Los enemigos de los procesos libertarios no cesan en su afán de hilvanar estrategias golpistas para robarle la esperanza al pueblo venezolano. Ahora juegan al descalabro del proceso, sin importarles las consecuencias tanto económicas como sociales. En este sentido, arrecian aceleradamente en su conspiración empleando uno de los ejes que genera mayor sensibilidad como lo es el sector salud.
En el complot contra el sector se han cohonestado la Federación Médica Venezolana, la red privada de salud, medios apátridas y empresas proveedoras de insumos que son la mafia de la salud, con sectores internos cuya finalidad es agudizar su problemática, abonando el terreno para tumbar al comandante Chávez o llegar a las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre bajo un escenario de violencia y desasosiego. Buscan sacar mayor provecho a la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional para materializar lo que han llamado después de la infeliz experiencia en Honduras el "golpe institucional".
Para el oposicionismo irracional no importa el costo económico y social. En ese sentido, como parte del plan conspirativo en el sector salud, han establecido una recurrente discrepancia con el incremento de sueldos y salarios del personal médico, paramédicos, enfermeros, empleados y obreros- Así que por mucho esfuerzo que haga el Gobierno nacional para que devenguen un salario justo, siempre jugarán al chantaje mediático para hacer ver que dichos aumentos no satisfacen sus expectativas, quedando justificadas las protestas y la desatención a través de huelga de brazos caídos.
Es necesario referir la falta de conciencia colectiva y ausencia de valores en algunos funcionarios que se prestan, junto a proveedores sobornadores, a la corrupción, que va desde la entrega incompleta y sin la calidad requerida de insumos y equipos, hasta la sustracción de los mismos para venderlos a clínicas privadas.
Estas deplorables acciones impactan negativamente en la calidad y atención del servicio. Otra perversidad aplican a la Misión Barrio Adentro con la finalidad de desprestigiarla, predisponiendo a la población bajo el chantaje siniestro de la calidad del servicio y la formación profesional de los médicos y técnicos cubanos. A ello se une que en la red farmacéutica se niegan a suministrar medicamentos cuyos récipes estén firmados por médicos cubanos.
En los centros de atención privada y muchos de la red de salud pública no admiten los resultados de exámenes que provengan de Barrio Adentro, obligándolos a que se los realicen nuevamente en centros privados.
Ahora se suma cual león herido otro actor que ve menguados sus intereses voraces capitalistas, como son las empresas aseguradoras, producto de la soberana decisión del gobierno bolivariano de avanzar progresivamente en la transición de los seguros colectivos de hospitalización, cirugía y maternidad (HCM) al sistema de salud público nacional, con el objetivo de incrementar los recursos económicos para que el Estado garantice el derecho a la salud de todos los venezolanos con un carácter universal y no lucrativo, permitiendo que mientras avanzamos hacia la desaparición total de las pólizas de HCM se vaya fortaleciendo el sistema público nacional de salud.
Conscientes de que no hay mejoría en la calidad de vida de los ciudadanos sin salud y menos aún en tiempos de revolución, este análisis reflexivo debe constituirse en un alarma temprana para que todos los revolucionarios y revolucionarias, en funciones públicas o no, le metamos la lupa de manera tal de desactivar el foco de perturbación y conspiración que se viene gestando en el sector salud.
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