Desde aquí de Maracaibo, sentada frente a mi computador, indignada por lo que nos acontece, sabiendo de amigas que por el solo hecho de ser chavistas han sido agredidas por verdaderas hordas enardecidas. ¿Qué locura es esta que estamos viviendo?. Todo esta celebración se debe a un “triunfo” mal ganado, pues como es bien sabido, la gente de la oposición utilizó ancianos y viejos para guiarlos en el proceso de votación, comprando sus votos y recibiendo su paga al salir por un monto de Bs 200 mas una bolsa de comida, en otros casos pagaron hasta Bs 5 millones por un batallón completo. Así como lo están leyendo señores.
Hace tiempo he querido expresar lo que siento respecto al cambio que estamos viviendo. Como lo percibo, como nos toca casi tangencialmente aquí en Maracaibo, puedo describirlo desde el pueblo, del que formo parte. No basta que el presidente se apersone en el Zulia para motivar a la gente, esa responsabilidad esta en manos también de los que tienen o tuvieron su cuota de poder.
Los votos no se consiguen solo con el abrazo del presidente, levantando la mano de cualquier candidato en una tarima, las obras, las políticas encaminadas a mejorar la calidad de vida del ciudadano común son las que realmente marcan la diferencia. Como decimos todos a la hora de quejarnos: “Chávez no puede solo”.
Tuvimos un alcalde que lamentablemente no se preocupó por el problema del transporte público, hay que ver las paradas de carritos y microbuses a las horas pico, no recogen a la gente, lo hacen fuera de la parada para cobrar doble. Esto se debe a que no hay supervisión. Existen ordenanzas que prohíben la música a todo volumen en los carros de servicio público, no se cumple con la misma, todo quedo en papel. Hay cosas que el Estado debe promover a través de la educación o campañas educativas, como son el respecto y la libertad a escuchar o no, la música que sea de su agrado. En cuanto a la violación de normas en la prestación del servicio, la educación no cuenta, cuenta la sanción traducida en multas, retiro de placas amarillas o la negación de préstamos para repotenciar o comprar vehículos.
Paso ahora a contarles algo que observe en el momento de renovar mi cédula, en el Club Niños del Sol, ubicado en la Avenida El Milagro, tal cual sucedió: llegue a las nueve de la mañana y solo reparten 100 números en una ciudad de tantos habitantes, tal cual la cuarta, como solo tenía permiso para ausentarme del trabajo ese día, hablando logre resolver el problema. Estando en la cola, observe con sorpresa un televisor sintonizando un canal extranjero en el cual transmitían una película con pornografía infantil, llame la atención del encargado y me contestó que no se habían dado cuenta. En sitios públicos administrados por el gobierno, solo deben verse canales del estado: VTV, VIVE, TVS.
Por todo lo antes expuesto y muchas otras cosas mas que ahora no vienen a mi memoria me digo, recordando una vieja gaita: “por ahí se va la patria”