¿Cultura integral o cultura lineal VIP?

La integración es uno de los ejes de arranque de esta revolución. Se ahorra tiempo, amén de que se expanden de forma directa los mecanismos para alcanzar "la mayor felicidad posible". Óigase bien: LA MAYOR. Ello implica vía cuántica y quálitas. Todo un arsenal de categorías u objetivos cuantitativos proporcionan cumplimiento en cuanto a techo, salud y lo que ahora está en el tapete: educación. El simplismo lineal de esta óptica toca a lo cultural como apéndice de lo educativo, o un extra, efecto de barniz para resaltar lo social obtenido, según palabras del propio Presidente, pues se tiene una "deuda social" con la sociedad venezolana sobre todo en sus estamentos más desamparados.

Desde que la visión es lineal, el avance en el proceso es a mi modo casi nulo, o muy costoso. El desarrollo humano es multidimensional desde la más tierna edad. Aprendemos a reconocer a los más cercanos y comunicarnos al mismo tiempo que andar y alimentarnos. Esa multiplicidad es la que queremos establecer en la nueva aplicación de la justicia, de modo que sea comprensible el ámbito donde ha sido criado un infractor de la ley, para saber cómo encauzarlo. La nueva policía atendería esa visión prismática para alcanzar resultados integrales, de conjunto, no lineales.

Las necesidades son prismáticas, pero así como se piensa asumirlo con respecto a la justicia, en general no ocurre de ese modo, y no es que sea más difícil, o necesario leyes para ello. Falta un elemento esencial que determina el avance de esa marcha al nuevo hombre o mujer, hasta ahora cojo. La integralidad es la conjunción de varios lados de un prisma que deben estar pulimentados por igual. Cada ser humano recibe distintos cultivos que lo condicionan lo limitan y estimulan hacia el(los) enfoque(s) que lo realiza(n). El término "cultivo" lo define. Su responsabilidad es de mayor o menor índole, según el peso de su desenvolvimiento, por un lado, pero también según el quilate de su cultivo que es el que le brindará mayor autonomía, carisma, pero sobre todo: creatividad.

La carencia de una herramienta de defensa no es solo para el momento circunstancial que lo requiera. Estamos construyendo una sociedad socialista, o eso pretendemos. Ello trasluce proporcionar las herramientas de estímulo hacia ese objetivo. La línea directa Chávez-pueblo es en realidad casi la única, si no en su totalidad, que sostiene al proceso en una carrera de obstáculos. Hacerle llegar el papelito al Presidente provoca el júbilo de un milagro, pues se da por consumada la petición en sus manos. Eso NO ES revolución. Cuanto más, podrá ser una cola de papagayo, tiritas anudadas pedacito a pedacito, que en un momento podrá elevarlo a las nubes, pero mucha cola lo tumba sin remedio o lo eleva sólo unos cuantos metros.

Sólo un ente puede ser el encauzador de esa autonomía de vuelo, el hilo que lo eleve, el que lo amarra a las varillas, el de los fiadores equilibrados, el papel, la cola, el niño experto que lo "echa": LA CULTURA.

Cultivo no es solo escuchar y estar a ciegas con el Presidente; es "parte de", puesto que es la cabeza principal. Cultivo es siembra profusa de alternativas. No vivimos en un terreno profuso de alternativas. La primera de ellas, el estímulo es SENTIR GANAS de hacer. Tampoco vivimos en un terreno profuso de esos apetitos. Cuando enfocamos alternativas, como estímulo dentro de un ámbito socialista, es de suponer que el remedio debe tener más facilidad su hallazgo porque no se parte desde la soledad individual. Es obvio entonces que es una chispa en este caso, que un ente debe ser el que lo encienda. Si enlazamos las carencias de los pueblos son socio-culturales, que no sociales llanamente hablando, entendemos que no es casa y trabajo solamente, sino proveerle esos intereses al pueblo que le proporcionen una visión caleidoscópica multidimensional, de esa manera el interés es estímulo y cosecha de él paralelamente desde la unidad humana. Los intereses arrancan con lo cotidiano. Cada acto tiene un valor si ese valor es común, posee muchas variantes si el estímulo es inyectado. Por ejemplo: el valor del cuidado físico tiene muchas variantes, desde la salud a lo holístico. Cada variante posee muchas categorías, la salud, por ejemplo, desde lo culinario a la prevención de enfermedades, y así, los valores son tantos y el interés es tan interesante que no solo es incumbencia de profesiones, sino del común, de cada uno.

El abordamiento inicial del cultivo es cultural, la entidad debe establecer sus conexiones con las instituciones y ella debe ser la mano primaria para ese empezar andar de la unidad a la comunidad, o viceversa.

Si uno observa el o los encuentros culturales como el ofrecido ahora en Caracas, los que participan ya tienen su cultivo hecho y sus inquietudes son para animar a otros cultivados. Pero aquí debe funcionar una Revolución, esto es: HACER para llegar a ese hacer, donde cada uno esos participantes es fruto de una sociedad neoliberal, y fruto solitario, y los cubanos, ya vienen hechos. Aquí falta crear ese fomento en el común del pueblo que como dije, no es lineal, y mucho menos, "hay que esperar" a que madure el proceso, porque lo que madura es el del chance, el sortario, y su contraparte, la desesperanza. Son cúpulas, diciéndolo de otra manera, lo que viene o van de delegados a esos encuentros.

Para el cultivo humano no hacen falta grados de instrucción. Una vez asomé que un tiempo precioso perdido… aún rescatable, fue el de la misión Robinson donde se pusieron a regalar Quijotes y textos densos sobre Bolívar, cuando un egresado de Robinson sale en ese momento apenas deletreando avisos y titulares de prensa, que cada egresado tiene una circunstancia que no es la del docente, donde un stock de manuales fáciles de digerir, de pequeño formato sobre higiene, cocina, mecánica, carpintería, sembrado, narrativa, poesía elegida, un diccionario, operaciones matemáticas de ahorro, etc. Y que esa biblioteca fuese aumentando al tanto creciera el cultivo del(la) estudiante, se habría adelantado tanto en el cultivo de esa misión, que en el momento preciso, también se hubiesen impreso las razones de la aprobación de la Reforma que se perdió, miren, otro gallo cantaría ahora. ¿Si estaban interesados en la institución cultural sobre ese respecto? De eso tiene total responsabilidad el MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA, tendríamos a esta hora un nivel cultural que mejor ni hablemos. Apuesto mi vida contra todos los proyectos de cultura que lo de la Reforma habría sido una rotunda victoria.

Así como en salud está hecho, en la cultura el puente no está tendido hacia el pueblo. Esta no es una cultura para los pueblos, sino para gente VIP que hable sobre cultura de los pueblos sin inmiscuirse en ella como los médicos de Barrio Adentro. Toda esa gente reunida en Caracas lleva sus conclusiones a universidades y otras capas, no al fermento que no sabe qué hacer y el alarido de un 27 de febrero es lo que posee en sus instintos. Y claro, para colmo pueden ser inculpados de anarquistas, y hasta de "infiltrados" e inconscientes, porque procuran romper un cerco creado por esa visión VIP. No existe ninguna diferencia entre la niña que llegó llorosa ante el Presidente con la propuesta de su padre tan importante y la de los miles de trabajadores sidoristas con una puerta cerrada llamada Ministerio del Poder "Personal" para el Trabajo, donde la obviedad estaba asaltada por el surrealismo del absurdo, quedó tan derrotado como los patronos… y aún continúa en su cargo, y lo peor es que su proceder no es nada nuevo.

Una propuesta que hago también sobre los nuevos complejos urbanísticos es la de crear centros culturales o ateneos para los desarrollos que promuevan esos valores del estímulo como herramienta de apoyo al crecimiento como unidad, y conectado donde cada habitante sienta su correlación de modo que antes de habitar el sector, esa parte ateneísta esté ya creada y se desplieguen reuniones y talleres con el conglomerado. Que tengan su obra de arte en su domicilio, si eso les atrae, talleres sobre la plástica, tantos artistas en estos momentos fuera de la "cúpula" cultural. De los teatros mejor ni hablemos que acaba de pasar sus días y ni en sueños se ha pasado una sola obra de teatro en las salas principales este año. Pero sigamos, decía que se den talleres donde el nuevo vecindario comience a conocerse, sus flaquezas y fortalezas, más si ese nuevo conjunto residencial está construido por entero por sus habitantes. Cada vecino al enriquecer sus alternativas también lo hace la posibilidad de enriquecer sus intereses, de ese modo se fortalece su conciencia y su espontaneidad, vale decir, su estímulo el cual en conjunto se transforma en poder radioactivo y a su comunidad en un poder que aporta soluciones antes que estrechez de visión.

La herramienta de ese poder inicial en una revolución lo provoca el poder cultural, el ente ministerial que debe establecer enlaces con los demás entes ministeriales, los valores que la cultura pueda extender y correlacionar, por ejemplo, la actividad plástica es excelente para reducir o prevenir la neurosis, la obesidad, como la danza, reduce la compulsividad, las reuniones entre vecinos fomentan el interés a la jardinería y la belleza ambiental, como eliminar el miedo escénico. Muchos problemas que tienen ciertos batallones pesuvistas donde hay algunos participantes que son unos aviones, no se sentirían menospreciados porque adolecen del nivel de otros, de ahí que muchos de ellos sabrían qué hacer si unidos enfrentaran a aquellos, a los egocéntricos y no hablar de apabullamiento a sus espaldas.

El poder mediático por otro lado queda filtrado y anulado muchas veces pues la estupidez juega mucho en el supuesto poder manipulador que en una conciencia cultivada, rebota. Una biblioteca puede poseer los mejores libros, pero si la conciencia del vecindario funciona más un programita de concursos o Los Simpson, esa biblioteca solo será visitada por zancudos y comejenes. Sólo después de estos preámbulos que hagan puentes es que podemos hablar de las actividades como tales, donde los cultores sean parte de la comunidad y fomento del estimulo inicial, pero estamos hablando de otro Ministerio del Poder Popular para la Cultura, no de este que deja los chances pasar a un lado. Allí está Miranda. Quién de los barrios sabe de Miranda y del estímulo que pudiera brindar el generalísimo después de ese gasto oneroso en una súper producción donde más se salió hablando de los artistas contrarrevolucionarios.

Qué grato es escuchar una ovación cuando el pueblo aprueba algún funcionario que cumple su deber –Rodríguez Chacín por ejemplo-. ¿Cuánto ha sido ovacionado por el pueblo el actual ministro cultural? Que no es eso lo que se busca, pero sí hace falta, el Presidente se sentiría preocupado el día que no le demuestren su aprecio en aplausos, pues también el pan hace falta.

Que lo ocurrido en Sidor sirva de ejemplo, de precedente, una situación no debe llegar a esos extremos, donde muchos amenazaban abandonar el barco del proceso si efectivamente no se actuaba. Pues en cultura la situación no es mejor, es realmente severa, donde corrupción, robos, institutos que no funcionan, y el amedrentamiento es un fantasma que recorre los pasillos y oficinas.

¿Qué tanto habrá que esperar a que se abra una investigación exhaustiva en los interiores del Ministerio del Poder Popular para la Cultura? quizás el ministerio del que menos tiene conocimiento el Presidente, cuidado si no el más alejado del pueblo aunque él no lo crea.

arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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