Las veintiséis leyes aprobadas por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela en ley habilitante, son objeto de un ataque despiadado de parte de la oposición, acompañada de algunos medios de comunicación, que como siempre demuestran su apego a las más conservadoras posturas contra todo lo que signifique darle sentido real a la constitución de 1999. Sin excepción, todos los sectores oposicionistas objetan nuevamente unas leyes que en esencia les permite a los menos favorecidos económicamente, acceder a la política productiva nacional, el turismo, la vivienda.
No se trata de contrabandear la reforma constitucional sometida a consulta en el referendo del dos de diciembre, simplemente, que la carta magna necesita de un cuerpo legal adecuado a los objetivos del estado venezolano que no es otro sino ir rompiendo los esquemas de la exclusión.
La Nueva Ley de Turismo, toma en cuenta a los consejos comunales y va a hacer de la actividad turística, una práctica económica, un punto de impulso para las comunidades ya organizadas. Con esa idea, se consolidarán las pequeñas localidades con potencial para convertirse en referencia de los destinos turísticos a nivel nacional e internacional.
La empresa turística privada (de acuerdo al contenido de esta ley) seguirá en funcionamiento, existiendo, pero paralelamente, los pobladores de una región determinada, serán beneficiados de las bondades y atractivos naturales de cada rincón venezolano.
Es importante afirmar por ejemplo, que la ley de vivienda y hábitat, unida a la de créditos habitacionales, tendrá una condición social de protección del derecho a tener casa propia y concede el cien por ciento del costo del inmueble.
De esta forma se facilita de manera sustancial el acceso a techo para las familias trabajadoras y clase media. ¿Cuál es el lado negativo de esta ley? ¿Dónde está el autoritarismo? ¿De ejecutarse estas leyes, crecerá la inflación? ¿Cómo demuestra el actual Estado que es humanista? El beneficio social es un indicador del carácter socialista del Estado, la inflación es un fenómeno presente con el dominio del libre mercado y la propiedad privada.
No todo el andamiaje productivo debe y puede estar en manos de la libre iniciativa o empresa privada que por cierto siempre ha vivido a costa de los financiamientos de la administración pública o de los gobiernos que elige el pueblo.
Lo que sucede es que la profundización de la economía a favor de las grandes mayorías es contraria a los principios neoliberales que defiende ese tipo de economía que enriquece a unos pocos y mantiene en la pobreza a millones de venezolanos.
Hoy, el presidente Hugo Chávez, abre una brecha para darle poder al pueblo y esto no lo aceptan los monopolistas, ni las pocas familias que manejan los grandes recursos de capital en nuestro país Venezuela. En referencia a la Fuerza Armada Nacional, se crea una milicia en calidad de apoyo a la defensa de la nación dirigida por oficiales de los diferentes componentes: Aviación, Ejército, Marina y Guardia Nacional.
Lo que indica más bien un fortalecimiento para nuestra Fuerza Armada. Hay que repetir insistentemente, que mientras sea cada vez más fortalecido el poder popular, la contradicción con las élites irá creciendo, esta es una lucha entre los viejos esquemas económicos y culturales y la nueva sociedad que se quiere construir que es el Socialismo, hay que estar concientes de esta realidad. Dos olas chocan y seguirán chocando irremediablemente.
Venezuela va a ser por mucho tiempo, objeto de los mas despiadados calificativos y será sometida a todos las presiones para frenar el avance de un sistema social inspirado en los grandes héroes latinoamericanos y librepensadores. La proyección de la Revolución Bolivariana, hacia toda la América es un hecho evidente, es el advenimiento del pueblo libre.
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