Esa es la calificación que cabe hacer a los análisis absurdos que hicieron
voceros de la oposición (políticos o "intelectuales": Olavarría, Faraco,
Rivero, Francheski, Salgueiro, entre otros), en los programas de opinión
televisivo de la mañana del miércoles 19 de noviembre. Debo confesar que
desde hace mucho tiempo ya no escucho, ni veo, ni leo, periódicos, radio o
televisión pertenecientes al aberrante sector de la oposición reaccionaria.
Ultraderecha, es la categoría socio-política exacta de estos medios
difusores de mensajes convertidos en propaganda perniciosa, nociva y
maligna. Lamentable observar como en una época esos medios que eran
recomendados a los alumnos universitarios, de pregrado y postgrado para su
obligada lectura o sintonía, ahora se ignoran y hasta se siente
animadversión hacia ellos.
Me fajé a escucharlos sacrifico intelectual un poco obligado, ya que
guardo reposo en mi casa, pues mañana jueves 20 me van a intervenir
quirúrgicamente-- porque pensé que los anuncios del Presidente que hizo,
ante un nutrido y significativo auditorio del sector privado (empresarios
productivos que asumen la Revolución), en la noche del martes 18, serían
estímulos para vislumbrar un futuro promisorio. Creí que las noticias
mañaneras y las opiniones de los escuálidos tocarían la relevancia del
mensaje alentador de Hugo Chávez. Imaginé que la postura del Presidente,
ponderado, denso y amplio para todos, produciría efectos positivos en sus
adversarios. Anoche dormí satisfecho por lo que había escuchado. Estaba
seguro que los analistas y comunicadores harían mención a lo anunciado por
el Presidente en su condición de Jefe de Estado: el Parque Industrial, el
Banco de Insumos, el cambio de deuda por inversión, planes para el sector
ensamblador automotriz, acciones para sector agroalimentario. Muy bien
estuvo el Presidente.
Sin embargo, la mezquindad y el egoísmo de los hombres que están del lado de
la oposición, frustran cualquier intento de aceptar su madurez. Para nada,
nadie y ninguno mencionaron ni una palabra. Sin lógica, estos opositores
arremeten con descalificativos hacia el Presidente, negándole su auténtico y
bien ganado liderazgo. Pretenden autoconvencerse que Hugo Chávez es algo así
como un "tigre de papel". Es líder porque en sus filas escuálidas no lo hay.
Entonces, modelan la realidad, emitiendo conceptos rebuscados y justificados
solamente para ellos y para la población cautiva que los escucha,
haciéndole ver que "Šen el país de los ciegos el tuerto es rey". Que pena
saber que se duelen de lo ajeno. Pobres hombres. Apetecen algo que ellos no
tienen. Su ataque a Chávez es, precisamente, por la consolidación de su
liderazgo. No sólo en Venezuela, sino por las dimensiones continentales que
está adquiriendo. Les duele ver que un hombre sencillo y de extracción
popular se proyecte en el siglo actual como uno de los líderes de
trascendencia mundial. Anodinos, por pretender desconocer la fortaleza de
Chávez en el pueblo. Las imágenes del domingo pasado en el "Aló Presidente",
cuando Hugo Chávez aparece consolando a la viejita, transmitiéndole afecto y
ternura, esa imagen sintetiza el amor que siente el pueblo por el hombre que
se ha atrevido a desafiar al Imperio y a estremecer los intereses de los
poderosos intocables de Venezuela. Eso es lo que no soportan. Ellos desean
tener lo que Chávez tiene: liderazgo y pueblo. Además, inaudita revelación.
Ellos, que son dirigentes de los sectores que adversan al Proceso, o
símbolos de la cúpula pensante de la oposición, le echan la culpa de la
consolidación de Chávez a la falta de líderes en la oposición. Como entender
esa autodescalificación. Si son ellos mismo los que han estado allí,
atacando, conspirando, desestabilizando. Ellos mismo son la oposición. A
dónde van los señalamientos de los errores. "Escurrir el bulto", se dice
popularmente. Tristeza causa saber que en pleno siglo XXI carecemos de
hombres íntegros que puedan ser auténticos opositores.
No obstante, aunque la oposición niegue a Hugo Chávez y le desconozca sus
virtudes como líder, aunque persistan los ataques y la propaganda
contra-revolucionaria, a pesar de la envidia, el odio y lo absurdo de la
oposición, quienes estamos resteados con este Proceso y apoyamos
incondicionalmente al Presidente, debemos continuar firmes en las posiciones
irreductibles de consolidar el proyecto bolivariano en Venezuela. Continuar
facilitando la unidad de los rebeldes, apuntalar las estructuras populares,
ampliar las vías de difusión ideológica y no dejarse desmoralizar por los
medios reaccionarios. No creer en las eufóricas proyecciones que dan el
triunfo del referendo revocatorio. No sentirse derrotados. El efecto
psicológico de imponer sus mentiras no puede quebrar el espíritu
revolucionario de los hombres de buena voluntad. izarraw@cantv.net
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