Un documental televisivo de suprema calidad i veracidad

Por habérsele anunciado debidamente, presencié i tuve la suerte de grabar, un formidable documental televisivo, sobre los sucesos del 11 de abril, especialmente el caso del puente Llaguno. Efectivamente se trata de un trabajo excepcional que, según cita Eleazar Díaz Rangel, debería tomarse como modelo en las Escuela de Comunicación Social i en muchas otras instituciones informativas, de cómo se hace una maravillosa investigación de unos hechos que ya pertenecen a la historia i aporta a ella en el futuro, un testimonio verídico, verdaderamente notable i de valor inobjetable. Allí no hai posibilidad de fraude, como lo habían hecho con un mamarracho amañado, cambiado e inmoralmente adaptado para difundir una gran mentira que, lamentablemente, por la complicidad internacional, hasta fue premiado en España. Según expone uno de los autores que escriben en esta columna de APORREA, Luis Enrique Gavazut, no solamente es un tremendo video, sino que debería difundirse en todos los medios nacionales e internacionales, porque es al mismo tiempo una demostración de cómo se sabe hacer un documental de esa calidad óptima, en Venezuela

Se trata de un trabajo guión i dirección del cineasta Angel Palacios, producción de Luis Serrano i con el aporte o colaboración de la Asociación Nacional de Medios Alternativos i Comunitarios i un completo equipo de camarógrafos, i personal especial, entre ellas mujeres como Gabriela Fuentes, Valentina Velasco i en fin, personas comprometidas con la verdad i la vida. Lo cierto es que se trata de una exposición clara, documentada, probada por participación de diversos videos que se relacionan en tiempo i espacio; se prueba una determinada hora del suceso, por ejemplo, con los movimientos o actitudes de un personaje que mueve sus brazos; con la sombra de los postes i las horas de relojes en diversas muñecas de los actores; con la actitud del que viene sin nada en las manos i luego aparece con la cámara del periodista asesinado de apellido Tortoza; con las vistas diversas de la Avenida Baralt, por la cual nunca pasó la “marcha pacífica” más iracunda, forajida i violenta que una horda invasora; con la clara situación de la “ballena” i otros vehículos de la Policía Metropolitana, disparando con armas de guerra; con un escondido franco tirador detrás de un poste o los que estaban en azoteas i ventanas (corroborado por el video de “prueba” que presenció el periodista Otto Neustand, donde el Almirante Ramírez ya hablaba de muertos i de franco tiradores, antes de haber sucedidos los hechos; con el traslado de muertos i heridos con boinas rojas i que la oposición se atribuía a ellos, como las indefensas víctimas de la marcha; con planos i esquemas de calles, avenidas i sitios claves; con los fogonazos de los disparos desde la ballena; con policías uniformados (Metropolitana) colaborando para la intención de llegar hasta el Palacio de Miraflores porque la meta era tomar o arrasar el Palacio i asesinar al presidente i a muchos de sus seguidores; con la demostración de la desaparición de los líderes que en la tarima de Chuao (Carmona, Ortega, Medina, etc.) incitaban a la “marcha a Palacio” acaso imaginando a Desmoulins i otros guiando “al pueblo” hacia la Bastilla en la Revolución Francesa ( pero aquí a las brigadas de choque adecas i de Bandera Roja i otros forajidos de “izquierda”) pero, “magníficos líderes de tarima” que desaparecieron en el camino; apenas si dos, de ellos quedaron más tiempo, hasta algo cerca de El Calvario, como el iracundo i cobarde Molina Tamayo (que hacía alarde de marino refiriéndose a la dirección del viento i las bombas lacrimógenas) o el rencoroso cabeza de bala de cañón, Guacaipuro Lameda quien, no debería ensuciar el nombre del cacique, i cambiarse a Guaca...impuro, que también se esfumaron. Con las tomas evidentes de los muchísimos disparos en paredes, puertas, etc., de armas potentes, pero que la oposición dice que no había huella ni de un solo disparo. La policía Metropolitana solamente “rociaba” agua para el calor de las personas i tal vez algunos pétalos de rosas. La mayoría de los muertos (19) fueron con disparos en la cabeza, en dirección de arriba hacia abajo, i los francotiradores que fueron capturados, fueron puestos en libertad por el gobierno de transición.

A todo esto, precisado cronológicamente, explicado con mapas i esquemas, etc., se observa en el documental la falsa actitud e información de los cuatro grandes canales de televisión; cómo desvirtuaron, desinformaron i mintieron; cómo los “grandes rotativos” (que desde entonces he mejorado la salud, no comprándolos nunca más) ponían grandes titulares falsos i eso corría al exterior, especialmente por esa cadena deplorablemente mentirosa i antiética que se identifica CNN, o los gobiernos de USA o España, que no esperaron nada para reconocer a un gobierno dictatorial de cobardes, desencadenaron festejos frustrados, porque un pueblo desarmado, solamente unidos de los brazos i llenos de coraje, reclamando justicia i libertad, especialmente para su presidente, los puso a correr como conejos o mapurites. Se demostró, entonces, la solidez de la unión cívico-militar, porque ya casi todos o todos los dinosaurios de antaño, ya se fueron de la Fuerza Armada.

De esa manera podemos comprobar la verdad, del genuino, típico e innegable Golpe de Estado, pese a la sentencia del TSJ o a descaros inexplicables, tales como cuando juristas, como Hermann Escarrá, dicen por la televisión “que no hubo un golpe de Estado” con redoblado cinismo.

En el documental, además, vemos las ya conocidas i tristes figuras de hombres como el Cardenal Velasco, el adeco con sotana Baltasar Porras, el representante de gobernadores golpistas, i toda una “pléyade” de personeros de la IV República, con la actitud de los hombres que rodearon tiempo atrás, a Mussolini i a Hitler. En la euforia del golpe (cuando no dudaron en quitarse las caretas porque estaban respaldados por los Estados Unidos) jamás pensaron que las cosas volverían a la legalidad i constitucionalidad, en menos de 48 horas. Por eso este documental que, en este aspecto se suma a muchos otros que son evidencia de una erupción nazi-fascista en el siglo XXI en Venezuela, sobre todo aclara i hace justicia a los que valientemente desde el puente Llaguno, disparaban en defensa propia i de todo el pueblo agredido por la Policía Metropolitana, agresión salvaje de la cual, es responsable el Alcalde Mayor: el energúmeno Alfredo Peña i sus esbirros de antecedentes delictivos. Pero los defensores, Cabrices i otros, fueron los únicos que pagaron con prisión i todavía merecen ser reivindicados del todo.

Ese video debería ser llevado ante los Reyes de España, con copia para el Sr. Aznar, por una delegación venezolana, para que corroboren la estupidez de premiar un documental falso, que encumbró a un periodista sin ética, a un canal televisivo antipatriótico e inmoral, i a un dueño golpista i conspirador, regocijado por la distinción. ¿I cual será la reacción o la respuesta de esta pobre oposición en lo intelectual? Sencillamente: no..! “esos son videos editados”. Sin embargo, los testimonios están allí; firmes, irrefutables, fuentes para la Historia en el mañana. Me congratulo fundamentalmente con Angel Palacios i Luis Serrano, i esperamos de ellos muchos más aportes para el país, la revolución bolivariana pacífica i, naturalmente, ¡La Historia!


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Roberto Jimenez Maggiolo


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