La reconciliación es una negociación entre dos partes que han mostrados sus diferentes puntos de vista hasta llegar a la ruptura. Es esta la situación en la que nos encontramos los venezolanos ahora y como es lógico para toda reconciliación se necesita por lo menos los dos discordantes y un tercero imparcial, en nuestro caso es notorio que uno de los discordantes no esta interesado y el tercero imparcial se inclina hacia un solo lado. Los golpistas y sus seguidores han demostrado elocuentemente que no aceptaran ningún acuerdo y que solo se sentaran en una mesa a negociar con ventajas y con todas las respuestas a su favor, así lo hicieron en esa mal llamada “mesa de negociación y acuerdo” que solo sirvió para que el caballo de Troya OEA cumpliera a través del colonizado Cesar Gaviria las ordenes de los gringos (insisto no hay diferencia entre el pueblo de Estados Unidos y sus gobiernos, a pesar de las minorías que nos visitan) en este juego también esta incluido el Centro Carter, todas esas demostraciones de “preocupación por la situación política de Venezuela”, no pasan de ser más que la actuación necesaria en este teatro de la mentira y el absurdo.
Si decidimos vivir en la realidad lo primero que tenemos que aceptar es que no hay manera de conciliar con los golpistas y su visión colonialista, su disposición a regalar Venezuela a cambio de una visa de residente gringo eterno o la tarjetica verde de ciudadano del ese imperio romano moderno y unos cuantos dólares para su bolsa, objetivo al que no renunciaran jamás porque no han sido ni serán venezolanos, no lo son sus hijos, no lo son sus nietos y cada generación de ellos será educada para pensar en Venezuela como la tierra a explotar para seguir llenando sus bolsas y para mostrar en vacaciones a sus amigos gringos “lo pintoresco” de este país. Es evidente que nuestra visión y la de los golpistas no podrán coincidir, quizás ha llegado la hora de exigirles a esos habitantes colonizados de América del Sur que se marchen a su verdadero país, al que le dan toda su lealtad y en el que añoran vivir, Estados Unidos.
