Es obvio que
el pueblo debe construir su política sobre la base de una ideología
determinada, tal como es, es decir como condicionada por todo el proceso
revolucionario precedente, y no sobre especulaciones hipotéticas acerca
de las posibles consecuencias estratégicas.
En esas especulaciones
cada uno invariablemente elegirá la posibilidad que mejor se corresponda
con sus propios deseos, intereses, simpatías y antipatías. Evidentemente
que, esa política no sería socialista sino subjetiva, no sería nacionalista
sino chovinista.
En realidad,
todos los argumentos especulativos de este tipo y los fantasmas de inminentes
calamidades como justificación del apoyo a tal o cual idea de la dirigencia
del PSUV, a la enmienda, provienen del tácito rechazo a la perspectiva
revolucionaria y a una política revolucionaria. Por supuesto, si se
impone esta perspectiva de pasividad, capitulación, derrotas y decadencia,
las masas oprimidas se verán obligadas a subir nuevamente, desandando
sobre sus manos y sus rodillas, con sangre y sudor, el camino que ya
una vez recorrieron.
¿Está totalmente
excluida la posibilidad de esa perspectiva? Si el pueblo acepta y soporta
indefinidamente la dirección de la “social-burguesía” y los partidos
chovinistas del puntofijismo, si el PSUV es incapaz de encontrar el
camino para ligarse a las masas, si los horrores del pasado no empujan
a la rebelión a las masas, si el pueblo continúa sufriendo pacientemente
en beneficio de la burguesía esclavista, entonces inevitablemente se
degradará y el retroceso y la descomposición generalizada puede poner
nuevamente a los partidos burgueses de la 4ª republica a la orden del
día. Pero en ese caso nosotros, o mejor dicho nuestros hijos y nietos,
tendrán que decidir su política en relación a una futura revolución
y en base a una nueva situación.
Porque las
fuerzas contrarrevolucionarias a través de sus medios de comunicación
no descansan, tienden a hacer retroceder el Proceso Revolucionario que
comanda el camarada Presidente; desde el concepto de esa “democracia”
4ª republicana en decadencia hasta el particularismo provincial, la
dictadura militar, el fascismo, y el intervencionismo yanqui. Esto implica
que los métodos políticos que utiliza la burguesía no pueden sernos
indiferentes a los revolucionarios. Cada vez que eso suceda, el pueblo
revolucionario, sin asumir la menor responsabilidad “en defensa de
esa democracia burguesa”, ya que es indefendible, estamos obligados
y debemos enfrentar a estas fuerzas contrarrevolucionarias con la resistencia
de todos nuestros recursos, con el objetivo, de dirigir la ofensiva
contra la oligarquía pitiyanqui.
Los dirigentes
socialistas revolucionarios del PSUV pueden concluir acuerdos prácticos
con los partidos afines al proyecto que lidera el Comandante Chávez,
pero precisamente con los que son revolucionarios, es decir con los
que defienden los intereses del pueblo. Para los revolucionarios el
PPT y Podemos no son socialista porque no son organizaciones de clases
revolucionarias. Ellos son una organización de la democracia burguesa
del país. Por sus características sociales, sus objetivos y en gran
medida por su ideología particular es similar a los partidos populistas
de la IV República que utilizaban la doctrina y la fraseología “socialista”.
Sin embargo, eso no evita que jueguen el papel de demócratas pequeñoburgueses,
peor aun, demócratas pequeñoburgueses atrasados, que no tienen la
fuerza necesaria para llevar a cabo las tareas puramente democráticas
pese al espíritu de sacrificio y al heroísmo del pueblo.
Los partidos
“revolucionarios” PPT y Podemos levantaron un programa agrario revolucionario,
pero, como siempre sucede con los partidos pequeñoburgueses, son prisioneros
de la burguesía latifundista; en las elecciones del 23 N, traicionaron
al pueblo revolucionario y a los campesinos de Guarico y Yaracuy, es
imposible olvidar ese ejemplo, eso sólo puede brindarle amargas ilusiones
al pueblo pobre y oprimido, que sólo podrá lograr su emancipación
total y definitiva con la derrota de la oligarquía y el latifundismo,
y que esta tarea sólo la puede realizar el pueblo en alianza con la
dirigencia verdaderamente socialista revolucionaria. Del mismo modo,
estos clásicos oportunistas, dicen que lograran transformar la sociedad
capitalista a través de una completa serie de “reformas sociales
hasta alcanzar la emancipación de todo el pueblo revolucionario”.
Vana ilusión.
En esencia,
esta cuestión sólo se podrá resolver por un abierto conflicto de
fuerzas, es decir por la revolución, o para ser más exactos por una
serie de revoluciones. En esas luchas contra la burguesía participarán
por un lado, la oligarquía burguesa en defensa de sus propios intereses;
por otro, el pueblo excluido, que lucha por su emancipación, y que
por esa razón apoyamos la lucha del comandante Presidente. Es necesario
continuar la lucha ininterrumpidamente, extenderla y profundizarla,
en armonía con las condiciones reales. Pero al mismo tiempo hay que
ser conscientes de la relación recíproca entre las dos principales
corrientes de la lucha contemporánea del pueblo contra la burguesía.
Naturalmente,
con esto no queremos decir que todo el pueblo tomará conciencia de
que hay una comunidad de intereses entre él y la burguesía, y entenderá
que su propia emancipación depende de la liberación de todos. Pero
el sólo hecho de que libremos una lucha común implicará que exista
entre nosotros una alianza objetiva; tal vez no sea una alianza formal,
pero seguramente será muy activa.
Los puntofijistas,
en un principio amaban intensamente a Venezuela mientras la podían
depredar y saquear; pero cuando vieron que el pueblo reaccionaba en
su contra, al percatarse que ya Venezuela no era de su propiedad por
más que la dominan económicamente a su antojo; del rechazo y del resentimiento
que sienten desde hace diez años, fueron cayendo en la indiferencia,
en un que me importa, en el olvido de lo que nunca fue ni existió.
Adoraban a Venezuela, como nadie lo ha hecho; mientras esta les enriquecía,
pero desde que perdieron el poder y los dólares petroleros, nos
odiarán eternamente.
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!