En el largo siglo de la historia de Venezuela (1830-1941), la población venezolana se mantuvo sobre los 2.500 Km2 que había heredado la república del Imperio Español como territorio propio. Esas fronteras correspondían a las provincias que constituían la Real Audiencia de Caracas, creada en 1786, e iban desde el cabo de la Vela, en la península de La Guajira, hasta el río Esequibo, al sureste de Guayana, y desde los Llanos de Casanare y las tierras al oeste del Alto Orinoco, hasta el Atlántico. En 1941 se firmó un Tratado de Límites con la república de Colombia, que dejó a Venezuela sin la península de La Guajira e hizo a la hermana república ribereña en el Orinoco. La invasión de los ingleses y la formación de la Guayana Británica, convertida en república de Guyana en 1966, redujo el territorio venezolano a 912.050 km2. Después de los ajustes limítrofes con Brasil, en la frontera sur, y de haberse congelado la reclamación de la Guayana Esequiba con el Protocolo de Puerto España, entre Venezuela y Guyana, el territorio es de 916.350 km2.
Cuando Gómez asume el poder en 1908 es aún Venezuela un país agrario. Los capitales de las ciudades se fundamentan en la posesión de extensos hatos en los llanos o de grandes haciendas de café y cacao en los Andes y en las costas. La política económica variará frente al modelo heredado. Gómez se entendió fácilmente con las potencias extranjeras, principalmente con Estados Unidos, pero también con Inglaterra y Holanda. Las inversiones de capital extranjero se dirigen a la explotación petrolera. Como creen que el General Juan Vicente Gómez derrocó a su compadre Cipriano Castro. No fue acaso bajo la protección de la armada americana anclada en la Guaira. Con decirles que gente de la mejor sociedad caraqueña tomó champaña en los barcos, bajo los cañones que apuntaban al Vigía. Todo aquél que tenía algo que perder fue tildado de godo o gobiernista, aunque no lo fuese, por aquellas masas ignaras y voraces de todo lo ajeno; todos los que han mandado en Venezuela, desde Páez hasta Rafael Caldera, estimularon la oclocracia, por más que hiciesen lo que les dio la real gana, robándose todos los reales que pudieron para irse luego a vivir como aristócratas en el exterior. Los políticos profesionales son la peor fauna que existe sobre la tierra, y en especial en nuestro amado país.
El establecimiento de la democracia representativa y la lucha entre democracia y dictadura forman la primera característica de nuestra historia. Los partidos políticos que tuvieron larga actuación en el país; fueron los partidos tradicionales (el Liberal y el Conservador) que tejieron la historia política hasta que la dictadura los liquidó. Gómez dio un golpe de estado y “aseguró la paz”.
La repercusión de los fenómenos históricos en la manera de ser y en el comportamiento general de un país es la esencia misma despueblo.
La palabra democracia implica necesariamente la acción popular organizada, la presencia de partidos políticos. Tanto López Contreras como Medina lo entienden y por eso no sólo buscan el apoyo de las masas, sino que organizan ese apoyo a través de las bolivarianas lopecistas y del PPG y PDV medinistas (partidarios de la Política del Gobierno y Partido Democrático Venezolano, fundados ambos por Arturo Uslar Prieto a nombre de Medina Angarita). La presencia del pueblo, la política de participación de masas, no comienza con el 18 de octubre de 1945, sino también con los regímenes inmediatamente anteriores y principalmente con Medina, que salió a la plaza pública y a la calle para afianzar sus medidas de reforma social y económica.
El florecimiento de los partidos ocurre desde el mismo año de 1936. Pero los partidos políticos con influencia decisiva han sido, cronológicamente, el Partido Comunista, fundado por Gustavo Machado en México en 1926; bajo el nombre de Unión Municipal se constituyó en Caracas el 8 y se legalizó el 27 de agosto de 1941; Acción Democrática, establecido el 29 de julio de 1941, pero con antecedentes en la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI), de 1931; Unión Republicana Democrática, constituida el 10 de diciembre de 1945 para combatir el primer gobierno adeco; y el Comité de Organización Política Independiente, COPEY, del 13 de enero de 1946; sólo este tiene una clara formación filosófica muy alejada del marxismo. Cuando el 13 de marzo de 1937, el, presidente López Contreras, decreta la expulsión de 47 ciudadanos (por el término de un año, por estar afiliados a la doctrina comunista y considerarlos perjudiciales para el orden público), figuran en la lista Rómulo Betancourt, Gustavo Machado y Jóvito Villalba, pero no el bachiller Rafael Caldera, cuyo nombre ya había aparecido en la prensa como dirigente estudiantil en la organización Unión Nacional Estudiantil, creada para hacer frente a la Federación de Estudiantes de Venezuela, que actuaba en la práctica como un partido político.
Una democracia espontánea dio paso a una democracia de partidos. Rómulo Gallegos en 1947, Rómulo Betancourt en 1958, Raúl Leoni en 1963, Rafael Caldera en 1968, Carlos Andrés en 1973, Esa sola enumeración sirve para demostrar que Acción Democrática es el dominante durante todo este tiempo, después de los golpes de estado del 18 de octubre de 1945 y del 23 de enero de 1958.
El periodista Marco Aurelio Rodríguez, escribió en el momento de finalizar el período constitucional 1959-1964 el artículo El mito Betancourt, en La Esfera del 24 de abril de 1964: “Venezuela ha sido engañada con el mito de la capacidad de Rómulo Betancourt. Nada más falso que esa leyenda de dotes sobrenaturales, que se cimienta sobre el hecho de que el dirigente guatireño ha sido capaz de cumplir su período de gobierno. Si la circunstancia de ejercer el poder por un plazo dado fuese condición de superioridad, el general Juan Vicente Gómez sería el hombre más grande de nuestra historia.” Y luego: “Ningún venezolano de esta época ha poseído la habilidad de Betancourt para halagar a los militares y para neutralizarlos. Ésa es su genuina demostración de capacidad.”
No hay causa que no tenga efecto, ni efecto que no se vuelva causa. Sí el pueblo olvida los tiempos de la 4ª república y cree que al cambiar los tiempos podrá reconciliarse con la oligarquía; éstos no olvidan ni perdonan, y cobran cien por uno lo que les deben. Pidamos a lo más alto el triunfo de la Enmienda, porque de ganar los oposicionistas, creo que esta vez sí será verdad que nos masacran como están haciendo los sionistas con los palestinos en Gaza. Esa es la oligarquía venezolana; capaz de los mayores crímenes y de las más grandes atrocidades y de las más grandes represiones. La historia de Venezuela es una larga cadena de traiciones, que comienza con Páez traicionando al Libertador, Pérez Jiménez asesinando a Delgado Chalbaud, luego de derrocar a Gallegos, y culmina con el puntofijismo traicionando al pueblo.