Lo que uno escuchaba cuando era un güililla, (pequeño). Cuando perdía en cualquier competencia y no lograba el triunfo, -lo importante es competir- Si no se gana, se pierde, pero siempre, lo importante es competir. Sin duda, los que ganan son los mejores. No sé si esto es verdad o mentira, -pero cuando competimos lo hacemos para ganar-, si no ganamos el otro competidor o competidores lo hicieron mejor sin duda. En este caso, Venezuela, hizo un enorme esfuerzo. La delegación seleccionada fue la más numerosa que la patria de Bolívar envió a unos juegos olímpicos. Sin dudarlo eran los mejores deportistas en cada una de las especialidades competitivas, y seleccionados tras ganar competencias de su disciplina con países latinoamericanos y de otras regiones.
– Los ciento diez atletas que fueron a Pekín son nuestros mejores deportistas- -Sin duda querían ganar la medalla de oro, plata, o de bronce. Pero, esta vez otros lo hicieron mejor, y nuestras panas fueron vencidos, más no derrotados. Acumularon nuevas experiencias para futuras competencias, tiempo tienen, pues son jóvenes, y sin duda esa semilla de conocimientos, les servirá para perfeccionarse y crear deportistas que en las próximas olimpiadas del 2012 en Londres, ganen medallas doradas, plateadas o cobrizas. Hasta el presente son once las medallas ganadas por atletas venezolanos en competencias olímpicas.
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Sin duda se hizo un gran esfuerzo, pero no fue suficiente, se deben trabajar mucho más las técnicas, la mística, y la dedicación a tiempo completo, para en la próxima oportunidad, tratar de conquistar más triunfos.
Para los venezolanos es un honor que sus mejores atletas participaran en las olimpiadas en Beijing. Pero, no tenemos ninguna excusa para no haber conquistado en más oportunidades la corona de olivo, -ahora medalla de oro, plata o bronce. Gloria, a los atletas que compitieron por la patria de Bolívar, y que llevaron la bandera de Miranda a tan importante estadio y aportaron su mejor esfuerzo por lograr el triunfo.
– Los atletas de competencia son seres privilegiados, como tales debe tratarlos el estado. De las derrotas, también se aprende, se sacan lecciones, se afinan tácticas y estrategias. Pero debemos conocer que el atleta se forma desde muy niño, y con un trabajo incansable y perpetuo. Se va creando esa joya, sí, ese ser inigualable, que llegado el preciso momento, la hora del triunfo de la explosión de sus alegrías y esfuerzos para lo que ha trabajado toda su vida. Los momentos de gloria suprema de un atleta, son muy contados si pensamos que para ello a dedicado toda una vida.
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Por eso en los países deportistas, y China lo es, el atleta es una persona que desde muy pequeño, lo van formando, mimando, tallando para transformarlo cuando llegue el instante supremo en un brillante cuyo resplandor mire regocijado el mismo Sol.
Debemos ser humildes y aprender, cuales son nuestras fortalezas, nuestras debilidades y manos a la obra, a corregirlas toca. – Que al atleta verdadero no le falte nada.
Se ha logrado mucho, pero los resultados no han sido los esperados, (por ahora) a pesar del gran esfuerzo realizado. Una pequeña delegación, de un pequeño país hermano como Jamaica y su atleta de pista (velocista) Usain Bolt (ganador de tres medallas de oro cien, doscientos y relevo de 400x100 más tres marcas mundiales. Jamaica, ha sido capaz de lograr seis medallas doradas, tres de plata y una de bronce Lo que nos indica que no es la cantidad sino la calidad lo que se impone.
Pero sin duda todos nuestros atletas, fueron con anterioridad clasificados, y tenían meritos para ir a Beijing (antes Ciudad Prohibida, -se le conoce también con este nombre- la que fuese otrora, residencia de los emperadores chinos)- Beijing, estaba defendida por una triple muralla, es el más grande palacio del mundo, hoy convertido en museo cuenta con 9.999 habitaciones y está situado frente a la plaza Tiananmen.
Para finalizar, es puntual que hagamos un triste comentario, en diversos canales de televisión y radio, asi como alguna prensa nazi y algunos comentaristas deportivos, se sentían eufóricos cuando Venezuela Bolivariana perdía, y ganaba otro país cualquiera, sobre todo si la derrota era frente a EE.UU. Estos mercenarios pitiyanquis, ellos los pitiyanquis lamentan haber nacido en Venezuela, y no en EE.UU. Personas así, no pueden llamarse venezolanos. Deberían pedir la nacionalidad de United States, e ir a pelear a Afganistán o a Irak, y jugarse su pellejo en defensa de los oscuros intereses del imperio.
Es innegable, que en esta gesta olímpica deportiva, también existe un alto ingrediente político.
Lo vimos, cuando EE.UU quiso boicotear las olimpiadas de Beijing con el –cuento- de la libertad e independencia del Tibet.
A trabajar desde ahora, para esta nueva olimpiada en el 2.012 en Londres.
Por ahora, Venezuela Bolivariana, tiene un corazón de oro. -Lo tiene nuestro presidente Chávez-.
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