Hacía referencia en el artículo anterior, de la necesidad que tiene esta revolución de deslastrarse de tanto buitre que la afea y la daña, algunos de ellos porque su avaricia y afán de poder estaban presentes como características de su personalidad para hacer lo mismo que la gente que nos gobernó durante cuarenta (40) años, por supuesto que su habilidad para engañar a quienes lo llevaron al sitial bien sea alcaldía, diputación o concejalía también tuvo su fruto, pero lo más realista que existe es que esos mismos no llegaron por liderazgo propio, porque ni siquiera en su comunidad donde viven la tienen, sino que llegaron porque ese nombre grandioso de CHAVEZ, que afloró el día histórico 4 de Febrero ha servido hasta para llevar gente a los cargos, que lo que hacen a diario es actuar en contra de los principios éticos y morales.
Ahora uno se pregunta, ¿Por qué ese mal comportamiento y actitudes contrarias a la Revolución que lidera nuestro Presidente?, y la respuesta es: que uno no puede esperar de esas personas pertenencia con este proceso y menos identificación con las comunidades, porque su fin era otro, algunos de ellos dicen que el poder se tiene para ejercerlo, eso es verdad, siempre y cuando sea para el bien común y no para beneficio personal, ni para hacer negocios, ni componendas.
La revisión de esos casos debe hacerse en el seno de la revolución y quienes ocupen cargos de dirección del movimiento deben contribuir con su trabajo al adecentamiento de los cuadros, apartando del camino a esas sanguijuelas de la revolución, para que la impunidad no se haga presente y sirva de ejemplo a los que vienen atrás a ocupar cargos electos por el pueblo.
A esos vivos de la política, que se escudan en el nombre de Chávez, para decir que están con él y con esta revolución son unos verdaderos mentirosos, falsos y enemigos de este proceso, porque alguien que este haciendo negocio, cobrando comisiones por compras o por contratos de trabajo hay que calificarlos de bandidos de la política, hay que irlos precisando para apartarlos y no permitirles su protagonismo personal, a estos también hay que calificarlos de contrarrevolucionarios y por lo tanto no pueden ser premiados con una reelección, muy por el contrario sus cuentas deben ser revisadas, y quienes estén inmersos en situaciones dolosas y de mala administración, la misma revolución y las mismas organizaciones políticas a las que pertenecen deben contribuir para generar la limpieza y fortalecer la REVOLUCION BOLIVARIANA, de esta forma estaríamos cumpliendo en el año 2004, con lo decretado por nuestro Presidente, que este era el año de la Revolución en la Revolución.
Al respecto se pudiera calificar esas malas actuaciones como de mal ciudadano, en contraposición a lo escrito por nuestro Libertador cuando hizo referencia a lo de buen ciudadano y que para finalizar el presente trascribo a continuación:
“Un buen ciudadano debe siempre pensar con respecto a sí, lo que calculará con respecto a los demás, poniéndose siempre fuera de la esfera de sus intereses personales y de sus propias inclinaciones”.
Simón Bolívar