El New York Times en su editorial de ayer se pronunció en cuanto a los resultados del referendo llevado a cabo el pasado domingo. En este diario que, dicho sea de paso, no se ha mostrado precisamente benevolente con el proceso revolucionario se lee entre otras cosas: “Llegó la hora de que los oponentes de Chávez dejen de decir que hablan en nombre de la mayoría de los venezolanos. No lo hacen, y el fracaso del referéndum revocatorio promovido por la oposición lo demostró decisivamente el domingo” - y agrega - “desde su elección como presidente en 1998 (Chávez) tuvo un amplio respeto de las normas constitucionales, como quedó claro en la votación del domingo”.
Por otro lado, en lo referente a la limpia ejecución del referendo, el Centro Carter, la representación de la OEA y el resto de observadores internacionales que fueron invitados a este evento, han sido muy claros al darle un espaldarazo a la gestión realizada por el Consejo Nacional Electoral; muy a pesar del triste y sesgado comportamiento de Ezequiel Zamora y Sobella Mejías, quienes abiertamente han boicoteado mediáticamente el proceso refrendario, quien sabe si obedeciendo a instrucciones dictadas por la Coordinadora Democrática… En fin, todo el mundo percibió que hubo un acto inédito extraordinario, un pronunciamiento contundente del pueblo venezolano, una expresión legítima ajustada al soberano que es quien manda, pero negado arbitrariamente por un minúsculo sector de histéricos fascistas que continúan haciendo llamados a la violencia.
Honestamente, me importa un carajo lo que piense, opine o publique The New York Times... Voy más allá; entendiendo la importancia de los observadores internacionales y reafirmando la soberanía de mi país, tampoco me interesa si el Centro Carter o la OEA opinan negativamente sobre el pasado referendo... Digamos que tomo estos puntos de referencia porque fueron manoseados ampliamente por la oposición y se hace imprescindible referirlos... En consecuencia: ¿Por qué carajo siguen con la agenda de la conspiración y que los motiva a seguir por el camino de la desestabilización?
Independientemente de la motivación imperialista, porque estos delincuentes tienen un amo imperial que les ordena desde el departamento de estado norteamericano, la oposición venezolana ha llegado a un punto en que las mentiras no pueden ocultarse. Es como una poceta que ha colapsado, e irremediablemente no hay posibilidad alguna de evitar que la mierda se vea, se huela y ensucie a quienes la vomitaron… Como bien dijo en una oportunidad el Comandante: “¡Pusieron la Plasta!”.
El problema que deben enfrentar y que de hecho están enfrentando, es como le explican a ese sector que engañaron, al que le juraron ser la mayoría, al que disociaron con consignas racistas, al que convencieron de pertenecer a una raza extraterrestre que está destinada, por obra y gracia divina, a ser la conductora de ese 80% de monos que se atrevieron a creer, ¡Oh, pecado!, en la construcción de un país mejor, el enorme, gigantesco y horrendo fraude en que los metieron y que ahora se estrella contra la verdad de un pueblo que apuesta por la lucha y no va a dejar que se la arrebaten.
No es un problema pequeño el que están enfrentando. Puedes disociar a pequeños grupos y esperar que estos no acepten la derrota, incluso que actúen de manera agresiva y salgan a la calle a tratar de drenar la frustración con Guarimbas o amargarles un almuerzo a un reconocido chavista en algún restaurante del este capitalino. Pero es imposible que se pretenda seguir engañando a un 40% de la población votante, cuando el mensaje implica seguir hundiéndose en el engaño por puro capricho y destrozar a un país que nos pertenece a todos.
La disyuntiva que enfrentan tiene que ver con aceptar su muerte política y permitir que otros cuadros pasen a conformar una oposición realmente democrática o arrastrar con ellos la posibilidad de aquellos que creen en la sana diatriba política y que difieren del plan de gobierno llevado a cabo por Hugo Chávez Frías.
Peor aún: Esa maraña de intereses económicos que envuelven a lo siempre eternos políticos herederos de la IV República que no pueden ocultar sus nexos con la mafia empresarial que gobernó este país durante cuarenta años, les impide tomar una decisión sabia y retirarse de la palestra pública. Solo resta que exista la voluntad política de quienes no estén maculados por la compra de conciencias y rebelarse contra esa cúpula asquerosa que hoy muestra descarnadamente el fraude ideológico a que los sometieron.
El problema es como deslastrarse de los sectores más fascistas y no ser identificados con esos postulados funestos. El problema es como apartarse y no ser destruidos por la maquinaria infame que insiste en ser financiada por empresarios reaccionarios, y a su vez, cobrar cuotas de poder en el supuesto negado de obtener curules, alcaldías o gobernaciones. El problema es como carajo convencen a ese sector destrozado por la mentira, el engaño y la violencia.
La Coordinadora Democrática insiste en el fraude electoral, porque perciben el efecto incuestionable que tendrán los resultados de este referendo en las elecciones regionales. Venezuela se vestirá de rojo en las próximas elecciones y eso los tiene tan desesperados, que seguirán cometiendo los mismos errores: La mentira como oficio cotidiano.
El pasado domingo no solo se reafirmo el proceso bolivariano; también se ha derrotado la mentira.
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