La Pérfida Albión, fue cuna de los más extraordinarios piratas del mundo, siglos atrás, i en recompensa por asesinar, robar, saquear i posesionarse de tierras ajenas; de abordar naves de otros países, incendiar i destruir ciudades i pueblos, fueron condecorados i algunos llegaron a la categoría de sires. Los reyes o reinas les admiraban i la iglesia los bendecía. I los Estados Unidos de Norteamérica, fieles hijos de una madre pirata, reina de los mares, perfeccionaron la piratería en el mundo, sólo que cambiando el disfraz i la bandera: ya no se usa el ojo tapado, la pata de palo, el garfio en uno de los brazos, sino el traje común de ciudadano, i la bandera de la calavera con dos huesos cruzados, se cambió por otra más que conocida, porque no solamente ondea en las embajadas i consulados de todo el planeta, sino que a cada rato se utiliza para ser quemada, como desquite de los pueblos humillados i sometidos al nuevo imperio planetario. Nuestra provincia de Venezuela, fue visitada varias veces, por piratas, especialmente nuestro Lago de Maracaibo, ya que esta ciudad capital de Estado i Gibraltar, tienen mucha historia al respecto i hasta anda por allí un cristo negro, quemado, como recuerdo de las agresiones i saqueos de los filibusteros, héroes nacionales para su patria, en aquellos tiempos, de los siglos XVI i XVII sobre todo. Ahora, hai otros piratas i héroes de pacotilla, que también nos visitan como sabuesos mercenarios.
Uno de ellos, bien conocido por sus credenciales anti éticas, ha venido a ponerse de parte de la oposición fascista, temiendo la derrota del mes de agosto. Para asombro de todos, preside la organización Human Right Watch, creación del mismo imperio, pero confeccionada con incondicionales, amordazados o domesticados por sus elevados sueldos para que, igual que la OEA o la Comisión Carter, sean espías i desestabilizadores de lujo, en aquellos países como Venezuela, dispuestos a defender su soberanía, sus derechos i bienes naturales.
El Sr. Vivanco, que debería ser un “Viviani” –pobres mediocridades de origen latino que se sienten importantes por ser lacayos o bufones ha declarado que “un estado de derecho que depende de la buena voluntad y del autocontrol de quienes ostentan el poder, no es en verdad un estado de derecho”. Este señor que no se molestó en echar ni una mirada en los tiempos de la dictadura de partidos en la llamada IV República, en la cual hasta el mismo Canciller Escobar Salóm fue quien insistió en la frase “aquí no existe estado de derecho” i hasta lo escribió en un libro; bandidos hoi como Alfredo Peña o Pablo Medina, también lo repetían; Marcel Granier, uno de los capos de los medios, se quejaba en su libro de narciso, del Estado Omnipotente; Uslar Pietri en una gran entrevista, en el actual pasquín EL NAZIONAL (sic) decía: aquí el gobierno fracasó i hacía terribles acusaciones de violaciones i corruptelas, pero ninguna de las instituciones cuidadoras de los Derechos Humanos, se daban por enteradas.
Sin embargo, ahora aparece esta marioneta o títere de Human Right Watch viene a predicar moralidad i eticidad, no teniendo ninguna autoridad precisamente en esos predios; como no la tiene, en absoluto, el gobierno terrorista internacional del presidente fraudulento George E. Bush, i demostrando una notoria i burda complicidad con la “oposición” nazi-fascista de Venezuela, adversando al gobierno más legítimo de nuestra historia i con más realizaciones en cuatro años que, los anteriores en cuatro décadas, este hombrecito insignificante, José Miguel Vivanco, insulta al pueblo de la patria de Simón Bolívar, diciendo que no existe estado de derecho. Si cree que las investigaciones i rumores que ha recogido aquí, así se lo indican, nos lleva irremediablemente a estas preguntas: ¿I usted, señor Vivanco, ha hecho esas observaciones e investigaciones en los Estados Unidos? ¿No se ha percatado del desastre de gobierno del Sr. Bush, el desconocimiento que hizo a las Naciones Unidad, a la Junta de Seguridad o al Derecho Internacional, i a la buscada complicidad de Inglaterra i la España del Asnar con “ese” en vez de zeta, para producir una guerra injustificada, un genocidio i una invasión criminal a un débil país del Medio Oriente? ¿No ha visto las atrocidades i torturas que ha hecho el ejército del país “modelo de democracia”? ¿No sabe que la única justificación de esa política, es robarse el petróleo del “oscuro rincón del mundo”, la histórica Mesopotamia? Sin tener que ir lejos hasta Irak, ¿Todavía no se ha percatado de las atrocidades, torturas i muertes en Guantánamo? ¿No ha visto las reuniones del Congreso Norteamericano, donde el Secretario de Defensa no sabe cómo responder a las imputaciones que le hacen? ¿No ha visto que el pueblo norteamericano empieza a repudiar a su presidente, i las encuestas ya lo dan perdedor en noviembre, ante su adversario, por el desastre de gobierno que ha realizado, violando todos los derechos humanos posibles i con soberbia proclamándose impune a todas las leyes de su nación i a las internacionales? ¿No está al tanto que, esa “democracia” (en la que se dan fraudes tan obvios como la que robó una presidencia) sigue siendo un país racista, con pena de muerte, con limitada libertad de expresión i con derechos humanos violados “por la voluntad y el autocontrol de quienes ostentan el poder”? ¿No ha leído alguna vez, la larga lista de derechos humanos violados descaradamente que, señala Amnistía Internacional, a pesar de ser también sardinas de la misma lata? ¿No se ha dado cuenta de cómo ocultan las bajas en Irak o que la mayoría de los soldados muertos son latinos o negros? Realmente, señor Vivanco, no sé como tiene la desfachatez de venir a enfrentar al más legítimo i verdadero país democrático de América i quizá del mundo. Realmente usted merece, como ha propuesto algún columnista serio, que le expulsen del país por ofensivo, desestabilizador e inmoral o anti ético. Es incomprensible (i deja mui mal a los demás integrantes de esa institución) que usted presida una Comisión de Derechos Humanos. Parece un Borgia en el Papado; un Atila en un Congreso; un troglodita en una Academia de Ciencias; un Calígula en un Convento, o más entendible para muchos, un piragüero, capitaneando un Portaviones o Drácula presidiendo un Banco de Sangre. Verdaderamente una vergüenza, como para no creer más nunca en que puedan haber sociedades o instituciones, capaces de dar cuido a causas nobles.
En este país, señor Vivanco, existe mucha gente inteligente, incluyendo pensadores o filósofos. Existe mucha gente culta i honesta; existen muchos doctores i universitarios a los cuales su desparpajo i cinismo ofende. Váyase del país; su presencia tiene fetidez, insolencia i hasta estupidez. Hai gente que bien conoce los Derechos Humanos, su historia i las conquistas o luchas para imponerlos o preservarlos; pero usted ha demostrado ignorancia i arrogancia. Váyase i no se le ocurra ni pasar por el frente de la Casa Natal del Libertador, pues ofendería hasta a la Historia i a la grandeza del Primer Ciudadano del Mundo, por el paso de uno de los últimos ciudadanos del mismo. Por favor, aplique primero la Carta de las Américas, a su país terrorista i depredador, el cual le paga sus dólares. Trate de levantar, su arrastrada dignidad