Lo ocurrido
el pasado domingo 15 de febrero sólo puede calificarse como una contundente
Victoria Popular, cuyas implicaciones tan positivas para el devenir
sociopolítico de la patria, apenas si las hemos comenzado a asimilar.
Hay que ver
el impacto beneficioso que tiene para un proceso tan complejo como el
nuestro, que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
haya sido enmendada por el propio pueblo en elecciones libres, directas
universales y secretas.
Ése mismo
pueblo que aprobó con su voto el texto constitucional de 1999, ha tenido
ahora la oportunidad de realizar una enmienda a la Carta Fundamental
y vaya que lo ha hecho con contundencia. El 54,85% del electorado,
es decir un poco más de 6.300.000 compatriotas le dijimos Sí a la
enmienda, o lo que es lo mismo, dijimos Sí a la Patria Libre y Soberana.
La victoria
conquistada por el PSUV arropó 19 de los 24 estados que componen la
geografía nacional y en muchas de esas entidades, la diferencia entre
el Sí y el No sobrepasó los 30 puntos.
Tampoco puede
negarse que éste resonante éxito despeja de manera muy favorable el
horizonte político de la Revolución, al tiempo que ratifica el liderazgo
inobjetable y fenomenal del Presidente Comandante, Hugo Chávez.
El mismo día
que se conoció el veredicto del CNE, el Comandante lanzó las directrices
de lo que corresponde hacer en este nuevo ciclo histórico. Habló de
aplicar la política de las 3 R (Revisión, Rectificación y Reimpulso)
a la máxima potencia, para darle en la madre a la corrupción, el burocratismo,
la inseguridad, el déficit habitacional y el alto costo de la vida,
que conforman los grandes temas donde no se ha podido avanzar todo lo
que hubiéramos querido.
Se trata de áreas complejas que requieren un trabajo constante, serio y planificado, para consolidar el proyecto de país revolucionario y socialista, y seguir acrecentando nuestro capital político, que –por cierto- no ha hecho otra cosa que aumentar después del revés sufrido con la rechazada propuesta de reforma constitucional de 2007.
Los números
están allí y hablan a las claras de un triunfo incontestable. No obstante,
los capos políticos de la oposición –como era de esperar- han aceptado
a regañadientes el resultado. Intentan explicar esta derrota alegando
un grosero “ventajismo oficial” y la acción coercitiva del Estado.
Siguen menospreciando
la nobleza y la capacidad de nuestro pueblo. También pretenden desconocer
olímpicamente la sevicia de un oprobioso sistema privado de medios
de comunicación social, que se valió de todas las artimañas posibles
para confundir a la gente con mentiras e impedir nuestro triunfo.
Es precisamente allí, en el corazón de ese sistema podrido de antivalores mediáticos, que la Victoria Popular del Sí ha causado más escozor. Ello explica que justo el día 16 de febrero, Teodoro Petkoff, uno de los operadores más destacados de esa mafia, haya editorializado su pasquín de la forma como lo hizo. Ay Teodoro traga grueso viejo, porque ahora te toca comer enmienda y de la buena. Buen provecho para ti ex camarada y para unos cuantos fariseos como tú.
dcordovaster@gmail.com