Voy a hacer un comentario soez. Recomiendo a aquellos que han desayunado tarde o están listos para almorzar o tienen la vergüenza hipócrita a flor de piel, que se abstengan de leerlo. En honor a la verdad me importa poco si lo leen o no, pero no digan después que no lo advertí.
Matías Jáuregui o José Roberto Duque sepulta su columna porque seguimos parándole bola a la reaccionaria e insepulta casta de periodistas que le ponen alambradas a la expresión. Así es el ser humano; oculta sus miserias y esos pequeños misterios sensuales en honor a Carreño, a esa sociedad que nos martilla las normas y al sistema que oculta tanta mierda. Así como oculta sus inicios sexuales con burras, yeguas, cochinas y hasta gallinas… Incluso, algún impulso sexual con una prima (¡Horror!) o los malos pensamientos que nunca fueron revelados en el confesionario, porque los curas siempre creyeron que éramos pendejos y terminábamos minimizando los pecados… En fin, Dios era nuestro cómplice y el silencio nuestra hipocresía…
Desaparece la columna “Muerde y Afloja” del diario Temas, porque seguimos jugando a ser caballeros en una guerra en la que se nos puede ir el pellejo. Mario Villegas, el horrorizado defensor de las buenas costumbres, sabe como evadir el bulto a ciertas cosas que son más horrorosas que meterse silicón en un par de tetas… Por ejemplo, amigo Mario (él que se apellida Villegas, por si acaso), los muertos en Puente Llaguno y la sonrisa manifiesta de algunos periodistas por la caída del régimen que le ponía en peligro el salario a Carla Angola… O tal vez por la constancia de Carla en sus ataques al lumpen, a las hordas, al que fue excluido en los cerros y hoy se cambia por una operación estética.
Leí con atención las disculpas de José Roberto Duque y me arreché. Una más que arriman pa’l mingo y Kiko, ese que insulta en sus noches de luna llena a quien ose ser chavista, le ha ganado una a la “caballerosidad” de nuestros revolucionarios. Bonita forma de demostrar que somos la verga de triana y ahora solo falta que le entreguemos la vida para demostrarles cuan ecuánime es esta revolución… ¡No me jodan!
Si algo tengo que reprocharle José Roberto Duque, es que asesinara a Matías Jáuregui con una disculpa sin sentido. Él no tenía derecho a hacerlo. Porque este pueblo también tiene derechos y no me debo a Carla Angola o al simple comentario de un par de tetas que visitaron al cirujano plástico. Ese par de cositas ricas (a ver si a mí me objetan el simple deseo), no están por encima del coñazo de campesinos que han asesinado en los campos y que Carla no ha anunciado en sus comentarios de fablistán mercenario. Ese par de tetitas no están por encima de su vendido arte comunicacional y de la conspiración que sus patrones le han enseñado a practicar.
Menuda pérdida ha tenido el diario Temas y que esto no sirva de crítica destructiva; más bien que sirva de lección para dejar de ronronear en las piernas del fascismo y seguirle el juego a un diario que es cómplice del golpismo. A ver si les devuelven las disculpas Carla Angola, Kiko, Mario Villegas y la pléyade de santos que disfrutan la desestabilización.
He recibido, igual que José Roberto Duque, una andanada de críticas por escribir a los vergajazos, poniéndole el acento a las expresiones tal y como se los pone el barrio, el macaco de a pie, él que le hiede a Carla Angola y a Kiko y a quienes creen que el barrio se parece a las novelas de las nueve… Pero, igual que Matías Jáuregui, interpreto lo que es imposible no interpretar. Por eso mi arrechera Matías, por eso mi arrechera José Roberto. Por eso crecimos sin poder decirle al cura que perseguíamos una burra en el campo, mientras el cura se babeaba por un carajito de sexto grado… ¡Tremenda pendejada! Acusados de contra natura, mientras ocultaban la pedofilia.
Lo único que falta es que nos convirtamos en seres asexuados como Superman, Batman, Popeye o el Gato Félix… Bonita forma de demostrar nuestra cortesía y… después que nos jodan…
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