¿Se acuerdan del famoso viernes negro de 1983, durante el gobierno de Luís Herrera Campins? La fuga de divisas a otros países debilitaba cada vez más la economía venezolana. Los grandes capitales engrosaban los entes bancarios de Europa y los Estados Unidos, aún cuando se obtenía esta riqueza de la explotación de mano de obra nacional y con materia prima barata de nuestra tierra. El gobierno de turno en ese entonces reconoce la insolvencia ante la banca internacional y recurre al control de cambios y la devaluación del bolívar como medida para frenar la descapitalización creando la Oficina de Régimen de Control de Cambios Diferenciales (RECADI). La inflación acelerada golpeaba muy duro los bolsillos del venezolano y los sueldos y salarios eran pírricos ante los precios de los productos de primera necesidad.
El año de 1989, se produce una explosión social un 27 de febrero, durante el segundo mandato del presidente Carlos Andrés Pérez (hoy viviendo en el exterior), este jefe de gobierno, anunció el llamado paquete económico que no era otra cosa que las recetas del conocido Fondo Monetario Internacional ante el cual Carlos Andrés se puso de rodillas, obedeciendo al pie de la letra todas las indicaciones de este organismo multinacional. El impacto en la ciudadanía y los sectores empobrecidos fue de tal magnitud que de todos los lugares de la capital de la república y las ciudades venezolanas surgían las protestas y luego saqueos incontrolables. Fue una pesadilla la manera como el gobierno adeco, masacró y asesinó a cientos de venezolanos en las calles, aplicó el artículo 240 de la constitución de 1961, suspendiendo las garantías constitucionales y aplicando el estado de emergencia. La guardia nacional y el ejército fueron tomando posición y disparaban contra el pueblo, ese día lo bautizaron como “EL CARACAZO”, también como “EL DIA EN QUE BAJARON LOS CERROS”. El Ministro de la Defensa Italo Del Valle Aliegro, justificó los asesinatos en masas, como una medida de resguardar de la seguridad ciudadana.” El gocho”, como llamaban a Carlos Andrés Pérez, defraudó a una población que se hundía en la pobreza y no podía soportar unas estrategias económicas dirigidas a favorecer a las clases sociales con poder y decisión en el país pero fuertemente aliadas al capital transnacional. Con este movimiento popular espontáneo del 27 y 28 de febrero de 1989, la historia de Venezuela se parte en dos mitades: antes y después del caracazo.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, estalla la gran crisis financiera en los Estados Unidos, donde quiebran los grandes bancos y aseguradoras más poderosas del mundo. Miles de habitantes estadounidenses, pierden sus viviendas por deudas, quedan en la calle, aumenta el desempleo en millones de personas sin ocupación. Es un reventón de la burbuja inmobiliaria que se trasladó en segundos a todo el engranaje económico norteamericano, todo esto ya se vislumbraba desde el año 2007. Los economistas y expertos dicen que es una depresión económica peor que la que se vivió en ese país el año de 1929, que solo superó con la segunda guerra mundial al final en 1947, cuando Europa quedó desbastada por ese conflicto bélico. Venezuela es un ejemplo para el mundo, su estabilidad económica la convierten en punto de apoyo para Suramérica y el mundo. Las políticas del gobierno bolivariano demuestran su acierto y consolidan el planteamiento de la independencia como el paso más importante para el progreso.
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