Una de las cosas más extrañas que ocurren en el mundo de la economía en nuestro país, es que muchos opinan en los medios, pero muy pocos o casi ninguno son osados en dejar plasmados en letras el mismo discurso mediático, nos referimos a quienes sistemáticamente y de manera eventual emiten opinión acerca de la marcha del tipo de economía que se aplica en Venezuela; nos preguntamos a que se debe semejante situación, no es un artículo por aquí o por allá que de acuerdo al tema de la semana sirven de catarsis a quienes dicen que no están de acuerdo con tal o cual medida implementada por el gobierno.
Un economista realmente serio, despojado del síndrome oposicionista, aunque lo sea en realidad, conoce y maneja las estadísticas macro y microeconómicas que arrojan los resultados de una política que durante cuatro años viene en crecimiento, sencillamente no pueden esgrimir razones profesionales en base al conocimiento académico que desmientan tales resultados, porque estamos en presencia de una economía no solo real, sino que además está creando los soportes para el futuro, resguardándose de los embates que puedan ocurrir en el devenir nacional e internacional, que por cierto es en el orden internacional que la incertidumbre de hoy llena los pronósticos de mañana.
Sin muchos aspavientos, la economía venezolana está y lo digo sin exageraciones, dando el ejemplo al mundo, que se puede hacer política económica bajo causas y efectos distintos a los acostumbrados, lo que quiere decir que estamos en presencia de una edición inédita del como hacer política económica fuera de los conceptos tradicionales y sin la consideración de factores de influencia externa. De manera soberana se han tomado decisiones en política monetaria, fiscal, cambiaria y financiera alejados de los circuitos a que nos tenían acostumbrados y que forman parte del mundo de la dominación y la especulación, de la presión y la formalidad económica conservadora en términos de: redistribución de la riqueza, prioridades de la población, factores endógenos, programas sociales, relación laboral, estado de bienestar como medida para tratar de salvar al capitalismo depredador, como ocurrió previo al aceleramiento de la globalización que dio como resultado el nefasto neoliberalismo ultraconservador que tuvo sus picos de aplicación desde mediados de los ochenta y fines de los noventa, con sus consecuencias de mayor pobreza y exclusión.
Un ejemplo de ello lo tenemos en estas cifras: de acuerdo a los informes del PNUD, en 1960, los países con el 20% de la población más rica del mundo habían sumado treinta (30) veces más ingresos que aquellos países con el 20% de la población más pobre del mundo. Luego en la era neoliberal, la desigualdad entre los países más ricos y los pobres se duplicó, apuntando que para el año 2002, 2800 millones de personas viven con menos de dos dólares diarios , mientras que 1200 millones viven con menos de un dólar diario en un gran número de países, el progreso señaló Weisbroth, a la hora de mejorar la esperanza de vida y la educación, como la reducción de la mortalidad infantil, fue más lento durante la era neoliberal que durante las dos décadas anteriores.
Como pueden ver, no es casualidad que países como Cuba y Venezuela, están muy por encima de esos resultados, ello obedece a que sus políticas de orden independiente, sin influencias corporativas y en actos de soberanía, se sobrepusieron a los dictados del neoliberalismo y elaboraron políticas dirigidas precisamente a corregir estas carencias heredadas de los malos gobiernos entreguistas, el asunto está en la valentía que como país ha sabido demostrar en la teoría y práctica el gobierno bolivariano.
Está claro que las estrategias del gobierno bolivariano en los nueve años, ha demostrado ser eficientes y sostenidas, tal cual los resultados macroeconómicos que marchan simultáneamente a lo micro de la sociedad venezolana; mayores ingresos, mayor empleo, salario mínimo por encima del promedio latinoamericano, menor mortalidad infantil, crecimiento de la esperanza de vida, el país más alegre del mundo, mayor y mejor acceso a la educación, estructura de salud nacional con la creación de centros de salud primaria y especializados.
No es difícil descubrir la mejoría notable en la calidad de vida de muchos sectores de la población, evidenciado en mayores ingresos, la reducción de la pobreza crítica y la pobreza media, la incorporación de millones de ciudadanos a la participación y el protagonismo social y económico, todo ello, posible gracias a la política económica que toma en cuenta a los pobres, es decir, se hace e implementa política económica no en función de grupos interesados, sino de la mayoría que fue siempre excluida y dejada al olvido sistémico.
Por último, quien quiera verificar la teoría de lo que aquí escribimos, puede placenteramente acudir a los sitios de información telemática y revisar las páginas, inclusive de sitios no oficiales, o acudir a los organismos oficiales como el Banco Central de Venezuela, el Instituto Nacional de Estadísticas o la información como país en organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Mundial de la Salud, la UNESCO , la misma Organización del Comercio Internacional, la OPEP, entre otros, en fin un país que nos hace orgullosos, porque además se rescató lo casi perdido, la dignidad de país, la identidad nacional y el cada vez fuerte abrazo a la autoestima nacional.
rafaelfebles@yahoo.com