A la luz de los “resultados” proclamados por el hombre de la cachucha al revés puedo suponer, -más allá de los naturales ejercicios de autoengaño- la clase de frustración que aplasta a estos señores de la CD. Veamos con objetividad estos resultados, aún concediéndoles que el CNE no les anule ni una sola firma.
Han colocado toda la carne en el asador para este “reafirmazo”. Han tenido cuatro días para convocar al sector que, más asustados que convencidos, les sigue en sus llamados y convocatorias.
Ha sido multimillonaria la “inversión” colocada en la acción: Medios de comunicación, empresarios, iglesia católica, maquinaria política, presiones, etc.
Han dispuesto de todas las oportunidades posibles para haber convertido en realidad la virtualidad de unas encuestas que les concedían el 70 o más por ciento de la intención de voto. En condiciones de absoluta ventaja para todas sus operaciones de chantaje sobre un sector importante de empleados y obreros y, -reitero- contando para ello con cuatro días, habrían alcanzado el 28% del REP para el 15 de Noviembre ubicado en doce millones quinientos mil votantes.
Saben que no pueden sumar este 28% real a una probable abstención del 40% que en este caso obra a favor del Presidente. Saben también que un significativo segmento de los tradicionales abstencionistas fueron convertidos, -temporalmente- en firmantes por la estrategia diseñada por la organización SUMATE y FEDECÁMARAS. Este sector, sumamente importante para determinar el signo de un proceso eleccionario del tipo, universal, directo y SECRETO, no sólo regresará a los plácidos predios del abstencionismo sino qué, humillado, molestado y ofendido, saldrán de allí, -si salen- para castigar con su voto los abusos sufridos. (De esto hemos tenido numerosas pruebas y testimonios de: obreros, vigilantes, empleados, etc.).
Al contrario, contra todo pronóstico y toda encuesta, el chavismo obtuvo dos millones seiscientos cincuenta mil firmantes en un universo de dos tercios del REP, lo cual, al proyectarse al universo total da una intención de voto de cuatro millones de votantes. Esto, aún cuando la figura del Presidente no estaba siendo objeto de la recolección de firmas, conociendo, tanto nosotros como ellos, que su imagen hubiese representado un atractivo superior en la convocatoria al hecho de revocar a unos diputados de las oposición.
Por otro lado es sumamente esclarecedor que mientras a duras penas han alcanzado (CD dixi) el 20% necesario para solicitar el revocatorio a diputados revolucionarios manifiesten haber logrado 28% para el revocatorio del Presidente de la República. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que, al menos esos 8 puntos, equivalentes a UN MILLÓN DE FIRMANTES, deben estar representados por la trampa de los días domingo y lunes de su reafirmazo.
En otras palabras, en estos momentos, estos señores saben que tienen un revocatorio absoluta y totalmente perdido, y saben además el efecto que este triunfo del Presidente tendrá sobre las inmediatas elecciones para gobernadores y alcaldes. Eso lo saben y por eso mismo son en este momento más peligrosos que nunca. Saben que con un buen primer trimestre en la economía del país para el 2004, así como una acertada gestión dirigida a los sectores excluidos así como a los pequeños y medianos empresarios la revolcada será de “padre y muy señor nuestro”.
Tiempo pues de estar más alertas que nunca a campañas dirigidas a torpedear la economía. Van jugando a Rosalinda, han invertido demasiado, se han comprometido más allá de lo razonable y se jugarán cualquier baza por absurda que esta sea. Esa es la realidad –real y no virtual- al día de hoy 2 de diciembre de 2003 a un año del albur extremo e irracional del “paro cívico”, así que alerta por amor a Venezuela.
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