Estudiar, escribir o tratar de realizar un análisis de los hechos de abril de 2002, es una tarea complicada, porque al ser acontecimientos recientes no se cuenta con información oportuna, adecuada e imparcial, ni teorías que los expliquen satisfactoriamente, o materiales producto de la reflexión, del debate, debidamente sistematizados. Pero por alguna parte se debe empezar.

En el escenario político venezolano de abril de 2002, se identificaban claramente dos fuerzas que actuaban: un grupo que se oponía al Proceso Bolivariano, liderizado por el Presidente Hugo Chávez Frías, y otro que lo apoyaba.

El primero, aún hoy se autodenomina “sociedad civil”, “defensores de la democracia”, “poseedores de cultura”, es decir, “civilizados”, los “únicos” con derecho a manejar el gobierno, detentar el poder y disfrutar de todos los privilegios que pueden proporcionar las riquezas del país.

El segundo grupo, los partidarios del proceso bolivariano, eran (des)calificados por los primeros, siendo presentados -especialmente hacia el exterior-, como “hordas violentas” o “grupos terroristas armados y al servicio de un dictador”, a través de los medios de difusión masiva, sus aparatos de propaganda política.

Del 11 al 12 de abril de 2002, actúa la autodenominada “sociedad civil”. Previa planificación conspirativa para derrocar a un gogierno legal y legítimamente electo:
· Provocaron la muerte de personas inocentes, responsabilizando al Gobierno Nacional para justificar así el golpe de Estado que dieron horas más tarde.
· Secuestraron e incomunicaron al Presidente Constitucional.
· Interrumpieron el hilo constitucional.
· Designaron a dedo a un "presidente", desconociendo la soberanía popular y el ordenamiento surgido de ésta.
· Le cambiaron el nombre a la República, aprobado por mayoría en referendo popular.
· Disolvieron los Poderes Públicos establecidos constitucionalmente.
· Detuvieron ilegalmente a Gobernadores, Diputados y Ministros.
· Allanaron domicilios sin orden judicial.
· Persiguieron dirigentes políticos.
· Asediaron una embajada.
· Vejaron a un ministro.
· Censuraron la información.

Ante estos hechos ¿Cómo reaccionaron los partidarios del Proceso Bolivariano el 13 de abril de 2002?

Los mal llamados por los medios “círculos armados del terror” (incluyendo en esta denominación a todas y todos los que apoyaban al Presidente de la República), sin tener: información oportuna, veraz e imparcial; ninguna garantía para sus vidas; directrices de sus dirigentes; logran dar una respuesta inmediata y en 48 horas, armados de esperanza en el corazón y la Constitución en la mano, revierten el golpe de Estado, hecho sin precedente en la historia de la humanidad.

Cómo logran acometer esta gesta, sin tener tiempo para la reflexión o la planificación? ¿Cómo logran determinar dirigirse a lugares estratégicos, el Palacio Presidencial, guarniciones militares? Simplemente por la madurez política alcanzada.

Tal madurez política fue posible porque en tres años, en el pueblo desilusionado y cansado de las traiciones de los políticos tradicionales, se había operado un cambio. Ese pueblo encontró un líder, salido de su propio seno, conocedor de sus frustraciones por haberlas vivido, así como de sus sueños y expectativas. Ese líder le mostró al pueblo el origen de sus problemas y señaló a los responsables, no sólo a través de la palabra, sino con acciones, y sobre todo, ofreciendo un proyecto de cambio en el cual participar activamente para lograrlo.

Así, pueblo y líder comparten un mismo sueño, una misma esperanza, sabiendo de antemano que el camino es largo y lleno de dificultades, con adversarios poderosos y crueles, que actúan como lo demostraron el 11 y 12 de abril, pero también conociendo que cuentan con la fuerza suficiente que da la justicia de su lucha, el amor y la esperanza.

El nivel de compromiso demostrado el 13 de abril de 2002, producto de la madurez política del pueblo venezolano, es un elemento que no puede dejar de estar presente en cualquier análisis que se realice en el futuro.