Si hay un factor que está afectando y erosionando seriamente el Proceso Bolivariano, es la inseguridad a nivel nacional. No estamos descubriendo el agua tibia pero no se están tomando las medidas mínimas necesarias para enfrentar el problema de manera frontal. No hay conversación en todos los ámbitos sociales donde no se hable de atracos, robos, secuestros crímenes variopintos, violaciones a mujeres y niñ@s. Si hiciéramos un estudio estadístico de cuantas personas hemos sido víctimas del delito, veríamos cifras preocupantes. El crimen nos está acorralando, ministro Chacín. No dudamos de sus buenas y sinceras intenciones pero eso no es suficiente, falta acción, medidas de emergencia y de largo alcance. No hay lugar seguro, hasta las funerarias son atracadas sin el menor escrúpulo y respeto por los dolientes. Millones de compatriotas se abstienen de salir en determinadas horas del día y de la noche por terror a ser atracados. Las casas son fortalecidas con enormes cercas y cables con electricidad; los que no podemos hacer ese gasto dependemos de las oraciones a la buena de Dios. Todo ese tenebroso panorama nacional está ensombreciendo el esfuerzo del gobierno por hacer un buen trabajo y la abstención en las elecciones tiene un gran porcentaje de rabia e impotencia por tanta inseguridad. Los anteriores ministros no fueron malos, fueron pésimos y han dejado una herencia de ineficacia y desidia que cada año es más difícil de superar, o sea, vamos en espiral descendente. Claro que a todo eso debemos agregar la inepta Fiscalía y el corrupto y complaciente Poder Judicial. Podríamos citar muchísimos ejemplos pero no es el caso ocuparnos de esos dos organismos cómplices del delito donde la justicia y la honorabilidad brillan por su ausencia en muchos funcionarios. ¿Usted cree, señor ministro Chacín, que en las próximas elecciones del 23-N habrá poca abstención? Pues NO, será mucha y el vector principal es el crimen que campea horondo en todo el territorio nacional. No se ocupe sólo de la Gran Caracas, mire para los otros puntos cardinales, haga algo para sacarnos de las cárceles en las que se han convertido nuestros hogares. Muchas fiestas en casas de familia y clubes son violentadas por bandoleros que arrasan con todo lo que se puedan llevar de los asistentes. ¿Eso es vida, señor Chacín? Usted no es el culpable de eso pero sí es responsable por la implementación de una política de emergencia que alivie esa horrorosa carga de violencia que nos azota.
En el Zulia, por ejemplo, los secuestros son DIARIOS, sí, como lo oye, DIARIOS. Muchos son los llamados secuestro-exprés que NO salen reseñados en la prensa pues no hay denuncias. Las policías municipales y regionales, casi todas, a nivel nacional, están llenas de bandidos, incluyendo al CICPC y la Guardia Nacional y no vemos acciones concretas para depurar esos organismos que deberían velar por nuestra seguridad. Lo que estamos viviendo es terrible, señor ministro, tome medidas de emergencia o se perderá la V República pero no por golpismo o invasión extranjera, no, por decepción del ciudadano que ve su permanencia en este mundo como si estuviera caminando por el filo de la navaja. ¿Es difícil entender esto, ilustre funcionario? Ustedes no son afectados porque tienen guardaespaldas hasta en la cocina de sus casas pero el empresario, el comerciante, los taxistas, los choferes todos, las amas de casa, los niños que transitan por nuestras calles, el ciudadano de a pie sí lo sufren. Si usted visitara la ciudad de Maracaibo y se detuviese en cuatro puntos críticos de la ciudad, escucharía tantas quejas y relatos macabros del crimen, que no dormiría en una semana. Aquí necesitamos que la Guardia Nacional y el Ejército salgan a la calle, como en los días de la reunión cumbre de Petrocaribe. Los ilustres visitantes requieren de protección, muy cierto: ¿Y el venezolano dueño del petróleo y de las riquezas todas del país, no lo merece? ¿Qué nos pasa, señor Chacín, será que estamos invirtiendo los esquemas, qué pasa en verdad? ¿Cómo es posible que los ladrones de carros maten a docenas de personas y la policía, que sabe donde se enconchan los delincuentes, no hace nada? ¿Cuándo usted hará lo que tiene que hacer, cuándo señor Chacín, cuando un familiar suyo (dios no lo quiera) sea afectado?
Tenemos mucha rabia, señor ministro, y eso no es saludable para el mejor desarrollo del país y de la revolución incipìente que tenemos. Cuando se llega a la cumbre del poder anormalmente se olvidan de los de abajo que dimos nuestros votos para colocarlos en una posición, y el brillo hipnótico de la cartera de ministro, del cargo de diputado o de otra función importante los aleja de la cruda realidad de los hechos. Le recomiendo, respetado señor Chacín, que no se esfuerce mucho en dar cifras tenebrosas de 3 o 7 por ciento menos de crímenes, no, eso es abominable, implemente medidas de emergencia, no efectistas pero sí tranquilizadoras para que al despertar cada día no nos levantemos tensos y nerviosos pensando si regresaremos atracados o en un ataúd a nuestros hogares. La cosa es seria, señor ministro, no juguemos con candela. Que Dios salve a la patria.
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