Ya es insoportable el triunfalismo, la impunidad i el descuido del poder

Entre las personalidades, escritores o gente que escribe sus inquietudes ante la realidad de un país que, si bien ha demostrado, por lo menos en la capital, tener el pueblo más valiente, demócrata i luchador del mundo, el estimar “que unido jamás será vencido” puede resultar utópico o negativo al menos. Eso fue en otros tiempos, incluyendo hasta el Tercer Reich nazi o la República Socialista Soviética de Stalin; los adversarios lucharon i vencieron. pero ahora estamos ante el imperio más poderoso del mundo i de la historia, sin contendor bélico posible i con unos gobiernos más arbitrarios, feroces i dominadores, como nunca existieron en el planeta Tierra. Es un imperio planetario i despiadado. No respeta instituciones, leyes ni convenios. Se creen dueños no solamente del planeta, sino del cosmos.

Por eso he escrito una carta al profesor de la UCV, Ángel Hernández Arvelo, coincidiendo en que tanta condescendencia con una oposición que no merece ni llamarse así, sino unas sectas fascistas i terroristas, apoyadas por una oligarquía nefasta i unos medios de comunicación depravados, lacayos del imperio mencionado, es estar jugando con el más terrible peligro de dar al traste con el proceso revolucionario bolivariano, pacífico i creativo que hayamos conocido en nuestra historia contemporánea; pero que peca de la ingenuidad de la Comuna de París, o de la imprevisión de todos los gobiernos libres i sanos que ha tenido América más acá del Río Grande que, como fueron destruidos i masacrados en Nicaragua, Guatemala, R.Dominicana, Haití, El Salvador, Panamá i Chile, o hundidos como Argentina, Perú, Bolivia, o sometido al más inhumano bloqueo de la Historia Universal, como el caso de Cuba, conciencia de América, no se detendrá en nada si lo decide, para proceder como en Vietnam, Corea, Afganistán, Irán, Irak, i paremos de enumerar países.

Por eso, tanta palabrería de rechazo, sin acciones de ninguna clase, lo que hace es encender más el odio de esa oligarquía vende patria, enardecida por haber perdido sus privilegios i su política de ver al país como una hacienda particular para producir dinero con el sudor i la miseria de la mayoría del pueblo. Así lo consideraron los dictadores del siglo XIX o en el siglo XX Juan Vicente Gómez, pero afortunadamente eran menos ladrones, simples rateros i sus bienes, sobre todo tierras, estaban en la patria. En cambio esta “manada” de saqueadores, como uno que fue mi alumno en el bachillerato i, ahora, cuando no sabe ni cuantos millardos de dólares o bolívares posee, todavía quiere entregar su patria al amo del norte, i le siguen muchísmos más. PDVSA, no era del Estado Venezolano, sino de ellos, i por eso la agresividad apoyada por su primer cliente, no cesará nunca. La impunidad, producto de un Poder Judicial i un Ministerio Público atados de manos, infiltrados e ineficientes, ha establecido como norma la impunidad más indignante. A mí particularmente, me gusta como dice las verdades de frente i sin miedo alguno, un hombre como Mario Silva García con su sustanciosa, vigorosa i valiente columna LA HOJILLA. Le he escrito, pero parece que no he tenido suerte en comunicarme con él. Hernández, él i yo, coincidimos en que basta de escrúpulos morales, ante verdaderos delincuentes. El CNE, desde un principio (i ahorrando millonarios recursos en otros procesos) ha debido decir que las firmas válidas para solicitar el referendo revocatorio, no fueron suficientes i punto. Pero concedieron estos reparos, para una nueva oportunidad de escandalosos fraudes, porque hasta son brutos u ordinarios para trampear, desagradando más a toda la nación, al pueblo que respalda un proceso que les ha proporcionado lo prometido i les ha dado conciencia de nación. Sin embargo, decir que no importa si vamos al referendo porque no será un revocatorio, sino “un revolcatorio” son bravuconadas peligrosas. Nos sabemos ante una “oposición” perversa o maléfica, prever el futuro, i “dejar pasar las cosas” es como cuando en una serie de béisbol (le sucedió al Atlanta ante Minnesota hace unos años) se cree que es fácil ganar, se dejó perder un sexto juego porque en el próximo séptimo arrollarían. I resulta que perdieron. O el boxeador que va ganando fácilmente en los puntos, se descuida i recibe un nocaut, como sucedió hace años a Oscar Calles con Phil Terranova. ¿Es que todavía no está claro que no es con esa miserable oposición que luchamos, sino contra el imperio de Míster Bush, (magnate petrolero, como su “vice” i su secretario de defensa) quien desea a toda costa nuestro petróleo? ¿Es que no vemos el caliente ejemplo de Irak? ¿Es que no entendemos que la OEA es un parapeto institucional al servicio exclusivo de ellos? ¿Con cual país estuvo de acuerdo la OEA en la Guerra de las Malvinas? ¿Nadie sabe cómo fue el gobierno de Carter, “revestido” con un Premio Nóbel de la Paz, para convertirlo en una majestuosa “punta de lanza” o espía internacional en el mundo? ¿Creen que Míster Carter se fija en las trampas i en la violencia de la oposición, o lo que busca es disimuladamente entorpecer? ¿Por qué ese Centro Carter, quiere apurar al CNE i no sabemos si solicitó apurar a la autoridades en los 37 o más días de retardo, en las elecciones fraudulentas del “César” del Imperio del Norte? ¿Por qué la OEA i su representante Gaviria (cuidando su estatus de norteamericano de nuevo cuño) no ha dicho nada del secuestro del presidente legítimo de Haití? ¿Es que no han leído el libro de Noam Chomsky EL TERROR COMO POLÍTICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS, o antes de ese ACTOS DE AGRESIÓN. Si estas cosas sobre la política exterior del imperio, las dice un filósofo i profesor universitario norteamericano, por conciencia de los hechos i vigorosa eticidad, ¿No es de creer que, más que la mediocre oligarquía en lo intelectual, quienes están buscando desestabilizar el país i encontrar un pretexto de invasión, son los gringos? ¿No recuerdan ya, tan pronto, el pretexto de las armas de destrucción masiva en Irak, i el buscar la felicidad de ese pueblo, suprimiendo la dictadura de Hussein, creación de ellos mismos, igual que Bin Laden? ¿Dónde esta la clase media, la intelectualidad universitaria i los grandes pensadores del país, que están ciegos i sordos ante una patente realidad?

Lo cierto es que el gobierno bolivariano tiene que dejar a un lado ese triunfalismo, esa creencia en la invencibilidad de la revolución bolivariana, porque esté inspirada en una estupenda constitución i en los ideales del Libertador, de Simón Rodríguez, de Zamora i otros grandes personajes de nuestra historia. La Oligarquía del Dinero, como la llamó un escritor que ahora no se sabe para cual lado se inclina, no tiene patria, ni historia, ni ideales ni Dios; su dios es el único fetiche del mundo deshumanizado: el dinero, el dios dólar. Lo demás no cuenta para nada; son tan deshonestos i brutos que, realmente pienso que se creen inmortales i van a otra vida, con tarjetas doradas, barras de oro i privilegios absolutos. Desde Cartagena, el joven Simón Bolívar, ya nos predicó sobre la peligrosidad de los perdones, porque la traición, nunca los ha entendido. Alerta, alerta, alerta. El Poder legítimo es el que emana de una constitución, pero aunque la Constitución de la República Bolivariana sea una de las mejores o la mejor del mundo, eso no vale en absoluto para los anarquistas, corruptos i vende patrias; lo demostraron en el Golpe de Estado; las sociedades civilizadas son las que tienen un Estado de Derecho que deviene de las leyes, pero no las que están en el papel, sino las que se cumplen con prontitud i precisión. Recordemos que la Justicia que tarda, no es justicia i que, si dejamos ahora, en este proceso de reparación graciosamente concedida, a los delincuentes que clonaron cédulas, hicieron preparativos de nuevo golpe de estado, que trajeron paramilitares para ensangrentar a la patria o que descaradamente vociferan consignas de desacato a las autoridades, deben ir a la cárcel, i no estimularlos a seguir sin sanciones, deteriorando en todo sentido la calidad de la vida. Es incomprensible, como un gobernador delincuente, energúmeno, antipatriota i analfabeto cultural, como Enrique Mendoza, no haya ido a parar a prisión. En verdad, hemos dado al mundo una muestra única de civismo i propuesto a las naciones nuevos logros constitucionales como los referendos; empero, no demos también al mundo, una muestra de imprevisión i de descuido, por el poder legítimamente establecido por pulcras elecciones libres. Por primera vez, i de manera brillante i positiva, Venezuela está digna i valiente como patria de Bolívar, ante los ojos del mundo.


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Roberto Jimenez Maggiolo


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