Recientemente, acudieron al vaticano los representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), algo así como el alto mando sacerdotal católico. Fueron recibidos por el papa Benedicto XVI y la voz cantante la tuvo el presidente de eses organismo Ubaldo Santana. Dentro de otras acusaciones, afirman que “En nuestro país se está implantando un proyecto político que ha introducido profundas modificaciones en la sociedad” Eso es verdad y falta mucho camino por recorrer y seguir cambiando a favor de los humildes ¿Qué esperaban los rimbombantes ejecutores de la espiritualidad católica? ¿Que continúen los lamentos de “pobrecitos los pobres”? ¿sin buscar las causas de eses problema para combatirla? Es muy sencillo dar limosnas, pero gobernar con el pueblo para acabar la la miseria y el hambre resulta difícil y eso es estar con Dios. La crítica de estos sacerdotes debería enmarcarse en pedir profundizar más la revolución y ejercer la acción cristiana a favor de los pueblos oprimidos y su liberación. ¿Por qué el papa y estos fascistas con sotana de la CEV, nunca han condenado la invasión a Irak y Afganistán? ¿Por qué no condenan la masacre a la nación indígena de la Amazonia? ¿Acaso el etnocidio cometido por el gobierno del presidente del Perú, Alan García, no le importa al Vaticano?
Señala el abanderado de la CEV, que el país está dividido por la implantación del Socialismo del Siglo XXI, ¿Es que anteriormente la diferenciación social no estaba presente? En los medios de comunicación y los ritos religiosos dieron siempre a entender que la existencia de la marginalidad en la popblación venezolana y los monopolistas de las riquezas podían convivir sin problemas, pero hubo guerrillas, secuestros, asesinatos a venezolanos de izquierda, la masacre del 27 y 28 de febrero de 1989. Eso fue parte de los conflictos sociales en Venezuela una pequeña muestra.
Hace pocos días, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez, suspendió su viaje a el Salvador para asistir a la toma de posesión del presidente Funes, descubrirse un plan magnicida en su contra, nunca se escuchó la voz de estos defensores de la democracia condenando el hecho ¿y la defensa de los derechos humanos?
Cuando la alta jerarquía eclesiástica toma espacio principalísimo en los medios de comunicación de oposición (que representan el 94% en el espacio radioeléctrico venezolano) para descalificar a Chávez, es porque existe la decidida intención de derrocar al lider de la Revolución Bolivariana mediante un golpe de Estado. Querer identificar la Fe con la contrarrevolución, ha sido una práctica muy fructífera para los conservadores. Pero esta vez, se les hace cuesta arriba debilitar el liderazgo de nuestro presidente y no pueden ocultar su cara demoníaca, como políticos de oposición vestidos con sotana. Parecen una corte infernal con farsas de santos, mintiéndole al papa. Por ello su campaña internacional logra objetivos a medias tintas debido al momento histórico que vive en Venezuela y los cambios en el mundo. Hay más compromiso con las transformaciones económicas y sociales a favor de las mayorías. Aquí en nuestro país, la Revolución Bolivariana está retomando la lucha ideológica considerada la guerra de mayor peso en la coyuntura actual.
El golpe de Estado está de nuevo rondando en la oscuridad y las afirmaciones del Vicepresidente del Consejo Episcopal Venezolano, Roberto Luckert de “una democracia en peligro”, demuestra sus preferencias por una sociedad donde los pobres sean el símbolo de la caridad de la iglesia católica , pero eso si hasta allí, pues sus
Oraciones son para los “elegidos al reino de los cielos” Las entradas están agotadas. Tal vez Guillermo Zuloaga el dueño del canal de televisión Globovisión tiene ya un puesto con todo y carros, piezas de cacería y demás yerbas aromáticas. Es que al cesar lo suyo.
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