Un análisis de la pérdida de las elecciones en Zulia y sus consecuencias en la frontera

Zulia: un estado “no priorizado” porque lo tenemos ganado

Estas palabras las pronunció un miembro del Frente Francisco de Miranda en un curso de formación política hace unos meses. Desafortunadamente sus “proyecciones” fallaron. Hoy el estado “no priorizado” tiene de Gobernador a Pablo Pérez y de Alcalde de Maracaibo a Manuel Rosales lo cual va a traer consecuencias nefastas para el país. Ese inesperado triunfo de Pablo hasta a los adecos sorprendió, tendré que resignarme a ver la bandera de “Un Nuevo Tiempo”  hasta que todos creamos que es la del Zulia. 

En los últimos meses, estaba segura que esta vez le ganaríamos la gobernación del estado Zulia a los adecos, después de la traición del Arias Cárdenas, sentí que teníamos la posibilidad real de acceder a través de Di Martino, quien fue el candidato más votado del PSUV en las primarias.

Esta derrota parcial la vimos venir. Basados en los resultados del referendo de la reforma constitucional y antes de las primarias del PSUV, en un debate  del grupo de estudio que tenemos, dimos nuestras proyecciones a las elecciones a regionales, la mía fue: perdemos Zulia, Táchira, Miranda, Carabobo, Nueva Esparta y el municipio Libertador, afortunadamente me equivoqué en el último, pero por desgracia perdimos la Alcaldía Mayor.

En las elecciones del referéndum constitucional, desde la mesa electoral, empecé a llamar para que movieran gente a votar, porque estábamos perdiendo por muchísimo más de lo que siempre habíamos perdido en mi centro de votación, la respuesta fue: “Las proyecciones de PDVSA nos dan ganadores, quédate tranquila que eso no más es en tu centro de votación”.

Las proyecciones siempre nos dan ganadores en Zulia pero no ganamos.

¿Y ahora qué hizo la oposición y qué hicimos nosotros para obtener este resultado?

ESTRATEGIAS ADECAS

Mucho antes de dar inicio formal a la campaña del PSUV, los adecos llevaban meses trabajando día y noche, haciendo trampa, comprando gente, reunidos en cada esquiena, sacando cédulas a colombianos que no residen en Venezuela. Hacía años que no veíamos a los adecos trabajando tanto, porque sabían que tenían altas probabilidades de perder y eso los impulsó; ellos entendieron que si Di Martino le había ganado la alcaldía a Pablo hacía 4 años, le podía ganar la gobernación. Por ese mismo hecho, nosotros teníamos altas probabilidades de ganar y nos achantamos.

Esta vez me tocó pasar informes de un centro de votación rural, en Rosario de Perijá, donde el alcade adeco saliente tenía un alto rechazo popular y prácticamente no hizo campaña. Encendí el radio del carro a las 5 am para escuchar la diana y la música combativa para la batalla, puse la emisora comunitaria “chavista” y tenía puro reggaeton, la única emisora con la que se cuenta en ese municipio estaba desmovilizada.

En las afueras del centro de votación, los adecos estaban de blanco y azul y la mayoría de nuestras patrulleras estaba vestida de otro color diferente al rojo (incluido el azul), lo que creaba confusión. A las 9 de la mañana empecé a entrar en crisis, en ese centro donde siempre hemos ganado nosotros, de 100 que habían en la cola como 60 iban a votar por Pablo Pérez, porque llegaron dos camionetas llenas de gente para votar, que según los lugareños, eran colombianos con cédula venezolana traídos por el alcalde adeco. Muy disimuladamente le estaban pagando a la gente por su voto, muchos ya habían sido comprados durante la campaña con un saco de cemento, láminas de zinc o dinero en efectivo.  

Hubo migraciones masivas de electores adecos del municipio Catatumbo (donde no había elecciones) hacia Rosario de Perijá y de éstos llegó un bus de gente. Por otra parte, electores nuestros que habían votado el año pasado habían sido excluidos del centro de votación y ni siquiera aparecían en el registro electoral, afortunadamente en la tarde los patrulleros se pusieron las pilas y ganamos la alcaldía del municipio. Después de una ardua campaña del PSUV y del candidato Olegario, ganamos por mucho menos de los que se esperaba, las viejas trampas adecas casi resultan.

Previo a las elecciones, en Maracaibo durante 4 meses, Manuelito repartió cheques  de la Tesorería del Estado Zulia, como quien reparte caramelos y no solo cheques sino de todo. En Maracaibo se repitió la escena de colombianos traídos directamente para votar por los adecos en varios centros de votación de los barrios más populosos del la ciudad. ¿De dónde tantos dólares? $$$

ERRORES NUESTROS

Fue una votación compleja. Una amiga me dijo: “Dentro de 5 años, cuando nuestros indígenas aprendan a usar la máquina vamos a empezar a ganar las elecciones”. No se ganó la diputación del circuito 1 que comprende 7 municipios, de los cuales ganamos 5, ¿cómo se explica eso?, yo creo que para buena parte de nuestro pueblo era confuso votar. De la misma manera, los patrulleros de Centro donde yo estaba en Rosario le decían, al mostrarle la “chuleta”, que lo más importante era alcalde y gobernador y obviaban las diputaciones. Con respecto al diputado indígena,  hay que entender, que aunque la mayoría de los indígenas en el Zulia están con el proceso, este legislador no lo determinan los pueblos indígenas únicamente.

Respecto a la campaña y al plan de gobierno de Di Martino, recuerdo que hicimos unas propuestas en el área económica, a cargo de tecnócratas que, en general, no eran chavistas mucho menos socialistas. Se confió el plan de gobierno y la campaña de nuestro candidato a personas sin compromiso revolucionario, a personas que se han acomodado en todos los gobiernos que han pasado por el Zulia, gente que no le interesaban las propuestas revolucionarias.

Ellos recibieron nuestras propuestas pero nunca llamaron, terminaron reuniéndose con los empresarios, los ganaderos y el pueblo estuvo casi ausente de las mesas para elaborar las propuestas del plan de gobierno. Dudo que empresarios y ganaderos hayan votado por Di Martino, como sí lo hicimos nosotros y dudo que los tecnócratas acomodaticios que le rodearon en la campaña, estén preocupados por algo más que su cargo perdido en la Alcaldía de Maracaibo.

Pero no podría ser diferente con un jefe de campaña como el impopular General Martínez Mendoza que no es político ni revolucionario, quien además de ser militar nunca se ha medido en una elección y como Presidente de Corpozulia ha favorecido más a los grandes que a los pequeños, pero se viste de rojo rojito y cuya hegemonía hubiera sido opacada con un carismático gobernador bolivariano.

La campaña de Di Martino se concentró en Maracaibo, eso es lógico, a fin de cuentas, fue Maracaibo quien determinó la pérdida de la Gobernación, pero al final, cuando pensamos que los números nos favorecían aflojamos la marcha.

La utilización de la corrupción del “señor” Manuel Rosales, como arma electoral fue desacertada, al igual que el discurso presidencial ofensivo fue inoportuno. Hace años que la gente viene denunciando los hechos de corrupción de este “señor”, sus nexos paramilitares, las fincas que ha comprado, la corrupción de la Policía Regional ¿y quién hizo algo?, quien de esos de confianza del Presidente (el buró del partido en el Zulia) hizo algo políticamente para inducir una investigación seria al “señor”. Nadie quiso ponerle el cascabel al gato, sino hasta última hora, cuando el “señor” decidió lanzarse a alcalde y vieron que no podríamos librarnos de él así de fácil.

Otra cosa es que las instituciones del gobierno nacional y la empresa petrolera nacional, aquí están minadas de gente de oposición. Yo quisiera ver cuantos de esos gerentes de la empresa petrolera en el Zulia vestidos de rojo, presidentes de empresas mixtas, gerentes y empleados nuevos de esos bonitos y olorosos, en su mundo petrolero de sueño americano, votaron por nosotros y a cuántos llevaron a votar.

Esta derrota alegró los corazones de aquellos gerentes de PDVSA y empresas mixtas que no lo pueden exteriorizar, de los trabajadores aburguesados de las instituciones del gobierno nacional en el Zulia, que tienen puestos estratégicos, que anhelan ver  vencido el proceso y lo minan desde adentro, exacerbando el descontento popular, retardando todo, fortaleciendo la corrupción, eso si, van todos los días vestidos de rojo y votan por Pablo y Manuel.

También es importante reflexionar sobre la conducta del pueblo, que se compra y se vende por un plato de lentejas, que no tiene formación política ni conciencia revolucionaria, los jóvenes se abstienen de votar y buena parte de los que votan lo hacen por la oposición. La cultura mafiosa se está esparciendo, a pocos le importa que Manuel Rosales sea un ladrón, paramilitar, mafioso; comprados o no, el 60% de los marabinos votó por él. ¿Y qué estamos haciendo en el Zulia contra esta cultura? ¿qué hace Corpozulia, la empresa petrolera nacional y las instituciones en general? El PSUV, ¿dónde está el programa de formación de nuestros militantes? ¿Y nuestras universidades públicas? tienen 10 años formando profesionales reaccionarios y de paso el gobierno nacional decide “negociar” el currículo.

En las colas vimos “militantes” del PSUV que se destaparon y dijeron que votarían por Pablo y Manuel, ¿cuál habrá sido el error?

También perdimos el Táchira, aunque creo que ese estaba perdido hace varios años. Allí tampoco nadie le puso el cascabel al gato con la paramilitarización del Táchira. ¿Qué podemos esperar en este escenario? Que se profundice la invasión silenciosa que tenemos en la frontera, más secuestros, más narcoparamilitarismo, más sicariato, más contrabando de gasolina, fortalecimiento de la derecha y su proyecto secesionista.

¿Quién va a asumir el problema del avance del paramilitarismo en Zulia y Táchira?, este problema es serio. El único que intentó enfrentar el problema en Zulia fue Di Martino. ¿Dónde se meten los asambleistas zulianos, Rodrigo Cabezas, Martínez Mendoza y los otros connotados representantes del “chavismo zuliano”?  ¿por qué no le ponen atención a este gravísimo problema, que tiene un gran aliado e impulsor en Manuel Rosales? O tienen miedo o no les importa. Ahora tendremos dos policías al servicio del mal y Dios nos libre porque en Maracaibo quedamos solos a merced de la policía regional.

Las derrotas en Miranda, Táchira y la Alcaldía Mayor, hay que mirarlas con ojo clínico. La respuesta del pueblo a la inoperancia, a la corrupción, a la impunidad, ha sido errada, pero fue esa. Cuando alguien del pueblo le dice al presidente “lo están engañando” es porque ya no haya que hacer para expresarse. El Presidente en ocasiones desmerita esto, el pueblo está advirtiendo que las cosas no están funcionando bien y que “las tres R” no se las tomaron en serio.

Diga lo que diga el buró del PSUV, la pérdida que hemos tenido es sensible, tenemos la mayoría del mapa rojo rojito, pero ese mapa no es proporcional a los votos que obtuvimos. La pérdida de Miranda hay que evaluarla, que pasó con Diosdado, ¿fueron los resultados de las elecciones la respuesta a su gestión?, Jesse Chacón y Mario, creo que debe dejarse de imponer candidaturas y precandidaturas. Supongo que veremos a Diosdado y Jesse nuevamente reciclados en algún ministerio y así por todos los años que Chávez mande, que ojalá sean muchos, pero no con la misma gente.

En el Zulia, en hora buena logramos 14 alcaldías bolivarianas, ojalá las alcaldías trabajen TODAS UNIDAS junto al gobierno nacional, para lograr gestiones efectivas para el bien del pueblo zuliano, para tener presencia en cada rincón del estado Zulia y prepararnos nuevamente para recuperar la Gobernación del estado Zulia... No erremos el camino, la gente quiere gestiones transparentes e incluyentes, fortalezcamos desde las alcaldías el proyecto nacional de cambio encabezado por nuestro presidente Hugo Chávez.

¡Patria, socialismo o muerte, Venceremos!


antoniettapaulini@ahoo.com


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