La economía venezolana cerró el primer trimestre de 2008 con una respetable tasa de crecimiento de 4,8%. Si revisamos un poco más allá, comprobaremos que entre el último trimestre de 2003 y el primer trimestre de 2008, la actividad económica del país acumula un crecimiento trimestral sostenido, armónico y prolongado.
Esto se dice fácil, pero hay que poner especial atención en los antecedentes de este fenómeno tan positivo. Durante 2002 y los 3 primeros trimestres de 2003, el PIB nacional experimentó una fuerte contracción anualizada de entre 6 y 7,5 %, respectivamente. Ello fue producto de la locura suicida del paro-sabotaje-petrolero, que costó la bicoca de $ 14 millardos aproximadamente.
Si seguimos en la onda de hurgar un poco en el pasado reciente, también será fácil concluir que estamos en presencia del “rebote económico” más largo de la historia de la humanidad. La pléyade de economistas, profesores del Iesa, opinadores de oficio, y tarotólogos de indicadores, se llenaban la bocaza desacreditando el crecimiento que comenzó a manifestarse con fuerza desde el último trimestre de 2003 y alertaban que en cualquier momento la tendencia favorable se trocaría en desfavorable, “por simple inercia”.
Así los versados opinadores de oficio, basados en su aguda sapiencia repitieron hasta la saciedad que la única explicación lógica al crecimiento que estaba experimentado la economía era el denominado “efecto de rebote”, que –según decían era natural- tras una caída tan pronunciada, como la experimentada en 2002 y buena parte de 2003.
El corillo fue rabioso y bien concertado. El ritornelo del rebote llegó casi a enloquecernos, pues emisoras radiales, periódicos especializados de economía, páginas web, televisoras, editoriales y noticieros de televisión, estaban encadenados con el fulano rebote y a decir verdad todos llegamos a tener la sensación, en menor o mayor grado, de que estábamos efectivamente de bote en bote.
Inferimos que ése mega-rebote planteado por cúpulas empresariales y expertos económicos sería el preludio de un descalabro también marcado, pero lamentablemente para las hienas y chacales mediáticos, que se frotan las manos con cualquier cosa negativa para Venezuela o que pueda llegar serlo, el tal rebote ya puede ser inscrito en el libro récord de Guinnes, porque ya acumula una extensión de 18 trimestres consecutivos, es decir 72 meses, o lo que es lo mismo 540 días seguidos de rebote y la economía nada que cae.
Los ideólogos de la teoría del rebote se han dado cuenta de que tal tesis ha perdido credibilidad por la fuerza de los hechos. Así que hechos los locos, como quien no quiere la cosa, fieles a su estilo irresponsable del “paro se nos fue, se nos escapó de las manos”; los padres de la fracasada teoría han dejado repentinamente de hablar de ella, al menos mediáticamente. Sin embargo, valiéndose de una argucia comunicacional, ya no hablan de rebote, ahora han empezado hablar de una nueva y más elaborada teoría: el crecimiento frenado.
Ya tenemos una nueva explicación! Pues, coño que no estamos rebotando sino creciendo con frenazos, como bien aclara un diario de circulación nacional, de cuyo nombre no quiero acordarme. Así que bueno vayamos preparándonos, porque de aquí para abajo todo es posible. Con estos ideólogos es fácil quebrar cualquier negocio, ellos hablan de socialismo y amenazas y quieren propalar el terror. Lo que sea con tal de salir del hombre que les tiene obsesionados, locos y disociados; pero en verdad parece que el título de analistas les queda grande porque tienen la sesera llena de caca, se quitan y ponen argumentos con el mayor desparpajo. Un buen día son maestros del rebote, otro del crecimiento frenando, mañana serán expertos en el baile sentado y el sueño caminando. Parafraseando aquel célebre personaje del comic francés: “Estos tipos están majaretas”.
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