país. Para finalizar pese a los 5 siglos de historia de opresión, originado por aquella antigua ambición de pocos y desdicha de muchos, refiero a Marx, parafraseado por Eduardo Galeano en su libro las venas abiertas de América Latina: “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria”. Gracias a esa acumulación originaria es que existen las potencias que hoy usan la guerra como continuum de usurpación. Todos estos antecedentes son los que han moldeado la actual estructura de asimétricas relaciones socioeconómicas y culturales entre nuestros países, el reconocer esta historia no tiene un interés revanchista, sirve para precisar nuestro origen que es muy importante, porque los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla hasta que la superen o hasta que ya no puedan resistir mas.
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