El II Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, unió en Caracas del 13 al 15 de abril, a un conjunto de fuerzas que, en palabras del Presidente de la República Hugo Chávez Frías, “estamos construyendo el camino alternativo hacia otro mundo posible”.

Ejerciendo una práctica solidaria, Constructores y Constructoras de ese nuevo modelo de ser, estar y compartir la vida en el planeta Tierra, debatieron sobre Medios de Comunicación y Democracia; Movimiento Sindical; Derechos Humanos; el ALBA y otras alternativas para los Pueblos, Movimientos Sociales y Democracia Participativa; Humanismo, Internacionalismo y Nuevas Tendencias del Pensamiento Libertario en el Siglo XXI; Luchas Campesinas; Intelectualidad e Identidad Popular; Integración Latinoamericana y Caribeña; Precursores Latinoamericanos del Antiimperialismo; La Originalidad de la Revolución Bolivariana y Las Alternativas a la Globalización Neoliberal.

El intenso debate, guiado por la necesidad de cambio frente a un modelo que lleva a la destrucción del planeta, inscribe al Proceso Revolucionario Bolivariano en una lucha estructural que ya no pertenece sólo al pueblo venezolano, sino a todos los pueblos revolucionarios del mundo.

¿Por qué surge la necesidad de un cambio? ¿Por qué la Revolución Bolivariana?

Así como las de otros Continentes, las amplias mayorías sociales de Venezuela confrontaban una política sistemática de explotación, exclusión y opresión, implementada a sangre y fuego durante cuatro décadas de democracia formal, y la imposición de un modelo desarrollista y neoliberal, combinación que produjo efectos perversos en la Sociedad y el Estado:

En lo ideológico: La imposiciones sucesivas de los paradigmas de democracia liberal, desarrollismo y Pensamiento Único (Globalismo/Neoliberalismo) derivaron en:

· Colonialismo mental.
· Desestructuración de identidades.
· Endoracismo y transculturación.
· Desarraigo y enajenación.
· Debilitamiento del sentido de pertenencia y la de memoria histórica.

En lo económico: El subdesarrollo y la dependencia, la concentración de la riqueza y la desmaterialización de la producción derivaron en:

· Sobreexplotación de la naturaleza.
· Desequilibrios ecológicos y demográficos.
· Explotación de la clase trabajadora.
· Exclusión Económica y Social.

En lo político: El elitismo, el autoritarismo y el desmantelamiento del Estado derivaron en:

· Exclusión Política.
· Inestabilidad Política.
· Pérdida de Soberanía.

En lo Social: La desigualdad y la inequidad derivaron en:

· Exclusión Social.
· Inestabilidad Social.

En lo territorial: El centralismo político-administrativo y la concentración de infraestructuras y servicios derivaron en:

· Concentración poblacional.
· Desequilibrios ecosociales.

¿Por qué la Revolución Bolivariana genera resistencias?

Algunas élites causantes de ese desastre aún mantienen el poder, el control de los recursos y sus beneficios. En Venezuela el Gobierno Bolivariano no es depositario de “todo” el poder, carece de la capacidad para ejercerlo, más aún, no tiene ningún interés en concentrar poder hegemónico, por el contrario, es acechado permanentemente por el poder establecido, que ve en el progresivo desarrollo de la Democracia Popular, Participativa, Protagónica y Bolivariana, un obstáculo insalvable para continuar la reproducción social de su poder.

Esas élites saben que la radicalización de la Democracia conlleva a la construcción del Poder Popular, y éste, tiende a su inexorable disolución por el auge de la participación protagónica de todo el pueblo, que cada vez toma más conciencia de su capacidad para tomar en sus manos su destino y el destino de la Patria e identifica cada vez con mayor claridad los verdaderos intereses de las élites, las cuales ya no son percibidas por el pueblo como “preclaras”, “iluminadas”, “imprescindibles”, “predestinadas”, ni tampoco desde la perspectiva fatalista de la “inevitabilidad” de la existencia social de dichas élites y del yugo histórico y estructural que le imponen.

Por ello, el papel asignado (y apoyado) por el Imperio a la Oligarquía venezolana exige el derrocamiento del Gobierno Bolivariano por cualquier vía, algunas de las cuales ya han sido ensayadas y han fracasado ante la resistencia del pueblo.

¿Por qué la Solidaridad con la Revolución Bolivariana?

A pesar de las resistencias generadas por la Oligarquía venezolana y por el Imperio, las cuales someten a la Revolución Bolivariana a una situación de acecho permanente, el pueblo venezolano cuenta con la Solidaridad de otros pueblos del mundo, comenzando por los pueblos latinoamericanos y caribeños, por la identificación que genera un origen común y el afrontar problemas igualmente comunes. Estos pueblos ya ven que la lucha venezolana es también su lucha.

El eco revolucionario va más allá. Desde pueblos tan lejanos en otros continentes, surgen expresiones de solidaridad que demuestran que el bloqueo informativo y la desinformación propiciadas por los grandes medios de difusión no son prácticas perfectas, y que los pueblos tienen infinitas reservas morales y formas de afirmación y de resistencia difíciles de doblegar.

El Proceso Bolivariano le es inherente a la emancipación de la América Meridional, convocada por Simón Bolívar en el Congreso Anfictiónico de Panamá y, más allá, al conjunto conformado por la milenaria Abia Yala América, crisol de pueblos hermanados que construyen su destino libre desde Alaska hasta la Patagonia.

La recolonización planetaria emprendida afanosamente por el Imperio exige miras amplias y alianzas basadas en la Solidaridad y la Cooperación Pacífica, bajo el principio de la Unidad de lo Diverso, es así como la Revolución Bolivariana no es ajena a los problemas confrontados por los pueblos de África, Asia y el Pacífico y por los amplios y crecientes colectivos discriminados en el seno del llamado “Primer Mundo”.

Al contribuir humildemente con la emancipación de la Humanidad, el Proceso Bolivariano ha dejado de pertenecer al pueblo venezolano, y, al nutrirse del pensamiento y de las luchas emancipatorias de otros pueblos, asume dignamente su vocación internacionalista.