El médico-cirujano Domingo Bracho Díaz, pues ignoro si es Doctor en Ciencias Médicas, convertido en rector de la Universidad del Zulia, sin méritos intelectuales, ha tenido el atrevimiento de lanzar una triste, repetitiva i mal razonada proclama, en nombre del Zulia i de la Universidad, atropellando los derechos de una mayoría del pueblo zuliano i, naturalmente, de todos los profesores, empleados, obreros, estudiantes, escritores, intelectuales i artistas, sin consulta alguna, sino obedeciendo a sus intereses políticos, puestos de manifiesto públicamente, por escrito en cartelera universitaria, cuando llamaba para apoyar el golpe de estado del 11 de abril, del breve dictador Carmona Estanga. La comunidad universitaria i el pueblo zuliano no ha olvidado que, convalidando el delito de desconocimiento de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela i la disolución de todos sus poderes e instituciones, según expresan las leyes, usted se convirtió en cómplice confeso de esa traición a la democracia i a la patria.
El médico Domingo Bracho Díaz, graduado mucho después de quien escribe que, creo fui su profesor en Sociología Médica, ha sido de los profesionales de la medicina que, sin vocación por especialidad alguna, se colocó entre los “sanitaristas” i ha sido de los pocos que me han llegado a rogar, lo ayudara a entrar en cualquier cátedra de Medicina; recuerdo esa escena en las afueras del Hospital Universitario; pero, además, cuando digo que ha sido rector sin méritos intelectuales, es porque nunca antes (apenas cuando consiguió primero una vice-rectoría) el médico Bracho ha destacado en nada i mucho menos como intelectual (aunque ahora escribe o le escriben los domingos) pues, para colmo, es pastor evangélico, particularidad que le respeto porque, como expresaba José Ingenieros, “el respeto de los ideales ajenos es virtud suprema de los que piensan”, aunque resulta inconcebible que, una mentalidad dogmática, lo más opuesto a pensamiento científico, pueda estar al frente de una institución universitaria, precisamente abierta a la más extraordinaria libertad del pensamiento, la ciencia i el futuro de la humanidad. Esa mentalidad limitada por el fanatismo religioso, no puede dirigir acertadamente una institución hecha para crear ideas; las suyas están petrificadas, tan petrificadas en el pasado que, igual al gobernador del estado, fueron de los primeros hombres de provincia en correr a identificarse con el golpe militar del 11 de abril. I por eso, aquellos versos que he citado otras veces: “son de abril, las aguas mil”. El rector golpista estaba esperando una oportunidad para poner de manifiesto sus ideas ancladas en un pasado desastroso para el país, pero sumándose a los grupos desestabilizadores, apoyados desde el exterior, para acabar con un proceso revolucionario que ya tiene repercusión universal, está llamado a la realización del ideal bolivariano i al logro de la mayor suma de felicidad posible para la patria. Este rector que usurpa el derecho de todo el Zulia i de toda la Universidad, hablando con una sola voz de cavernícola, de analfabeto cultural i político, quiere presionar a un hombre que le supera en méritos, conocimientos, honestidad i valentía, como el Dr. Francisco Carrasquero para que, multitud de firmas ilegales –demostrado públicamente el fraude- a conciencia de que no recogieron las firmas suficientes, por ello recurrieron a las más burdas trampas o falsificaciones (confesada también públicamente por un mediocre entre mediocres) pero pidiéndole al Rector principal del CNE “que no se equivoque”. Para este mediocre rector de L.U.Z., el no equivocarse es avalar el fraude, i la esperanza es no defraudarlo a él, como golpista, pero adjudicándose la representación de “los venezolanos”. ¿Su mentalidad no le ha convencido todavía que la oposición es minoría? ¿ Su raciocinio no le ha dicho nunca que han perdido siete eventos electorales en fila i que cada día se les demuestra más, que el pueblo venezolano respalda mayoritariamente el proceso revolucionario pacífico? ¿ No alcanza a ver este pobre rector, dónde está la violencia? La libertad de decidir, colega Bracho, está precisamente en decidir ajustado a la verdad i a las leyes. Si usted pide “respetar la voluntad soberana de millones de venezolanos” ¿A cuál grupo se refiere? ¿Al suyo? ¿Al de los conspiradores o golpistas? ¿Al de los que reclaman con violencia, rompiendo, quemando, amenazando i asesinando a inocentes? Todavía parece que no se ha percatado que el otro grupo de venezolanos de quienes debemos respetar su voluntad soberana, es mayoría en el pueblo i en muchísimos profesionales, universitarios, intelectuales, artistas, etc., que no compartimos su vocación golpista i antipatriótica. No hable en nombre del Zulia, ni de la Universidad, porque nos ofende. Opine simplemente como usted que mui poco tiene que aportar a la ciencia i a la historia. Si algún día en el mañana, se le recordará, será como un rector de escasos méritos i además golpista o cómplice de un golpe de estado.
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