¡Todo es pasajero! Suele decirme a diario una persona muy querida cuando le planteo los problemas del mundo y los de uno mismo, todo es pasajero en esta vida, venimos al mundo sin nada y nos vamos sin nada material aunque dejamos huellas buenas o malas, sea que no seamos estrellas o sí, pero igual a todos los seres humanos os toca el mismo destino como es pasar por este mundo con propósitos que vamos descubriendo a lo largo de nuestra vida, unos descubren que fueron marcados para dirigir una nación, mientras a otros nos llega la edad y aún pensamos que fuimos seleccionados como seres comunes y corrientes almenos que decidamos a no ser tan comunes.
El caso de Michael Jackson, la estrella del Pop desde el siglo pasado, en especial los años 80, es uno de esos que no llegamos a comprender si son productos netos del capitalismo comercial y salvaje o genios que les toco vibrar con la vida desde una tarima sin saber realmente ¿Por qué? Y lo digo porque la fama es un arma de doble filo, por un lado te enriquece, a través de ella logras cumplir todo lo que sueña una persona; viajes al mundo, portadas de revistas famosas, cuentas millonarias, medios y tanto, pero por el otro pierdes la privacidad personal y hasta la identidad, se es esclavo de todo un sistema que se vuelve en tu contra como así sucedió con aquellos escándalos que él sufrió como los casos de pedofilia que a mí parecer fue netamente publicitario para sacarle los dólares posibles.
Cuántos de nosotros no nos hemos sentado a hablar de nuestra niñez, adolescencia y juventud en aquellos años de los 70 hasta los 90. Hacemos memorias de todo el consumo televisivo del comic japonés o sus series de ciencia ficción, solemos reír y hasta emocionarnos con cierta nostalgia. Para aquellos que disfrutamos los 80 la mayor referencia que muchos tuvimos fue la influencia norteamericana del mundo de la música del Pop como fue la de Michael Jackson con su video clips “Triller” que según nos informan llego a una venta mundial del álbum del mismo nombre de 41 millones de copias igualmente la venta de 750 millones de discos hasta el día de hoy; mucho para un artista que pudo obtener más de lo que el sistema pueda dar.
Disfrutamos mucho de la música de esa década, y no tengo temor de decirlo porque hay personas que suelen burlarse de los gustos y sabores que tenemos por formación capitalista a conciencia o no con aquello de porque eres revolucionario o socialista escuchar cierta música, usar x marca de ropa o calzado o comprar aparatos de marca como computadoras, pendrives, MP4, DVD, etc. Es capitalismo y negar el socialismo. Me parece estúpido tales apreciaciones porque ser socialista no es aislarse de la sociedad sino tener una plena conciencia humanista de hallar el bien de los demás y el prójimo, no hay que hacernos los locos de que no somos puramente socialistas, más bien el proceso cultural capitalista en cada uno de nosotros ha estado muy arraigado desde nuestra infancia y que en la medida que vamos teniendo conciencia del daño que nos ha hecho iremos depurándonos no para el atraso sino para aprovechar todas las herramientas que el mismo usa para la esclavitud, utilizarlas para la liberación cultural y social como por ejemplo en el área tecnológica.
Molesta que a un socialista se le catalogue de bruto, ingenuo, atrasado, hipócrita, etc., porque enfoquemos las cosas para que beneficien a un colectivo y no los esclavice, de que porque uno vea una película gringa, o disfrute de música de los 60, 70, 80 y los 90 seamos capitalistas, creo que los problemas están más enfocados en el área laboral, la desigualdad económica, la exclusión, el racismo, en lo político y en lo tecnológico, y no porque se admire a un cantante se esté aupando el capitalismo mundial, es algo complejo, pero necesario pensar. Ciertamente la cultura occidental norteamericana ha sido culturalmente de “entretenimiento” donde para distraer a la población se crean estrellas de todo tipo, y en eso son muy especialistas.
Cuántas estrellas de cine, de TV, de la farándula y de la música han dejado de brillar en los últimos años debido a que la fama, el dinero y el poder no son plenos y suficientes para la realización humana si ésta no enfoca su vida y recursos para el bien de los demás, pero una vida con fama y dinero individualista a la larga lleva a la soledad, la excentricidad, el egoísmo y la avaricia, esto vale igual para el mundo de la política, para aquellos que buscan el poder, la fama mediática y la fortuna como si fuese cantantes de Rock mundial.
Es un problema fuerte de formación capitalista que requiere de una profunda formación ideológica, que necesitará de mucho tiempo para su depuración. Yo, sin pelos en la lengua lo confieso, no me considero un socialista puro, apenas balbuceo eso de socialismo. Creo en este proceso bolivariano, considero la gran necesidad de un sistema socialista humanista y cristiano, estoy convencido del liderazgo de Chávez y lo que realiza junto a ministros, directores, gobernadores y todos aquellos y aquellas que se proponen hacer valer nuestra constitución.
Michael Jackson, a quien siempre admiré y me duele su partida, fue una víctima de ese sistema opresor que nos enseña que ser estrella artística es garantía de bienestar y plenitud, cuando nuestras vidas deben ser más que estrellas sino humildes servidores en la búsqueda del bien de nuestro prójimo.