El grado de cultura y humanidad de una ciudad o de un pueblo, decía un sabio, se mide por la forma en que sus habitantes tratan a los animales que en ella habitan.
En estos días navideños de frías noches, me he acordado mucho de estos animales porque es indiscutible que ellos también son una creación divina, y nos acompañan tan fielmente en nuestras vidas que no podemos menos que guardarles respeto y consideración en nuestro corazón, ellos son tan fieles, que en muchas oportunidades sobrepasan en cariño bondad y sentimientos a los humanos.
Desgraciadamente en nuestra revolución bolivariana, parece que los tribunos sean estos: diputados que no hacen leyes (regañados por el presidente Chávez, y alcaldes, se han olvidado por completo de que existen los perros y los gatos, de que ellos también tienen derechos, y de que por lo tanto merecen que les respetemos un mínimo espacio para su vida feliz con nosotros en nuestro proceso de cambios.
Hoy, una perrita negra, que aparentemente los humanos la echaron de su hogar, por ocurrírsele tener unos perritos, la pobre estaba encinta, y tiene mastitis, sí lo mismo que las madres humanas, eso es muy doloroso, por lo que unas (pocas, muy pocas por cierto) almas caritativas se apiadaron de ella, la recogieron provisionalmente en un galpón abandonado, dándole un poco de comida, y buscando, (en eso están ahora) al veterinario para que le alivie la mastitis que padece.
Señores somos inhumanos, no tenemos piedad de los animales, saben lo que hacen en la perrera municipal pues los duermen o sea les ponen una inyección letal.
Las pocas instituciones creo que hay una solamente oficial y varias privadas supuestamente con fines altruistas pero que en el fondo siempre está el egoísmo humano, al fin y al cabo tenemos que comer y vivir. en este mundo nada es gratis, menos para los perros y los gatos.
me acuerdo de nevado el fiel perro de raza mucuchies que acompañó al libertador nuestra gloriosa figura fielmente en todas sus batallas y al cual el libertador le tenías su edecán, si, le decían el edecán del perro pues era el encargado de velar por su alimentación y bienestar.
Un buen día el edecán del perro corre a avisar al libertador, en medio del fragor de una batalla. A la que nevado seguía fielmente a su amo, que nevado había sido herido que estaba muriendo. El libertador, con toda su majestad y nobleza se apartó del combate, para acudir a darle el último adiós a nevado, cuentan que al llegar al lugar donde estaba muriendo el noble nevado. Derramo sus lágrimas al verlo. Dos lágrimas de nuestro noble libertador cayeron sobre el cuerpo ya sin vida de nevado.
Seamos como el libertador defendamos y protejamos a nuestros animales los perros y los gatos.
No inventemos ni realicemos, menos aún campañas exterminadoras, tratemos de darles amor, vida y un mínimo de derechos a vivir dignamente a tan fieles compañeros.
Señores Diputados socialistas de la Asamblea Nacional, desengaveten la ley de defensa y derechos de los animales y aprueben esta ley de una vez. todos los animales tanto sifrinos, proletarios, como de la calle que están a su suerte, se lo agradecerán.
requenave1@gmail.com