Últimas Noticias, domingo 4 de Enero de 2004
El año 2004 se abre lleno de expectativas en torno a las recolectas de firmas de fines de año. Más de 60 diputados de gobierno y oposición esperan por unos resultados de los cuales dependerá que se convoque a los respectivos referendos.
La Coordinadora Democrática reconoció que en seis casos no pudieron recabar las firmas, lo que hace suponer que habrá otros más en los cuales creen haberlas recogido, y una vez invalidado un porcentaje, tampoco se llamará a los revocatorios. El Comando Ayacucho parece estar más seguro y si uno se guía por sus expresiones de confianza, es de suponer que el CNE convocará votaciones para decidir si se les revoca el mandato a más de 30 diputados opositores, unos, figuras emblemáticas, y varios electos con votos del chavismo, y que en alguna ocasión abandonaron sus filas y saltaron a la oposición.
De esos referendos dependerá la nueva correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional.
Personalmente, creo que la tendencia del oficialismo saldrá fortalecida, y aunque puede perder figuras en Táchira y Zulia, en al menos 13 casos de revocables, los suplentes son del MVR.
Lo que significa que al mismo tiempo que restan, sumarán.
El presidencial
Pero el caso que más les interesa a ustedes es el presidencial, y déjenme decirles que veo estos posibles escenarios:
Oposición: Según las declaraciones de sus dirigentes, deben tener tres millones 200 mil firmas válidas, restadas unas 400 mil que ellos creen serán invalidadas.
Si fuese así, si una vez verificadas el CNE lo declara formal y oficialmente, convocará al referendo en un plazo no mayor de 90 días, y entre tanto asumirá el Vicepresidente.
Ante tal eventualidad, una de las interrogantes quedó despejada.
En el supuesto que contra la revocatoria del mandato de Chávez hubiese más votos que quienes están a favor de su salida, aun cuando estos superen los 3.757.779 que obtuvo el 30 julio de 2000, Chávez permanecerá en el poder (los dos candidatos opositores, Arias y Fermín, sumaron 2.530.805).
Gobierno: Otro escenario lo presenta el llamado oficialismo.
No habrá revocatorio por la sencilla razón de que las firmas válidas no alcanzarán el 20% de los electores inscritos (unos dos millones y medio). Voceros del Gobierno y de sus partidos han sido enfáticos en declarar la forma fraudulenta como fueron recogidas la mayoría de las firmas presentadas, y por eso están seguros de que de las 3.600.000 entregadas por la oposición, solo serán validadas un millón 900 mil.
Escenario dual En otras ocasiones no he expresado dudas de la posibilidad de que la oposición recogiera las firmas necesarias para que el CNE convoque el referendo, pero de la misma manera, sostenía que no tendría la fuerza suficiente para revocarle el mandato. Esta última apreciación la veo reforzada con los planes sociales:
Los de salud a través de Barrio Adentro, extendido a numerosas ciudades, y las misiones educativas, desde la alfabetizadora.
Un hecho revelador de su eficacia es que la oposición que al comienzo los atacó dura y hasta irracionalmente, ha cesado en sus cuestionamientos, persuadida, supongo, de que se les revertirá si persistieran en sus ataques.
Hoy no tengo la misma seguridad de que hubiesen recogido las firmas necesarias; tengo algunas dudas producto de la voluminosa cantidad de denuncias formuladas por el oficialismo, de algunos hechos que he conocido directamente, de la extraña demora de la oposición en presentarlas, de su incapacidad confesada de recoger las firmas para todos los 27 diputados y de otros indicios, como la grabación del diálogo Escovar Salom y su hijo abogado.
¿Por qué me refiero a un escenario dual? Porque puede ocurrir que la oposición reunió el mínimo de firmas, aunque les anulen una elevada porción, y en ese caso, el CNE convocará al referendo. Pero igualmente puede suceder que les invaliden muchas más y no alcancen a los dos millones quinientos mil, y en consecuencia, no se habrá cumplido con lo establecido en el Artículo 72 de la Constitución, como es la solicitud de no menos del 20% de los electores y electoras inscritos.
Esto hace que en manos del CNE esté la decisión final. Pero no se trata de opiniones o juicios de los cinco rectores, no, esa decisión estará fundamentada en la verificación de firmas, un proceso delicado, exigente, que no sólo tendrá la permanente y debida fiscalización y control del CNE, sino de la observación de representantes de uno y otro bando, así como de invitados extranjeros.
El CNE necesita la confianza de todos, y no puede aceptar presiones de ninguna de las partes involucradas, ni del exterior, donde existen tantos interesados en este proceso. Supongo que los rectores estarán conscientes, entre otras razones porque las han sentido, de tales presiones que incluso se han ejercido desde medios de comunicación. Presionó la CD cuando al entregar sus firmas expresaron que no se podía desconocer la voluntad del soberano manifestada en esas planillas.
Es como si en el beisbol se obligara al umpire principal a declarar safe al corredor que está en tercera cuando se deslice en home... aun cuando fuese un out de calle. Y el Gobierno lo hizo cuando advirtió que si validaban las firmas que ellos estaban impugnando no jugaban en ese juego.
Conductas que entendemos dentro de la pugnacidad política que vive el país y de la trascendencia que tienen los resultados de un acto constitucional como el referendo revocatorio constitucional que por primera vez se ve en América Latina, y diría que en el mundo, derecho a referendo propuesto precisamente por el Presidente a quien algunos han calificado de dictador, y que ninguno de los viejos ni nuevos políticos se atrevió alguna vez a sugerir para una eventual reforma a la Constitución.
Lo más importante es respetar las reglas de juego. Y si una de las partes discrepa de la sentencia del árbitro, no le queda otro recurso que apelar a la instancia superior, como es la del Tribunal Supremo de Justicia.
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