¿Están dadas las condiciones para invadir a Venezuela? ¡Pareciera que sí! Los últimos acontecimientos programados por el gobierno mundial conducen a que se ejecute esta acción militar; parte de ellos lo confirma el humillante papel asignado a los representantes de la Discordante Antidemocrática que continuamente deben acudir a Washington a implorar de rodillas que se ordene dicha operación para que los libere de la “amenaza bolivariana” que ahora siembra el terror entre ellos, y pudiera impedir su retorno al poder en este siglo; pero, analicemos cuidadosamente todas aquellas situaciones que a nuestro juicio podrían contribuir a que se lleve a cabo esta “defensa legítima” de los Estados Unidos y, por ende, del planeta:
Primero: La forma tan indignante como fueron engañados Bush y Blair, haciéndoles creer que las armas de destrucción masiva se encontraban en Irak; semejante mentira merece una compensación que repare el daño ocasionado a la buena fe de este par de inocentes y su prosélito Aznar, quien junto con Fox representan la avanzada neoliberalista en América Latina, cuya situación de pobreza la hace merecedora de un cuidado especial... ¡para evitar que escape de ella!
Segundo: La presunta captura de Husseín no produjo el impacto político esperado entre los estadounidenses, ni detuvo los ataques defensivos que diariamente dirige la resistencia iraquí contra los invasores de su país; ataques que supuestamente estaban siendo dirigidos por el prisionero, y que su captura demuestra que esta información también fue falsa, porque los ataques deben de estar siendo dirigidas por otro gobernante antineoliberalista.
Tercero: Las supuestas amenazas terroristas de que continuamente está siendo objeto los Estados Unidos por parte de Al Qaeda requiere la adopción de medidas preventivas para evitar que aquellas se lleven a cabo; pero exigen la inmediata captura de Osama Bin Laden, que cada vez se muestra más escurridizo. Debe ocurrir una –o ambas– de estas dos suposiciones: Bin Laden cuenta con ayuda extranjera, o los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses le mienten a sus respectivos presidentes para llevarlos a la exasperación, porque aquél no se encuentra en el mundo árabe.
Cuarto: Según reporta la prensa opositora venezolana, la red Al Qaeda está siendo financiada desde Venezuela. (Esta investigación es una contribución espontánea de la Discordante Antidemocrática para con el gobierno de los Estados Unidos, como una forma de agradecerle el financiamiento aportado para salir de Chávez y una crítica ante tantos desaciertos de sus cuerpos de inteligencia; demostrando que aunque no han tenido la suficiente como para salir del Comandante, aún así pretenden exportarla).
Quinto: Los Estados Unidos están en un año electoral y las torpezas de la CIA le han costado un alto precio a la imagen política de Bush, quien ve cada vez más difícil su reelección y considera necesario otra acción salvadora del mundo. Esta noble tarea debería elevar su puntuación en las encuestas –¡si no lo están engañando!–, por contribuir a liberar al planeta de todo gobernante que amenace la supremacía de su país desafiando su política económica, ya maltrecha por un elevado déficit fiscal al cual él ha contribuido enormemente con la guerra de Irak.
Sexto: Si Al Qaeda está siendo financiada desde Venezuela, no puede ser otro sino Chávez quien les envía el dinero; si Bin Laden no ésta en el mundo árabe, debe encontrarse en nuestro país asesorando a los cuerpos de seguridad para que arremetan salvajemente contra aquellos inocentes –¡también engañados por la CIA!– que sólo pretenden manifestar pacíficamente atacando dichos cuerpos para estimular su colaboración espontánea en la ejecución de la tarea asignada, como un justo reclamo al por qué ellos sí pueden ser engañados y el CNE no.
Séptimo: Si las armas de destrucción masiva no estaban en Irak, entonces deben estar en el Palacio de Miraflores bajo la atenta mirada de los cubanos que combatieron en la Bahía de Cochinos y saben como defenderse contra una invasión; o distribuidas entre las sedes de los Círculos Bolivarianos, cuyos integrantes –también engañados; pero por Chávez–, están ex(dis)puestos a morir por la inexorable y penetrante acción que ejercen los ejemplares de la Constitución Bolivariana (¡la más terrible de las armas de destrucción masiva del pensamiento neoliberalista!).
Octavo: La invasión a Irak no resultó el negocio que se creía –esta vez fue por el engaño de los asesores económicos– porque no se pensó que fuera obligatorio respetar las inversiones francesas y alemanas (verdadera causa de la oposición de estos países a la guerra) si se quería mantener con ellos buenas relaciones diplomáticas que siempre redundan en excelentes negocios. No se pudo contar con todo el suministro de petróleo barato que se esperaba, por lo cual se hace necesario asegurarse una fuente de combustible confiable y cercana.
Noveno: Bush está cansado de tanto engaño, porque hasta la Discordante Antidemocrática le afirmó que “el mandado estaba hecho” el 11 de abril y al enviar a “sus muchachos”, éstos se encontraron con una situación contraria a la prevista; que Chávez no resistiría un paro empresarial, mucho menos uno petrolero; que ahora sí estaba listo con el referendo; que Chávez es un bruto seguido por una masa de ignorantes; que aquí todos sueñan con vivir pisados por la bota gringa, antes que seguir soportando las cadenas del Presidente.
Décimo: Los gobernadores antichavistas se la están poniendo a Bush para que la saque del estadio, al declarar sus regiones como “estados independientes” –quieren decir dispuestos a facilitar la invasión a cambio de que se les otorgue un pasaporte de serviles, por su condición de vende patrias–. “Por pura casualidad”, todos estos estados son fronterizos, o con facilidad de acceso por vías acuáticas; algunos de ellos con refinerías capaces de suplir el combustible requerido por la fuerza invasora.
Undécimo: Bush le podrá perdonar a sus cuerpos de inteligencia y la Discordante Antidemocrática que lo hayan engañado; lo que no puede soportar es que un zambo presidente de un país tercer mundista, que sólo cuenta con el apoyo un grupo de desarrapados, desafíe a un ario –jefe de la nación militarmente más poderosa de la tierra– a que invada a su país; este desafío confirma la existencia en Venezuela de numerosas armas desconocidas para el ejército estadounidense, que ponen en peligro la seguridad del planeta: ¡Aunque la invasión estará detenida mientras la CIA determina qué son y dónde se encuentran esos “cojones” de los que habla Chávez!
Mérida, 8 de marzo del 2004
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