En fecha reciente un grupo de notables, notablemente parecido a los comités elitescos integrados por la flor y nata de la intelectualidad aristocrática que brotaban en los momentos críticos de la era conchupante, surgió ante la alta sociedad civil con un cognomento ligeramente confuso.
Se trata del combo que algunos denominan 2D, queriendo aludir al pasado 2 de diciembre, fecha del referendo constitucional que, como se sabe, culminó en la chiripérica victoria del No, que logró aventajar al Sí por la mínima diferencia.
La pronunciación del "dos-de" resulta confusa y hasta cacofónica, por lo que los entendidos prefieren llamarlo el "dedos", designación que, además de incluir la fecha selecta, aporta una connotación digital, indicativa de la selección dedálica de sus integrantes.
Al aparecer el "dedos" numerosos rumores aludieron a un candidato de facto, figura cuya justificación es innecesaria ante un régimen de la misma procedencia. Según la teoría de marras, mientras la oposición legalista y crédula se desgasta escogiendo aspirantes para las elecciones del 23 de noviembre, los notables de este grupo aportan un candidato prèt-â-por ter, listo para ofrecerse en caso de emergencia.
Como es lógico y natural, al pertenecer buena parte de los notables a la nómina de cierto diario, cundió entre ellos una especie de furor oterino, así llamado por la tendencia irrefrenable a postular al editor-director-propietario del matutino en cuestión.
Por una afortunada coincidencia, las siglas del candidato: MEO, permitirán que el nombre se riegue a lo largo y ancho del país, dejando huellas inolvidables en diversas localidades. Los textos publicitarios podrán indicar: "MEO por aquí, MEO por allá, MEO por toda Venezuela".
En cuanto a los planteamientos ideológicos, no harán falta tales menudencias pues se trata del candidato impuesto por el Nazional, cuya posición es clara-rosa en materia de propiedad privada y capitalismo salvaje.
Algunos consideran que MEO no aguantará las ganas hasta el 23N, provocando un chorro de confusiones que salpicará a la oposición más comedida.
El temor es que MEO lo haga fuera del perol.
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