Creo que ya está verdaderamente probada, la carencia de talento de los pseudo líderes de la mal llamada Coordinadora “Democrática” i que, los intelectuales i juristas de la oposición, si bien los puede tenerlos, los esconden detrás de su fanatismo o apasionamiento político, a punto de haber creado, por ejemplo, aquel “mamarracho” de proclama del dictador títere Carmona Estanga; si no redactado por ellos, al menos aprobado, por juristas como Brewer Carías, Herman Escarrá i muchos otros. I es que, para las palabras, las decisiones i las acciones que realiza esta oposición irracional i golpista, carecen de toda lógica posible i se convierten en tautologías en su acepción tradicional; repitiendo cosas que no aportan verdad alguna i que ignoran hasta los rasgos lógicos del lenguaje. Cuando observo simplemente el fenotipo, los rasgos fisonómicos i el verbo o razonamiento de hombres como Ortega, Cova, Carlos Fernández, Juan Fernández, Velásquez, Ledezma, Medina, Lameda, Barrios, Cisneros, etc., o “analistas” como Mingo, el otro Blanco, Urdaneta, Bravo, Bocaranda, Massó, o las brujas de la Pacheco, Colomina, Salazar, Arenas, Nitu, etc., me parece ver que retoza en sus figuras o dintorno, la improvisación, la incompetencia, la mediocridad i en consecuencia no es de extrañar sus disparates, sus reflexiones teñidas de incongruencias i fanatismo –que es antichavismo por antichavismo constituyendo una tautología tradicional que, filosóficamente es “un discurso (o definición) vicioso en cuanto inútil, por repetir en la consecuencia, en el significado o en el difiniens, el concepto ya contenido en el primer miembro que, dicho lógicamente (para evitarme fórmulas lógicas) es “la afirmación disyuntiva de p consigo misma, equivalente a la simple afirmación de p”. En otras palabras: “Soi antichavista por antichavista”, que es eludir la realidad en decir (pero lo tienen en la conciencia) “odio a Chávez o al chavismo, porque me ha quitado los soberbios privilegios que tenía, robando a mi país i arrodillándome ante el imperio norteamericano”, aunque el problema no es Chávez, sino la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. La tautología se dignifica más adelante, en Filosofía, cuando la tratan Russell, Wittgentein, etc., pero a pesar de todo ha perdido, como juicio analítico, mucha importancia en la Lógica actual. Nadie inteligente, razona con juicios analíticos, que no aportan conocimiento.
Lo cierto es que la oposición no tiene talento ni para mentir. No se dan cuenta ni cuando expresan tautologías (aunque no deben ni conocer el término) ni cuando los rasgos lógicos de sus palabras o “discursos” los contradicen. ¡Con qué desfachatez, escuché esta mañana, el señor Marcel Granier, decir que sus actitudes anticonstitucionales, desestabilizadoras, contradictorias i mentirosas, son para conservar o defender la democracia! ¡Con qué desvergüenza aseguran que legalmente recogieron las firmas para el referendo revocatorio o que son mayoría! Si comparamos todos los acontecimientos que han pasado en estos cinco años de gobierno, con una pelea de boxeo, en la cual, en 8 vueltas, han caído hasta dos veces al suelo en cada asalto (ocho eventos de votación en los cuales han salido ampliamente derrotados) i están de pie solamente porque reciben “doping” en su esquina (el aporte económico en dólares de una potencia extranjera), están protestando pidiendo suspender la pelea i que se la otorguen por puntos. (!!!) En verdad, todos sus disparates parten de olvidar la premisa fundamental: EL PUEBLO BOLIVARIANO ES MAYORÍA, i respalda al único verdadero Presidente de la República que hemos tenido en este casi medio siglo, luego de una sucesión de depredadores de la soberanía, e incompetentes i corruptos; por eso son i seguirán siendo siempre, una MINORÍA. Se les ha demostrado muchísimas veces, por lo cual sus únicos recursos son la violencia o el golpe de Estado, por encargo del norte, cuya exclusiva motivación es adueñarse de las riquezas del país, especialmente el petróleo. Empero: ¡Allí está en Caracas, el pueblo pionero de la Libertad en América Latina! El pueblo que se alumbra también, con el Sol de América: Simón Bolívar.