No hace mucho tiempo, cuando alguien le preguntó a Evo Morales cómo estaban las encuestas si él se presentara como candidato a presidente de Bolivia, el dirigente del MAS respondió: “seguramente que ganaría las elecciones... salvo que se presentara como candidato en mi país Hugo Chávez”. Esta salida humorística de Evo nos hizo reír, pero también nos introdujo a una reflexión que merece ser analizada.
¿Cómo anda Venezuela con Chávez? Es la pregunta que todos me hacen en cualquier ciudad de América Latina cuando se enteran que llego de Caracas. En Buenos Aires, en particular, nadie desconoce el apoyo que el Presidente de Venezuela le está brindando a Néstor Kirchner. Las simpatías por Chávez allí son más que evidentes. “Chávez es como Perón, defiende a los pobres y tiene ‘huevos’ para enfrentar a los yanquis”, “mandale saludos a Chávez y que no afloje”, me dicen los más veteranos. “Aguante Chavez”, manifiestan los jóvenes argentinos.
“Como taxista de Ezeiza –el aeropuerto internacional de Buenos Aires- llevo a mucha gente en mi auto; pero me asombran los venezolanos. La gran mayoría habla pestes de Chávez. Que es un dictador, que no respeta la democracia, que ha sacado a los militares a la calle... en fin que ha impuesto el comunismo... como Fidel... pero en Venezuela”, me comenta el chofer de autos de alquiler. Y sigue: “pero yo pienso y deduzco: esa es toda gente muy rica, se lo ve en la vestimenta, en las maletas, a los hoteles que se dirigen... entonces saco la conclusión que si esta gente tiene esa opinión es porque Chávez debe ser un buen tipo, que patea para la gente humilde y que se enfrenta a los ricachones”.
“Ojalá en Perú tuviéramos un presidente como Hugo Chávez, él sabría entender las necesidades que estamos pasando los trabajadores y el pueblo”, me comentaba un líder sindical del nada más ni nada menos Gran Hotel Simón Bolívar de Lima. Este hotel está actualmente administrado por los trabajadores ante el vaciamiento empresarial que lo llevaba a la quiebra con la masa de despidos que ello implicaba. El personal, tras larga lucha, consiguió hasta ahora hacerse cargo de la fuente de trabajo y, por cierto, no les va nada mal. “Saludos a Chávez, nos comprometemos en apoyar el acto de solidaridad con la Revolución Bolivariana que organiza el Congreso Bolivariano de los Pueblos aquí en Lima”. Así se despidió el dirigente obrero.
“Los chilenos estamos desunidos y eso nos hace mucho mal. Nos hicieron creer que este modelo nos hacía ricos a todos y eso ya vemos que no es así”, me decía en el aeropuerto de Santiago de Chile el mozo de un café. ¿Sabe porqué nuestro gobierno se enojó tanto con Chávez?, me preguntó. “Porque ese Chávez dice las cosas que todos queremos oír, y a ellos, los de arriba, les molesta. Yo estoy de acuerdo con una salida al mar para Bolivia, eso quería Allende y yo estuve con Allende”. Chau, hermano, le dije y en seguida, para constatar sus reflejos, lo interrogué: “La cordillera, ¿nos une o nos divide?”. “Nos une, che”, me contesto al instante imitando el acento porteño de Buenos Aires.
“Tabaré es un verdadero caudillo y el Frente gana en octubre”, me decía un lustrabotas en la estación de Buquebus en Montevideo. “¿Conocés a Chávez?”, le pregunté. “El Presidente de Venezuela”, me dijo. “Ese es milico, pero milico de los buenos, como el general Liber Seregni acá. Yo soy del Frente y esta vez vamos a ganar por muerte. Nosotros dependemos siempre de lo que pase en Argentina y en Brasil”. Entonces me apoyarás en pensar en que si nos unimos tendremos más fuerza para enfrentar a los gringos, le señalé. “Claro que sí, esos son los que nos han cagado la vida. Pero imaginate a Brasil, Venezuela, Argentina y Uruguay juntas, ahí arrastramos al resto y somos más que los yanquis”, me contestó.
Tuve la oportunidad de estar cerca de Chávez cuando éste estuvo en Argentina y en Brasil. Nadie concentró tanto interés como el presidente de Venezuela. Los saludos, el aliento y las muestras de simpatía siempre acompañaron sus viajes. “Fuerza Chávez”; “Vamos Chávez, todavía”; “Aguante, Chávez”, “Viva la Revolución Bolivariana”; “Alerta que camina...”; y una infinidad de expresiones de apoyo y adhesión han concitado siempre la presencia del primer mandatario venezolano en los diferentes países de la región que ha visitado.
¿Cuántas muestras de apoyo han recibido los presidentes latinoamericanos cuando salen al exterior? Además del mismo Fidel Castro nadie más que Hugo Chávez. ¿Se ha convertido Chávez en un líder latinoamericano caribeño? Pienso que sí. Hay demostraciones concretas que lo comprueban. Romper con el modelo neoliberal y enfrentarse al imperialismo norteamericano atrae simpatías y marca un rumbo.
El referendo del 15 de agosto es una fecha clave. La Batalla de Santa Inés involucra a todos los latinoamericanos caribeños. Y eso lo han entendido así las fuerzas populares de cada uno de nuestros países. Desde el Congreso Bolivariano de los Pueblos, organización que nació hace menos de un año y que involucra a las fuerzas populares, democráticas, antiimperialistas y revolucionarias de América Latina y el Caribe, se han organizado una serie de actos y movilizaciones en todas las capitales del continente en apoyo a Chávez y la Revolución Bolivariana, desde México hasta la Argentina. Desde el día 6 de agosto en adelante las expresiones de solidaridad se verán en muchas plazas, calles y lugares públicos de Nuestra América. Un NO rotundo al imperialismo y a la oligarquía se hará sentir en la Patria Grande que soñó Bolívar. ¿Puede hacer esto la oposición? Sin duda que NO. Ahí está la diferencia entre los pueblos y la oligarquía, ahí está la diferencia entre un proyecto de liberación y otro de opresión, ahí está la diferencia entre la democracia participativa y el privilegio de unos pocos; ahí está la diferencia entre Patria e imperialismo.
Hugo Chávez se perfila entonces como un gran líder latinoamericano y caribeño. El Presidente de Venezuela está mostrando un claro camino a seguir por todos los compatriotas de la Patria Grande. La ideología bolivariana aflora nuevamente en América Latina. El comandante Chávez ha tenido el coraje y la decisión de anteponer los principios de Patria y Pueblo ante las pretensiones imperialistas. Los pueblos han sabido interpretar el mensaje y eso es suficiente para encolumnarse en la nueva gesta independentista que resurge cuando Bolívar despierta.
¿Qué te gusta de Chávez?, le pregunté a un joven piquetero de la Argentina. “Me gusta Chávez porque se la banca, tiene huevos y está por la unidad de América Latina y contra los yanquis”, me dijo. “Si lo tocan a Chávez, se pudre todo”, agregó.
(*) Director de la Revista "Cuadernos para la Emancipación". Miembro del secretariado de organizaciones del Congreso Bolivariano de los Pueblos.
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