Construcción del Proyecto Bolivariano

Después del 23N ¿Pasos firmes para avanzar al Socialismo?

Como de costumbre, en nuestra revolución la dinámica nunca se detiene, y en estos momentos, grandes eventos pasan uno detrás de otro. Después de los resultados sobre la Reforma Constitucional, se logró recuperar terreno perdido en cuanto a golpear fuertemente al abstencionismo, en una elección que en apariencia no se disputaba el liderazgo del Comandante y del Proyecto Revolucionario. Sin embargo, recuperando cierta fortaleza hegemónica en lo electoral, el 23N tuvimos bajas como en todo combate. Descontento, desencanto, apatía, búsqueda de mejor “gestión” con el capitalismo declarado, etc., hizo que en algunos sectores populares se redujeran previas ventajas alcanzadas y en sectores “medios” retrocediéramos mayoritariamente.

Aquí destacan al menos dos aspectos:
1.- El avance en la formación política y el debate necesario ha sido bastante lento, a pesar de haber logrado mejores niveles de organización y articulación que hace 10 o 5 años atrás.
2.- La revolución siempre necesitará del látigo de la contrarrevolución… para los confundidos y desencantados: dejarle recuperar terreno a la oligarquía no implicará demostrar rechazo a una gestión, reconciliación o democracia social; solo será más de lo que mostraron ya, los colmillos del fascismo. Ejemplos como juramentarse ante la “República de Venezuela”, arremeter contra el apoyo que brindaban las gobernaciones que ganaron a las misiones o aspirar a controlar otra vez la Policía Metropolitana debe recordarles contra qué se enfrentan.

Una nueva ofensiva contra la democracia Burguesa y su farsa de la alternancia se ha activado, buscando tomar ventaja de una victoria contundente pero no aplastante. Respecto a la enmienda vale decir que habrá alternativa toda vez que el pueblo tenga que elegir entre la justicia social y su liberación o la sumisión y la explotación, algo que no existió en democracia representativa. Las formas cómo se presente la alternancia dependerá de cómo se exprese la lucha entre la oligarquía y sus lacayos contra los pueblos y sus dirigentes.

La revolución se profundiza, las definiciones de clase tratan de hacerse más claras para las grandes mayorías, y no estamos dispuestos a retroceder. Pero este rumbo tiene obstáculos que en oportunidades parecen ser imbatibles: El crecimiento de una organización popular unitaria (PSUV) con su propia plataforma programática, como nunca visto antes en Venezuela, pelea contra el comportamiento típico basado en cómo algunos líderes locales o nacionales arman sus “equipos” dejando a un lado consensos legítimos o apoyos mayoritarios, los cuales no tienden a alcanzarse con facilidad en las organizaciones de base gracias a las diferentes “tendencias revolucionarias” en conflicto, que aspiran al control o la direccionalidad dentro de ellas.

Esta es una de otras grandes preocupaciones en nuestro proceso, sin olvidar cuán duro se ha vuelto para el movimiento popular el desmantelamiento de la multiplicidad de tácticas que engrosa la guerra de cuarta generación. Se han ganado algunas batallas, pero no son suficientes para asumir la Revolución Socialista, sobre todo observando el fuerte apego a las reivindicaciones economicistas de gran parte de la clase trabajadora en las industrias estratégicas del Estado o en proceso de nacionalización. Se sigue andando en una Revolución Bolivariana y Antiimperialista en curso hacia el Socialismo, significa que estamos en transición. Seguramente las olas de la crisis capitalista incrementarán la velocidad de esta transición.

 

merchande@pdvsa.com



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Olaf Ciliberto G.


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