Luego de conocer el veredicto final de los pasados comicios del 23 de Noviembre es conveniente insistir en que los verdaderos procesos electorales no terminan con los cómputos que entrega el árbitro al país nacional cuando anuncian los nombres de las personas que resultan ganadores y los de aquellos que no tuvieron las preferencias de los votantes en esta nueva fiesta democrática que les dio gobernadores, alcaldes y legisladores a todos los estados del país.
Al contrario, el proceso va mucho más allá en la medida que se va apagando la euforia de los triunfantes, y la tristeza de los vencidos en las elecciones regionales, porque los análisis políticos objetivos o parcializados deben llamar sus atenciones para que los bandos en pugna interpreten los resultados. En todo caso ambos ejercicios son de gran utilidad porque permiten a que los interesados afinen sus propias conclusiones sobre el más importante ejercicio democrático que es el sufragio: elegir a las mujeres y los hombres que van dirigir los destinos de los ciudadanos que habitan las entidades federales. Es muy interesante participar en estos eventos que levantan tantas expectativas y esperanzas, sobre todo, en regiones que están en proceso de reconstrucción luego de padecer dantescos episodios naturales agravados por la irresponsable conducta de algunos gobernantes que permitieron construir centros poblados sin advertir los peligros y con pobres criterios de urbanismo.
El triunfo del gobernador electo, Jorge Luís García Carneiro, por razones obvias es el que ha generado un entusiasmo desbordante en densos sectores de nuestro litoral central que en todos los procesos electorales, incluyendo el REVOCATORIO, ha dejado ver sus preferencias por el presidente Hugo Chávez Frías que ha construido un poderoso partido (PSUV),con bases más firmes que el Movimiento V República, para que sus líderes regionales faciliten el necesario transito hacia el socialismo que busca la justicia y la igualdad.
En este sentido deseo felicitar a toda la dirigencia regional del Partido Socialista Unido de Venezuela que pudo diseñar una campaña electoral que colocó, a la llave formada por Carneiro-Toledo, frente a una gran masa electoral en su mayoría chavista que no sólo les plantearon problemas sino también las soluciones. El éxito del PSUV estuvo allí, en esos recorridos por la accidentada geografía regional donde los dos candidatos convencieron a la mayoría, que les brindó su íntima confianza, para no arrepentirse como a veces suele suceder.
Esa es la razón de lo que dije en el primer párrafo de este artículo porque la verdadera victoria hay que construirla con los aportes que todos y todas, incluyendo la oposición, podamos brindarle a Carneiro como gobernador y a Toledo como alcalde, y ese ambiente es el que me indica que están creadas las condiciones para no fallar. Igual reconocimiento se merecen todos aquellos que se colocaron al frente de las circunscripciones, batallones, patrulleros y militantes verdaderos de los partidos de la alianza patriótica que dejaron de lado las diferencias y se colocaron al frente del momento histórico para realizar este ejercicio victorioso que no tiene parangón en la historia política del estado Vargas. Estas elecciones regionales también sirven para ilustrar la ventaja de tener como guía a esos maestros y maestras que toman más en cuenta las operaciones matemáticas de la suma y las multiplicaciones como lo hicieron Nelson Merentes y María León quienes siempre nos han orientados por el camino de la prosperidad. El otro ejemplo es Aristóbulo Istúriz quién siempre nos ofrecerá su temple revolucionario y sentido de la lealtad, en las buenas y en las malas, como es la costumbre de su recia personalidad. Él hizo todo lo humanamente posible por alcanzar la Alcaldía Mayor, navegó contra la corriente y se empleó a fondo abriéndose paso entre las insuperables olas de la arrogancia y la prepotencia. Estamos seguros que ganarán su perseverancia y disciplina porque los verdaderos perdedores tienen nombre y apellido y el pueblo caraqueño sabe que otros son los perdedores.
En síntesis, ahora nos toca lo más difícil: satisfacer las muchas expectativas del siempre noble y generoso pueblo guaireño. La tarea mayor la tiene por delante la dirigencia regional del PSUV, pues, debe apuntar a garantizar el éxito de ambas gestiones, detener las sombras, amarrar la maledicencia, actuar en bloque contra los vicios, la menudencia política y la ineficacia, que las hay porque saltan a la vista.
El proceso electoral no concluirá hasta que no podamos superar los desencuentros entre legisladores y gobernadores, entre concejales y alcaldes. En esas peleas inútiles, la mayoría estimuladas por intereses perversos y vulgares, los que caen fulminantes somos nosotros, los del pueblo, los que tenemos derecho de caer y levantarnos de nuevo.
Ningún pueblo se puede construir con la penumbra sino con la luz de sus dirigentes. El PSUV regional demostró tenerla. Carneiro y Toledo, con la mayor humildad, se han comprometido a usarla y eso llena de optimismo mi corazón viejo y enfermo que siempre me invita ocupar el espacio que le corresponde a los negros cimarrones.
cimarronvargas@yahoo.com