La política es muy cochina,
urge adecentarla. Ése fue el legado perverso y a la vez el reto que
nos dejaron 40 años de bipartidismo adeco-copeyano. Por décadas los
pseudos líderes que detentaron el poder durante la IV se dedicaron
a sumergir esta actividad en un pantano putrefacto, donde el “ñemeo”
era el principal estandarte. Luego de 10 años de revolución se han
hecho grandes esfuerzos por adecentar el escenario político, sin embargo
el raquitismo moral, a la hora de asumir compromisos y defender ideales
sigue intacto. Con el devenir de los acontecimientos se han ido decantando
las cosas y mientras más nos acercamos a los momentos de las definiciones,
muchos “aliados” se han rajado y montan tienda aparte en la acera
de enfrente. La lista ha sido larga y en tandas. Primero fue el Movimiento
al Socialismo (MAS) de Mujica (Felipe) y Puchi (Leopoldo), secundado
por Pablo Medina y los retazos de la Causa R. De esas dos desbandadas
surgió Patria Para Todos y un poco después Vamos (Rafael Simón Jiménez)
y Podemos (Ismael García). Igualmente, los meses previos al golpe de
Estado de abril de 2002, Luís Miquilena asestó su zarpazo y luego
de saltar la talanquera creó una cosa llamada Solidaridad que hoy día
nadie recuerda. Varios años más tarde, ese guabineo de nuestros supuestos
aliados aportó su granito de arena en la derrota de la Reforma Constitucional.
La miopía política de unos camaradas que desoyeron el llamado para
sumarse a la conformación del PSUV, por no renunciar a sus pequeñas
cuotas de poder, evidentemente tuvo un efecto negativo. Con el correr
de los días, el Podemos de Ismael, Didalco y Ramón se ha convertido
en una mutación extraña que camina del lado de la derecha más recalcitrante,
como lo viene haciendo desde hace rato el infame Gabriel Puerta Aponte
y la otrora combativa Bandera Roja. Lo más lamentable es que en estos
momentos, cuando se ha dado un paso tan importante, como la selección
de nuestros candidatos mediante unas elecciones primarias, los aliados
que resistieron ese último cisma (PPT, PCV, UPV y el MEP) ahora están
empezando también a rajarse. Las razones de su malestar no están asociadas
a diferencias programáticas o ideológicas, lo único que les incomoda
es que quieren lanzar sus propios candidatos en algunos estados. Reparto
de poder puro y duro; vieja lógica de la política del ñemeo cuartorepublicano.
El tiempo dirá como acaba esta historia, pero el cacareado argumento
de que es preciso aguantar los caprichos de estos tipos, en aras de
una supuesta unidad que impida la eventual pérdida de algunas gobernaciones,
no parece suficiente. Incluso, me atrevo a decir que es mejor negocio
perder en algunos estados que seguir preservando esta alianza de pacotilla.
Oposición pa’ cogé palco. Aunque muchos de los supuestos aliados del Psuv se encuentran chapoteando en una ciénaga sórdida. No hay palabras para describir lo que ocurre en la oposición venezolana. A siete meses del fulano acuerdo de unidad, siguen peleándose y dándose puñaladas de todas las clases. Buscan a dentelladas un consenso basado en encuestas que ellos mismos ponen en duda. Lo ocurrido en Chacao entre Liliana Hernández y Leopoldito “bolsillo roto” López ilustra las miserias de una oposición enana. Ambos compañeros de plancha se están matando a cuchillo limpio por la alcaldía que deja libre este malandro inhabilitado. La ex adeca, ex alianza Bravo Pueblo y ex Primero Justicia quiere ser alcaldesa de Chacao a toda costa, pero Leopoldin quiere dejar en el trono a uno de sus delfines. Después de todo este lapso de tiempo anuncian por fin un consenso chucuto en varios estados y el inefable adeco-eterno de Ramos Allup y el novel líder copeyano Luis Ignacio Planas protagonizan un berrinche digno de los mejores tiempos de la guanábana puntofijista. A estas alturas del juego, cómo es posible que los que pongan trabas en el seno de la oposición sean los cascarones vacíos de AD y COPEI, dos agrupaciones políticas mafiosas culpables directos del descalabro que se vivió en este país durante la era de la mal llamada democracia representativa. Así de mal andan en la oposición. Amén de que es tan variada esa fauna que siguen existiendo extremistas violentos, como los locos del Comando de la Resistencia, cuya única obsesión sigue siendo sacar a Chávez a como de lugar y en consecuencia ya empiezan a acariciar de nuevo la estrategia abstencionista. En una línea similar se sitúan los simpatizantes de Leopoldo López y los demás precandidatos que han sido inhabilitados por estar incursos en presuntos actos de corrupción, éstos están a la expectativa de que se defina la situación jurídica para renovar los llamados guerreristas de guarimba y sabotaje. Y existen algunos partidos ganados a participar, pero que nunca descartan completamente la locura de cantar fraude como una opción. En fin Dios los cría y el Diablo los junta.
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