Una de la vivencias que no hemos logrado experimentar los revolucionarios que apoyamos al presidente Chávez desde distintas toldas políticas, tribunas públicas o laboratorios ideológicos, es la discusión plena, frontal y a calzón quitado, de los temas que nos unen o nos separan.
Los entes deliberantes, entre ellos de manera señalada la Asamblea Nacional, se distinguen por no debatir proposiciones, las cuales se aprueban al ser enunciadas por el vocero calificado, que lo hace como quien proclama un edicto imperial, sin que la opinión de los diputados inconformes le importe un pepino.
No se delibera ni se debaten proposiciones a nivel de las directivas regionales, adonde suele aparecerse un vicepresidente portador de las decisiones tomadas en el nivel superior, las cuales no pueden ser cuestionadas y menos aún modificadas, so pena de incurrir en apostasía o algo más grave.
Hasta donde yo sepa tampoco se discute en el consejo de ministros, donde las decisiones las toma solo el Presidente, sin debates de fondo, contando apenas con el asesoramiento aséptico de los técnicos en materias que involucran conocimientos especializados.
Lo curioso es que, según entiendo, en los regímenes socialistas más radicales u ortodoxos el debate es exhaustivo en los diversos niveles que concurren a la toma de decisiones.
Fidel Castro, por ejemplo, con todo y su avanzada edad, enorme experiencia y dominio de diversos temas, escuchaba opiniones adversas en los órganos supremos del gobierno cubano y las acataba y apoyaba cuando la mayoría de sus compañeros lo convencía de lo contrario. No sería con frecuencia, pero ello ocurría de vez en cuando en la Sierra Maestra y desde entonces hasta hace poco.
Estas reflexiones vienen al caso ante la decisión del gobernador Henry Falcón de renunciar a la militancia en el Psuv y reubicarse como militante del PPT. Sería absurdo que desde el partido oficial se procediera a vituperar a estos aliados del presidente Chávez, que hasta ahora le han servido con tanta o más eficiencia que algunos que se consideran "líderes" por ósmosis.
La conclusión es que, o aprendemos a convivir, o no vamos a llegar al baile.
augusther@cantv.net