No se, pero con profesores de post grado en Ciencias Políticas como el magnificente Aníbal Romero la Universidad Simón Bolívar debe estar produciendo verdaderas lumbreras. Lo he visto esta mañana en la TV. Oírlo es encontrar la luz. Verlo desmenuzar argumentos y proposiciones políticas para explicar la teoría de la “intención oculta” del electorado, no reflejada en las encuestas es una experiencia celestial. Se sufre de pena inmensa ante la fuerza aplastante del discernimiento puro en contraposición con nuestro océano de ignorancia. Al fin descubrimos la piedra filosofal, la fuente de la sabiduría, el manantial del talento. No puedo evitar sentirme abrumado por tanta erudición. Me siento hipnotizado y deslumbrado por este rayo de ilustración.



Intentaré, -pobre de mí- explicar como, el NO de las encuestas es SI; el NO es un NO agachado esperando alzarse en un SI categórico; el NO de las encuestas es maíz para pericos ignaros y realmente un SI definitivo. Para no enmarañarme más –ni embrollarlos- en mis tinieblas, procederé a presentar los doctos argumentos de Aníbal Romero. Vamos a ver:



PRIMERO: Hemos de saber qué, en los regímenes totalitarios y dictatoriales la gente dice aquello que no lo comprometa y lo lleve a las torturas, las cárceles o el fusilamiento. ¡Hay que ser bien podenco para no haberse fijado en eso!. José Stalin, por ejemplo, era un dictador muy preocupado por las encuestas, de modo que enviaba a sus esbirros de la KGB a realizarlas entre los obreros con el fin de descubrirlos y así encarcelarlos o enviarlos a los GULAG. También deberíamos saber qué, días antes del derrumbamiento del régimen comunista de Alemania Oriental éste hizo una encuesta con la policía secreta; el pueblo alemán, -ni tonto que fuera- respondió mayoritariamente a favor del régimen. Ergo…¿todavía no han captado?. Según el profundo Aníbal Romero, el ciudadano de clase media responde que votará NO para no ser detectado por el vecino chavista. ¿Qué sería de él si este vecino chavista supiese de su inclinación por el SI?. Tendría que soportar que lo caceroleen, lo persigan, lo saquen de la urbanización, le pinchen los cauchos del carro, lo miren con malos ojos en el edificio y, peor aún, que lo hagan preso, lo torturen los esbirros e incluso lo fusilen. ¿Está claro? Advertencia: Se ha demostrado que Aníbal Romero es humano y no nos va a durar toda la vida. ¡Después no digan que no lo dije!



SEGUNDO: Los obreros y empleados están respondiendo que votarán NO porque los empresarios los tienen intimidados y los botarán si dicen lo contrario. Pero el día de la verdad, cuando Mendoza, Cisneros, Ravell, Alfonzo, etc., -rabiosos chavistas- no los puedan ver, votarán libremente por la libertad y la democracia, con lo cual se vengarán de Chávez y de sus empresarios esbirros. ¡Como hemos estado ciegos!, ¡Que pena!. Dr. Romero: “Oh belleza siempre antigua y siempre nueva, ¡que tarde te conocí!”(1)



TERCERO: El pueblo venezolano es muy inteligente y posee una gran reserva moral, de modo que, finge ser tu amigo, te bebe la cañita, te baila la muchacha y luego te da la puñalada por la espalda. Eso es lo que hará con el dictador y asesino de Miraflores. ¿por qué?, ¿no se dan cuenta?, ¿son tan duros de mollera?, ¿son tan indoctos?: Debido a las irreductibles reservas morales del pueblo venezolano. Este es un pueblo que engaña, deserta, vende y traiciona, pero basado en su fortaleza moral.



Bien, ¡aleluya!, al fin estoy viendo la luz. Acompáñenme compatriotas, como reseñaba San Jerónimo, y salgamos de la oscuridad. Agárrense de las manos. Unamos nuestros corazones y espoleemos el rocinante de la voluntad tras las huellas luminosas del eminente Aníbal Romero. No importa si al principio tanta luz hiere nuestros ojos sólo acostumbrados a la penumbra chavista. Al final del camino nos espera la libertad y la paz. Prohombres como éste o cómo Enrique Mendoza, Ricardo Koesling, Antonio Ledezma, González González, Leopoldo Castillo, Napoleón Bravo, Marcel Granier o Manuel Cova están esperándonos para compartir su cielo de amor y justicia, generosamente, con todos nosotros.



Chavistas, revolucionarios y bolivarianos, ¡salgamos de la oscuridad! ¡Vámonos pa’allá!



(1) Confesiones. San Agustín.

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