El día de ayer, vi con estupor en el programa “La Hojilla”, conducido por Mario Silva el mensaje de texto sobre el Cáncer Mamario, que la periodista Beatriz Adrián catalogo de pornográfico y, creo que solo por ser mujer, me debe una disculpa.
Si, a mí y a cada una de las mujeres del mundo quiénes estamos expuestas a padecer esta terrible enfermedad que acaba anualmente con miles y miles de vidas. Una disculpa pública porque quiéralo o no, una manera de conscientizar y educar a la humanidad de la importancia del examen periódico para el diagnóstico precoz de esta enfermedad, es a través de los diferentes medios de comunicación, incluido Internet. Obviamente, el autoexamen o como se le conoce en el argot publicitario venezolano con el nombre de “Tocate”, implica vencer el pudor y los tabúes sexuales que desde niñas nos han inculcado las sociedades machistas, esa sociedad que permite inundar el mercado de mujeres desnudas de todas las razas y credos para vender todo tipo de producto, pero que, nos impide por considerarlo obsceno o pornográfico palpar nuestras partes íntimas, de allí que cuando se realiza un mensaje publicitario, paradójicamente dirigido a los hombres, como el mostrado en el famoso video por el Diputado Hugo Márquez, a quién agradezco se haya tomado unos segundos de su tiempo para atender la lectura del mismo, sea una mujer la que lo descalifique de manera tajante.
Esto es lamentable, porque da fe de los más retorcidos conceptos sexuales del género humano, e introduce elementos de valoración dogmáticos al indicar que sí un hombre lee un mensaje de este tipo esta viendo pornografía. La distorsión mostrada por la periodista es inconcebible y denota un alto grado de desconocimiento del tema, a pesar de todos los esfuerzos publicitarios que se hacen, además de su poca sensibilidad ante una problema de salud tan grave por afectar a tantas mujeres y que, sin duda, le atañe directamente.
Recientemente, un sin fin de organizaciones de salud y de prevención social del mundo se sumaron a la campaña de prevención del cáncer de mamas, conocida como la Campaña de la Cinta Rosa, la cual abarco cine, televisión, prensa, foros, publicidad, Internet, dentro de la cual se inscribe el mensaje leído por el referido Diputado, por lo cual es improbable que no este informada. Acaso, Beatriz Adrián cree que esta situación es ajena a ella o sus glándulas mamarias son inmunes al Cáncer, ojala así sea, en todo caso lo inaudito es que en su condición de mujer y periodista, descalifique el esfuerzo que otros realizan para ayudar a combatir la principal causa de muerte femenina, allá ella si su tiempo no le permite autoexaminarse o detenerse para revisar estos mensajes en su computadora personal o de trabajo, tal vez sea por vergüenza de su cuerpo, por tabú, por disociación sicótica o porque sus patrón se lo prohíbe, ese es su problema.
No obstante, si es problema de todas las instituciones públicas y privadas dedicadas a la MUJER y a la SALUD, las cuales deben exigirle a esta periodista no solo una disculpa pública, sino además la realización gratuita de un mensaje para ser difundido sobre este tema. Un mensaje donde ella enseñe a nuestras madres, hijas, hermanas, amigas y enemigas y aún más a nuestros hombres, que deben revisar sus correos electrónicos, o deben detenerse ante un mensaje de este tipo, venga de donde venga, sin ninguna limitación, porque de ello puede depender la vida propia o de los seres queridos, así seamos hombres y mujeres pornográficos, para mentes retorcidas como esa.
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