“Échala, tu palabra contra quien sea de una vez,
así sepas que rompe nubes, échala;
la palabra por dentro quema y te da sed;
es mejor perder el habla que temer hablar”.
Alí Primera.
Días antes de las elecciones del pasado 23N, estuve por escribir algo sobre lo que desearía fuera la actitud tanto del ganador como la del derrotado en aquel intenso y tenso proceso electoral; a una semana de tan transcendente evento no nos queda otra que reconocer lo que esta a la vista: el pueblo habló, pues bueno, gloria al bravo pueblo. Gloria al bravo pueblo de Portuguesa, al pueblo de Guarico, al del Zulia, al de Carabobo; a todo el pueblo venezolano. Fue, sin lugar a dudas, un ejemplo de democracia y civismo.
Particularmente considero importantísimo el hecho de que la oposición haya vuelto a creer, aunque a veces pienso que siempre creyó pero nunca lo reconoció, en nuestro sistema electoral. Es vital para la convivencia social, para la paz social, que se respeten las reglas de juego y se respete al árbitro. Cuanto sufrimiento nos hubiésemos ahorrado, cuantas angustias y sangrientos enfrentamientos si esta misma oposición hubiese reconocido todas las victorias que legal y legítimamente ha logrado Chávez.
La oposición ha resultado vencedora en estados de determinante valor tanto electoral como económico; se le respeta. Que demuestre que no es oposición por capricho, por odio a Chávez, que demuestre que tiene un proyecto alternativo de país.
En nuestro estado Portuguesa se impuso el candidato del psuv, quien recibió el apoyo del presidente Chávez; Wilmar Castro es ahora nuestro gobernador, a él mis más sinceros deseos de éxito; es la hora de trabajar todos unidos por esta hermosa tierra; ojala que el y su equipo de gobierno logren elevar el nivel de vida todos portugueseños, esperamos sea un gobierno de inclusión, de justicia socialista. Que cesen las amenazas de expulsión, que se no vuelva a intentar someter al escarnio público a ningún digno dirigente de manera visceral y rencorosa.
Por otra parte, mi candidata a la Gobernación, nuestra líder llanera, llegó tercera en esta difícil contienda, ¿fraude? No. El pueblo decidió dar su voto a otros, la polarización entre quienes adversan casi ciegamente a Chávez y quienes siguen casi ciegamente a Chávez fue implacable con Bella. Que si hubo dádivas, presiones y línea blanca, quizás si, pero aunque suene contradictorio, considero que no fueron determinantes en el triunfo del psuv, ni en la derrota de Petrizzo. ¿Entonces, que pasó? En mi opinión, fue menospreciado el liderazgo de Chávez por parte de la dirigencia del PPT, hubo un excesivo triunfalismo, unido al grave error de la indefinición, imperdonable en la táctica y en la estrategia política.
La prepotencia en algunos líderes del PPT, los buitres de la política que no perdían tiempo, ni vacilaban ante la más mínima oportunidad de aparecer fotografiados con la candidata de la disidencia, llegaron a regalar miles de gorras y franelas, pagaron publicidad, pero con su sola presencia hicieron un daño fulminante a las aspiraciones de una digna mujer, de una luchadora de siempre, de una líder.
¿Y la prepotencia? Bella estuvo en lo más alto de la simpatía popular hasta aproximadamente un mes antes de las elecciones; en aquellos días de “Bello éxtasis” sugerí a alguien del PPT el apoyo a Efrén Pérez, tan líder y luchador social como nuestra abanderada, su respuesta: ¡no chico! Nada que huela a psuv, el que quiera que nos llame. Me pregunto: ¿no es esa la actitud que le hemos criticado a Chávez? ¿No fue esa actitud la que favoreció a la oposición para que se apoderara de espacios estratégicos como Carabobo, Zulia y Miranda?
Adelante Bella, adelante con tu dignidad, con tu amor por portuguesa, por tu gente; adelante con tu liderazgo y simpatía, que son tuyos, que te los ganaste tú. Tú más que nadie sabes que ante las adversidades es donde los humanos tenemos la oportunidad de demostrar de lo que somos capaces.
Para concluir, solo espero que más temprano que tarde, tengamos la madurez política de elegir a quienes queramos, sin presiones ni compromisos y sin decir “prefiero que gane este antes que aquel”. Que en un corto plazo los chavistas se atrevan a elegir a quienes hagan la necesaria crítica a Chávez y los de la oposición se atrevan a elegir a quienes reconozcan las buenas acciones de Chávez. Entonces allí, podremos decir: eché mi palabra al cielo, dije y expresé lo que quería, rompiendo nubes, calmando sed, y lo más importante, en paz con mi conciencia.
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