Estos señores
que con una explicación puramente verbal se quedan tan satisfechos
y tan convencidos de que poseen la verdad absoluta o poco menos. El
alma siente porque tiene sensibilidad, es decir, facultad de sentir.
La carne nutre porque tiene virtud nutritiva; las cosas consisten en
la consistidura. Y el avio. ¿Y qué creen ustedes que predican en sus
filas? Pues predican en ellas la doctrina más disolvente, la más anárquica,
la más brutal, la más inhumana, la más absurda que puede predicarse.
Predican que cuando, en caso de alguna huelga, se les ordene a la fuerza
pública hacer fuego contra el pueblo, sus hermanos.
Se cogen después
todas esas construcciones verbales, se las analiza y archianaliza, se
las hace picadillo, se combinan los pedacitos en todas las combinaciones
binarias, ternarias, cuaternarias, etc., posibles, se les da un mote,
y cátate ciencia profunda, sólida, seria, de que su frívola sociedad
no comprende. Si se la expone en silogismos en bárbaro o en frisesomorum,
bien, y así, además en ingles mejor que mejor. Todo ello se reduce
a un juego de ajedrez. La cuestión es dar jaque mate. Y que de discusiones
arman sobre si tal peón debió o no debió avanzarse, sobre si conviene
o no debió avanzarse, sobre si conviene o no conviene enrocar, sobre
el jaque doble del caballo, sobre la profundidad de fulano o mengano
que preparó un mate en seis jugadas o se las arregló para que le ahogara
el contrario.
¿Se trata
de socialismo? Pues venga uno de esos sesudos oposicionistas que en
vez de cabeza llevan un tablero de ajedrez y sus piezas con él, y ármese
la partida. Y allí salen la naturaleza humana y el fin para qué fuimos
criados y el origen metafísico de la propiedad y el derecho al propio
perfeccionamiento y otro sin fin de vaciedades que no vienen a cuento.
Vayan ustedes a meterlos en datos concretos, en cálculos del cuanto
hay pa’eso, en historia industrial, en investigaciones positivas respecto
al proceso industrial... todo esto servirá cuando más de ilustración
a su juego.
Es muy frecuente
eso de creerse por parte de muchos compatriotas, que el socialismo es
una invención fantástica y que se reduce a imaginar cómo tiene que
ser el mundo y a trazar el plan de una sociedad nueva que vamos a construir
pieza por pieza. No, no es eso, es en doctrina la mostración de lo
que tiene que venir forzosamente, querámoslo o no, mejor dicho, lo
que no podemos querer que venga, porque trabajamos por su advenimiento
todos, incluso los que lo combaten. Y el predecir su llegada no tiene
más lances que el predecir un eclipse de sol. El deber de todo hombre
razonable es abrirse al progreso y no empeñarse neciamente en retardar
su obra. Y para esto lo que hace falta es estudiar hechos (que no es
lo mismo que sucesos) y no masturbarse la mollera con verbologías y
logomaquias retóricas.
Así mismo,
los que gritan que el socialismo se inclina, ya a la derecha o ya a
la izquierda, ya al absolutismo o ya a la anarquía, nos hacen reír
y nos convencen más cada día de que el socialismo no se inclina a
ninguna parte, sino que va perfectamente derecho a proporcionar a todos,
ricos y pobres, la mayor suma de bienestar de que son susceptibles los
pueblos reunidos en comunidad.
Del desarrollo
de las fuerzas productivas dependen las relaciones en que se coloca
el pueblo, entre sí, en el proceso de producción de los objetivos
indispensables para la satisfacción de sus necesidades. Y en dichas
relaciones está la clave que permite explicar todos los fenómenos
de la vida social, los anhelos del pueblo, sus ideas y sus necesidades;
pero vemos cómo el capitalismo, con este mismo desarrollo despoja de
la propiedad a las mayorías para concentrarla en manos de una insignificante
minoría.
Se quedaron
con los crespos hechos, ante los anuncios anti-crisis pronunciados por
el Comandante Presidente Constitucional de la Republica Bolivariana
de Venezuela; aspiraban que sí devaluaría el Bolívar, que desaparecerían
las Misiones, que el pueblo cargaría con todas las cargas generadas
por el “paquetazo”, (que ellos aplicarían como ya lo han hecho
en varias etapas de nuestra historia) que congelaría los salarios,
(al contrario viene un aumento de más del 20%) que se aumentaría el
precio de la gasolina, (aspiraban a una insurrección social como la
acaecida en 1989, en la cual “ellos” tuvieron mucho protagonismo)
que se detendría la inversión social, que se detendrían las obras
de Infra-estructura para el desarrollo de la Nación, etc. Pero se están
construyendo nuevas líneas férreas, se están construyendo nuevas
líneas del Metro, construcción de nuevos hospitales, nuevas
universidades, nuevas autopistas y puentes, remodelación de puertos
y aeropuertos, nuevas viviendas para el pueblo, en PDVSA se va hacer
una gran inversión; el desarrollo no se detiene. Contaban, al fin,
que había llegado su gran oportunidad para librarse de Chávez y del
socialismo. Señores oposicionistas, no se engañen, ni engañen a sus
seguidores con sus ideas e ilusiones fantasiosas, tampoco traten de
engañar al pueblo con las promesas ilusorias de otro mundo, sino decirle
la pura verdad sobre las causas de su situación, enseñarle las grandes
verdades filosóficas y científicas que tanto tiempo han ignorado.
Reconociendo que la cuestión que se nos presenta de una manera más
imperiosa es la de la igualdad económica y social de todos los venezolanos,
fuera de esta Igualdad, es decir, fuera de la Justicia, la Libertad
y la Paz no son realizables.
Cuando se habla
de ideas que revolucionan al pueblo, se expresa solamente el hecho de
que en el seno de la vieja sociedad se han formado los elementos de
una nueva, y la desaparición de las viejas ideas marcha a la par con
la desaparición de las antiguas relaciones sociales.
Salud Camaradas Bolivarianos.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net