Testimonio sobre Hugo Chavéz



Hola, amigos y amigas. No resisto a decir algo aquí. Conozco personalmente al Presidente. No me cabe la menor duda de que es una persona especialísima: una energía de un búfalo, memoria de elefante, sagacidad de una serpiente, inteligencia... de un humano, pero de los más brillantes que conozco. Es un fenómeno, realmente, amigos.

En esto no hay la más mínima duda. Recomiendo que no lo subestimen, porque les va a seguir pasando lo que a la dirigencia de la oposición. Es un tipo sumamente culto, con un profundo conocimiento de la historia venezolana, una percepción tremenda de la geopolítica, alguien que no pasó en vano por el bachillerato, por la primaria (esto hay que decirlo explíticamente, porque el hombre cita cosas que aprendió en física de cuarto año, por ejemplo, sin haberlas re-estudiado luego, con una lucidez meridiana, con sus aplicaciones más allá de la física), y por la universidad militar (recuerda detalles singulares de los disparos de cañón con tanque, conocimiento profundo de estrategias de combate, etc.). Es un integrador por exelencia. Todo lo que aprende, lo integra coherentemente a lo que sabe, lo cual tiene el resultado del relacionamiento que hace de todas las cosas cuando está hablando o actuando. Quienes sabemos de economía, deducimos que el tradeoff es no ser especialista, pero no todos tenemos que ser especialistas para ser cultos, y efectivos. Un buen gerente social, de hecho, debe ser alguien quien tenga todo integrado de esa manera, sobre todo si es un líder de pueblos, quien integra todo lo que sabe al pasado histórico, y proyecta
su acción y pensamiento hacia el futuro de esos pueblos. Tiene una intuición pasmosa para visualizar relaciones humanas, en particular políticas, con juegos (sé algo de este tema porque doy clase de Teoría de Juegos, y mi investigación usa muchos de sus conceptos), y por tanto, para predecir resultados de las estrategias de equilibrio.

Es un poeta en vivo, sin duda (no digo que sea bueno en términos literarios, pues no conozco la materia para nada), no tanto por las galimatías sintácticas y
semánticas, sino por el alma que le pone a lo que dice, y la inspiración con que relaciona las cosas que sabe de la historia, y de todo lo demás, con lo que quiere expresar. Es un lider nato, que arrastra un gentío (no sé si lo habían notado). Y, lo más que me ha impresionado de él, es que tiene un corazón gigante, sobre todo para la gente necesitada. Una de las cosas más buenas que tiene es que es un tipo auténtico: no es rebuscado, no está pendiente de "actuar de la mejor manera", sino de ser. Y de ahí le salen todos los refranes, todos los chistes, anécdotas se su niñez en el campo, etc. etc. Es un tipo, entonces, super
vernáculo. Un venezolano, en particular un llanero, de pura cepa (puede haber muchos tipos de venezolano, recuerdo...). Entra en trance especial (al igual que yo, que soy llanero de nacimiento, de Valle de la Pascua) cuando oye un joropo trancao. No tiene muy buen oído musical, pero canta en sus programas y sus discursos, y está consciente de ello, aunque no por ello deja de hacerlo, ni se acompleja por ello, al modo de los perfeccionistas patiquines vitrineros, sabiendo que lo importante es el significado de lo que se dice, y el alma con que se interpreta las canciones, y no tanto la afinación perfecta. No se está postulando para cantante, por si no lo habían notado, sino para comunicador (y eso poca gente de la oposición lo ha asimilado), para "persona en comunión", más bien diría yo, porque no solo sintoniza en lo intelectual, sintoniza, sobre todo, en lo espiritual, y sabe tranmitir en esta materia, no hay duda alguna.

Podría seguir unas cuantas líneas diciendo lo que creo de Hugo Chávez, mucho de lo cual viene de mi contacto personal directo por alrededor de un año, entre los que tomaron decisiones importantes con él, y entre los que fueron testigos de sus llamadas telefónicas a Rosa Inés y a sus otros hijos.

Ahora, amigos. ¿Quieren decirme adulador? Díganme más bien descriptor de una realidad que está allí, simplemente. Quien no lo reconozca, es simplemente un ciego. Ni fuí adulador en el gobierno, si se habrán dado cuenta, ni lo soy ahora, y no estoy buscando un cargo, ni vivo de un empleo en el gobierno que requiera de su aprobación, o la de sus amigos. No estoy de acuerdo con él en muchas cosas, en particular, todavía, a estas alturas, no entiendo porqué me pidió la renuncia (ni se lo pregunté, por elemental cortesía y presteza de soldado del Reino de Dios que quiero ser). Lo primero que le dije cuando me pidió que fuera su
ministro fué "Tú eres el Comandante en Jefe, Hugo, pero yo tengo un Comandante Supremo" (Él sabía que me refería a Dios, a los principios). "Y si alguna vez hay órdenes contrapuestas entre los dos, no dudaré un instante en seguir la del Supremo. En ese momento me dijo: no hay ningún problema, pues tenemos el mismo comandante (él lo llamó "Comandante en Jefe", probablemte porque en jerga militar, la figura que le propuse no existe; luego, en varios programas, lo he visto decir que Jesús es su comandante en jefe). Hablando de sueños, diré que en los tiempos que vienen, que se están gestando, de hecho, no habrá caudillos posibles.

Los líderes serán las verdades mismas, compartidas, producidas en conjunto, aprendidas de la teoría y de la práctica. En ese sentido digo yo que viene el Reino de Dios. El pueblo va a ser el protagonista, con el tema de la soberanía política, y la soberanía cognitiva (con sus limitaciones, y sus aprendizajes, en particular su cambio de cultura del paternalismo, del pedigueñismo, del aprovechao, al trabajador, al generoso, al de comportamiento ético, al comportamiento heróico para dar, en lo cotidiano, pero también la vida si es necesario, por sus semejantes, por su patria). Tomará un tiempo, pero es lo que viene. En todo caso, en relación a Hugo Chávez, el pueblo le agradecerá, como se la agradezco yo en este momento, su presencia, su trabajo, su gran esfuerzo, su sacrificio personal, su intensidad.

Le deseo, de todo corazón, un feliz cumpleaños, aunque sea atrasado, y motivado por defender su persona contra la calumnia, la miopía, la mezquindad, la
alienación cultural, la sumisión al imperio, el complejo de inferioridad que no permite ver lo mucho que tenemos, lo bueno que somos, y lo tremendo que seremos. Te agradezco, Hugo, que estés ahí, y me siento orgulloso de tener un compatriota venezolano de tu talla. Un abrazo para tí y para todos. Con afecto y pendientes,

Felipe

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Felipe Pérez Martí

Economista. Coordinador del Movimiento Libertadores. Ex-ministro de Planificación y Desarrollo.

 felipeperezmarti@gmail.com      @Sabiens

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