En una entrevista que recientemente le hizo un diario argentino al cabecilla de los golpistas de Honduras, éste señaló que entre las razones de ellos (los gorilas) para salirse de la jaula y dar el zarpazo a Zelaya, fueron porque el Presidente Mel se había hecho amigo de Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales , Hugo Chávez, presidentes de Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela, quienes –según él- son comunistas y de otros que van por el mismo camino como los de Argentina, Uruguay y Paraguay. Que esa amistad del mandatario depuesto “llevaba a su país al abismo”.
Como puede verse es el mismo argumento fascista de hace más de medio siglo, cuando predominaron los gobiernos títeres impuestos por el imperio norteamericano, con el aval de toda la oligarquía mundial. Pero también gorileti ha dicho que el error cometido por ellos fue haber sacado a Zelaya del país, revelación con una lectura bastante clara, la cual no quiere decir que debían dejarlo preso para juzgarlo por supuestos delitos contra la cosa pública. No, ellos se lamentan es de no haberlo matado, basándose en aquello de “muerto el perro se acabó la rabia”.
Esos mismos argumentos para el golpe en Honduras, con iguales inspiradores y financistas son los utilizados por algunos sectores latinoamericanos, contra Chávez, Ortega, Correa y Evo Morales; forman parte de la procesión que acompaña al cadáver insepulto del pasado político de nuestra América Latina y frente a la cual el pueblo debe permanecer alerta, porque los zarpazos de las fieras moribundas nunca dejan de ser peligrosos.
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