Si hay alguien en este mundo que sabe el por qué se perdió las elecciones en Miranda, Gran Caracas y Petare, ésa es Lina Ron.
Una crítica velada le escuché alguien contra Aristóbulo Istúriz, y es que “no le pasó la mano” al chavismo radical; con lo quedaría en duda su capacidad para entender la fuerza que en la metrópolis tendrían los sectores más ideologizados de la población.
En cuanto a Diosdado, me cuentan que la conspiración interna para su descalabro era ya un mandato. Tenían que sacarse al “Delfín” de encima, porque si no era verdad que venía ¡con Presidencia y todo!...
A Jesse Chacón le jugaron una mala pasada, y fue el dejarlo sin maquinaria para forzar su derrota, y parece que por los lados de Diosdado “fuméa”.
Y ante tanto barullo ya Chávez tomó una decisión: ¡Vá con todo a la reelección!..., porque se dio cuenta que primero lo derrotan adentro que afuera; así que antes que se armaran las estructuras y los cañones, y viendo que su pupíla aún no define su propulsión, se tiró por la calle del medio.
Fíjense que Chávez sabe tanto que la oposición de afuera no es su enemiga, que de por sí ella sola (la oposición fascista) se viene ahorcando con eso de la persecución al liderazgo popular, y con la pretendida desmantelación de los logros bolivarianos.
Ni a Capriles, ni a Ledezma ni a Ocariz, hace falta “dispararles”; ellos se matan “solítos”. La cuestión está con nosotros; donde nos sobran “camaradas” que se parten el lomo por la revolución, pero apenas piensan en la salida de Hugo Chávez, se atrincheran de odio contra el otro, para matarse en la sucesión.
Así que Chávez, sabiamente, puso en ejecución aquél refrán español que dice: “Cuando veas las bardas (y no ´barbas´, como dicen malamente) de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.
Por eso te rogamos, Lina Ron, ¡descúbrenos la vaina!...
(*) Barda: Especie de cercado de fundo, hecho con una especie de follaje (paja), que se usaba mucho en los predios rurales españoles.
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